INMOVILIZACIÓN
Lo ha dicho el psiquiatra Leopoldo Ortega en Barcelona, que es el único sitio donde se dicen estas cosas para que parezcan importantes:
-En el toreo no hay tortura, ya que para ello sería requisito una inmovilización.
Tortura, pues, es afeitarle los cuernos o enfundarle los pitones a un toro. ¿Por qué? Por la inmovilización.
Esto sólo ocurre en los toros. En el fútbol, no. El Madrid inmovilizó al Barça en el Camp Nou, pero no se puede hablar de tortura. El Madrid hizo lo que El Cid tantas tardes: faena y pinchazo. Tortura, si acaso, la de los cien mil cabestros chiflando como cuenta Bernal Díaz que chiflaban los indios cuando arrancaban los corazones. ¡Qué bárbaro! Luego, los autorreputados como mejor equipo del mundo ganaron por un gol de palomero de Ibrahimovic, que parece un pájaro carpintero, y Laporta no se contuvo: "Para eso fichamos a Ibrahimovic." No dijo para qué ficharon al metrosexual de Chigrinsky, aunque nos lo imaginamos. Chigrinsky, inmovilizado en el banco. ¿Tortura? Si preguntamos a Leopoldo Ortega, sí. Pero, si preguntamos a Perico Gimferrer -compañero de mesa redonda de Leopoldo Ortega- , nos contestará que fascismo, porque Gimferrer es uno de esos tipos que ven fascismo en el fútbol como otros ven tortura en los toros. Y todos, curiosamente, están en Barcelona, la inmovilizada.
Ignacio Ruiz Quintano
Lo ha dicho el psiquiatra Leopoldo Ortega en Barcelona, que es el único sitio donde se dicen estas cosas para que parezcan importantes:
-En el toreo no hay tortura, ya que para ello sería requisito una inmovilización.
Tortura, pues, es afeitarle los cuernos o enfundarle los pitones a un toro. ¿Por qué? Por la inmovilización.
Esto sólo ocurre en los toros. En el fútbol, no. El Madrid inmovilizó al Barça en el Camp Nou, pero no se puede hablar de tortura. El Madrid hizo lo que El Cid tantas tardes: faena y pinchazo. Tortura, si acaso, la de los cien mil cabestros chiflando como cuenta Bernal Díaz que chiflaban los indios cuando arrancaban los corazones. ¡Qué bárbaro! Luego, los autorreputados como mejor equipo del mundo ganaron por un gol de palomero de Ibrahimovic, que parece un pájaro carpintero, y Laporta no se contuvo: "Para eso fichamos a Ibrahimovic." No dijo para qué ficharon al metrosexual de Chigrinsky, aunque nos lo imaginamos. Chigrinsky, inmovilizado en el banco. ¿Tortura? Si preguntamos a Leopoldo Ortega, sí. Pero, si preguntamos a Perico Gimferrer -compañero de mesa redonda de Leopoldo Ortega- , nos contestará que fascismo, porque Gimferrer es uno de esos tipos que ven fascismo en el fútbol como otros ven tortura en los toros. Y todos, curiosamente, están en Barcelona, la inmovilizada.
Ignacio Ruiz Quintano