CIENCIAS DEL COMPORTAMIENTO
F. J. Gómez Izquierdo
Viniendo el viernes del Mercadona, puede ver un revuelo de ambulancia y gritos, inmediatos al suicidio de un hombre de 30 años. Se ha tirado de la azotea.
España, que como demuestra la tele es de natural cotilla, y más en sus provincias, ya sabía por qué el muchacho se quitó la vida.
-Andaba con psicólogos, "sabusté" -decía una vecina que había bajado en bata y miraba entre las junturas de las baldosas por si hasta allí había llegado algún seso.
El curioso escucha la coletilla "...andaba en psicólogos...", y ya tiene todo explicado. Uno creía en su inocente mocedad que los psicólogos y los psiquiatras -Enke, el último suicida notable, tenía psiquiatra de cabecera- servían para algo, hasta que la experiencia te abre los ojos y hace que les tengas por lo que en verdad son: nigromantes.
Se les muere más gente que a los médicos de los cánceres... y carecen de responsabilidad. A nadie se le ocurre pedirles cuentas si el paciente se va voluntariamene al otro barrio, pero darán todas las explicaciones que usted precise de las causas del suicidio: "...no pudo superar el divorcio de sus padres, no asumía su impotencia sexual, ver a su novia con otro lo rompió, el paro le asfixiaba..."
A un servidor le divierte mucho verlos argumentar y es una afición que me ha hecho pasar muy buenos ratos. Usted lee el pretérito imperfecto de Castilla del Pino, uno de los más prestigiosos psiquiatras nacionales, y llegará a entender cómo se puede ser requeté, ir mucho a la iglesia , militar en el SEU, coleguear con López Ibor, ser un antifranquista redomado y convertirse en un progresista de culto. El loco en sus distintas variantes -esquizofrénico, maniacodepresivo, psicótico, etc- es un cadáver parlante en el que experimenta esta epidiema de nuevos sabios a los que se les ha dado mucho más poder que a un juez. Son más que dioses. Un cuadro bipolar bien explicado a Su Señoría puede sacar al mayor narcotraficante de una cárcel. Los Reglamentos penitenciarios dan prioridad al informe técnico -léase informe psicológico- del equipo de Tratamiento para los terceros grados, los permisos, etc... Así, si un condenado ha de cumplir tres años de cárcel y cae bien al psicólogo, puede obtener el tercer grado, que es pisar calle, nada más entrar. Si usted es condenado a un año de cárcel y pide no ser entrevistado por ese mismo psicólogo -porque les tenga fobia, como un servidor-, pues cumplirá íntegramente su añito sin salir siquiera de permiso. Un médico con el que me llevo bien me dijo hace tiempo que muchos psiquiatras y no pocos psicólogos eligieron estudiar esas carreras para curarse a sí mismos. Estos días me acuerdo de mi amigo el médico, al ver a ese joven psiquiatra navarro que anda en los telediarios por hacer cachos a una incauta muchacha... o ese colega del navarro que se ha liado a matar inocentes en un cuartel americano... No me dirán que no confesarían sus miedos al tipo de la foto, uno de los más afamados psiquiatras del orbe... Para ejemplo de psicólogo vale cualquier argentino...