José Ramón Márquez
El inteligente y bien informado aficionado J. me remite un mensaje de teléfono móvil que reza así:
“La Tomasa 2 tardes en Sevilla. Resurrección con Manzanares, y otra sin TV con el Cid, 2 de mayo?. Chochillo y El Pilar”
Bueno, a lo negro. Para mi opinión, lo de Resurrección me importa un pito. Es una corrida cateta y provinciana de juegos florales o de casino de poblachón, en plan como decimonónico, con señorines con americanas que, posiblemente, ya portaron sus abuelos y señoras con vestiditos que proclaman su opulencia. Vale sólo para ellos. Se saludan y festejan que ya queda menos para la Feria –la de las casetas, que es la que de verdad les importa-. Ni he ido nunca, ni pienso ir. Por mí, como si la torea El Pana.
La alarma es lo otro. ¿Qué pinta el nombre de un torero serio ahí? ¿Cid suplantando a Conde? ¿Estamos ante otra maldita encerrona como la burla del año pasado con el atrabiliario Morante y el fiasco de Victorino? ¿Qué necesidad tiene un torero serio de entrar ahí? ¿Quién le aconseja?
Le comento el dichoso cartel al aficionado F. Me dice: ‘Pues habrá que ir.’ Respondo: ‘Solamente el que se comente la posibilidad de ese cartel ya me entristece. No iré jamás a ese cartel, salvo que al otro lado estén los toros de verdad, los que meten miedo.’