José Ramón Márquez
Creo que al fin lo que vamos a hacer es un catálogo de decepciones, pero, eso sí, hagámoslo pasando del Facebook, que tiene mucho peligro y te encuentras allí con quien menos te esperas.
La de hoy va por los carteles que han programado para Vista Alegre, para la feria de invierno. El día último de la feria de otoño, tras maldecir ampliamente a Victorino, father and son, por la basura que nos habían echado de nuevo en Madrid, nos conjuramos con el gran aficionado J. para sacarnos un abono de la feria de invierno de Carabanchel, agarrándonos al clavo ardiendo de que qué cosa mejor podíamos hacer en invierno que irnos a los toros, igual que en verano.
Bueno, pues he visto los carteles y me ha faltado el tiempo para llamar al buen J. y decirle que le relevaba del cumplimiento de la palabra de abonarnos a esa feria, que, por favor, él me relevase a mí también de ella y que, si le parecía bien, podíamos quedar para ir a tomarnos un vinillo donde él dijera, cuando le viniese bien, y que echaríamos la tarde hablando de toros, de toreros y haciendo bromas del Cuvillo, que por todas partes acaba siempre sacando su gaita. ¿Habrá padreado ya el buenazo de Idílico? ¿Cuántos toros tendrá ese hombre? ¿No será acaso una franquicia como la de ‘Cañas y tapas’?
Creo que al fin lo que vamos a hacer es un catálogo de decepciones, pero, eso sí, hagámoslo pasando del Facebook, que tiene mucho peligro y te encuentras allí con quien menos te esperas.
La de hoy va por los carteles que han programado para Vista Alegre, para la feria de invierno. El día último de la feria de otoño, tras maldecir ampliamente a Victorino, father and son, por la basura que nos habían echado de nuevo en Madrid, nos conjuramos con el gran aficionado J. para sacarnos un abono de la feria de invierno de Carabanchel, agarrándonos al clavo ardiendo de que qué cosa mejor podíamos hacer en invierno que irnos a los toros, igual que en verano.
Bueno, pues he visto los carteles y me ha faltado el tiempo para llamar al buen J. y decirle que le relevaba del cumplimiento de la palabra de abonarnos a esa feria, que, por favor, él me relevase a mí también de ella y que, si le parecía bien, podíamos quedar para ir a tomarnos un vinillo donde él dijera, cuando le viniese bien, y que echaríamos la tarde hablando de toros, de toreros y haciendo bromas del Cuvillo, que por todas partes acaba siempre sacando su gaita. ¿Habrá padreado ya el buenazo de Idílico? ¿Cuántos toros tendrá ese hombre? ¿No será acaso una franquicia como la de ‘Cañas y tapas’?
