viernes, 27 de noviembre de 2009

VIERNES, 27 DE NOVIEMBRE

TOROS SIN SANGRE

La generación Bambi del zapaterismo rampante quiere toros sin sangre. Uno de sus portavoces, cartero en Fuengirola, ha convencido ya al señor que presenta en Canal Sur el programa Toros para todos, cuya lucha por la integridad de la fiesta tiene como ideal la supresión de la suerte de varas, un "recurso del torero".

Cuando en Francia se planteó el asunto de la prohibición de las corridas, los animalistas adujeron la condición doméstica y democrática del toro, pero ganaron los abogados del toro considerado bestia totalitaria tirando a fascista, y por tanto, liquidable.

En Andalucía quieren una fiesta sin sangre, entre otras cosas porque allí los toros, en vez de miedo, producen compasión, y no porque los andaluces lean a Schopenhauer, el filósofo de la compasión, sino por el descaste de los toros sin trapío que se lidian. Es la diferencia que hay entre Idílico y Belador.

Gómez Dávila, sobre el mal del catolicismo:

-Colocar al "prójimo" en el lugar de Dios ha sido el propósito del protestantismo liberal del siglo pasado y del progresismo católico postconciliar.

-Ocuparse intensamente de la condición del prójimo le permite al cristiano disimularse sus dudas sobre la divinidad de Cristo y la existencia de Dios. La caridad puede ser la forma más sutil de la apostasía.

Donde se dice caridad dígase compasión, y donde se dice prójimo, dígase toro, y entenderemos que la fiesta tiene de religión más de lo que parece.

Ignacio Ruiz Quintano