HISTORIAS DE LA HISTORIA
José Ramón Márquez es reaccionario en el sentido más culto de la palabra, pues ser reaccionario, nos explica Nicolás Gómez Dávila -divulgado a la burricie hispánica por Álvaro Mutis- es haber aprendido que no se puede demostrar, ni convencer, sino invitar.
José Ramón nos invita a un libro no venal: Historias de la Historia.
¿Y qué?
Nadie necesita este libro.
Como nadie, diría Pemán, necesita casarse con Paca.
-Nadie o casi nadie ha necesitado nunca, perentoriamente, una mañana, la Historia de Roma, de Mommsen. Es Mommsen el que ha de salir al escaparate, como Paca sale al balcón a regar sus macetas, a ver a quién salpica...
¿A quién salpica José Ramón con sus Historias de la Historia?
A los amigos.
-Los libros son voluminosas cartas a los amigos -concluye Peter Sloterdijk en sus Reglas para el Parque Humano.
Es lo que uno quería explicar anoche en la Alegoría -¡manda huevos!- de la madrileña calle del Cid -el de Vivar, no el de Salteras-, pero, de pronto, me quedé ciego, ay, como un Sawa, que es decir "como Homero y Belisario".
Ignacio Ruiz Quintano