F. J. Gómez Izquierdo
Cuando uno tiene pendientes dos o más causas penales ya puede considerarse un caso hecho y derecho. Una causa te puede venir por confianza o descuido -dar positivo en un control, ir a 140 en la autovía, frenar tarde y pillar a alguien- y no ser mala persona, pero si te detienen tres veces con cuentos que suenan a estafa o a algo peor, estás en el mundo dei delitti e delle pene.
Hay miserables que ni pueden ni saben abandonar el mundillo de los asquerosos barrios que ha puesto de moda la tele donde pontifica laicamente el señor Gabilondo ( ¡¡¡Cuánta pena nos han dado siempre los ghettos, y sobre todo el de Varsovia!!!), y luego está el negocio del Derecho, una naturaleza que se quiere acomodar con las democracias y que nunca ha pasado de hipocresía. ¿Qué Derecho ha traído a los dos piratas desde el Oceáno Indico? Un buen abogado -pongamos el que fuera de Al Capone- los haría benditos monaguillos que pasaban por allí para ayudar a misa, porque... ¿a quién han secuestrado? ¿Qué testigos vieron fuerza en las cosas o personas? ...y patatín y patatán... Y si el fiscal se pone chulo con lo de colaboradores necesarios, que lo demuestre y que diga la participación y la pena que tiene tipificada nuestro Código, y que si tal y que si cual...
El Derecho protege a un señor que, después de presidir el R. Madrid, y viendo que al parecer era gran negocio, se dio a la compra del club que se pusiera a tiro: Málaga, Granada, Parma... ¿Quién le dijo que estaba libre el Parma? Y los cuadros, ¿quién los ponía y de dónde venían?
Los que viven del Derecho gozan con casos como el de los piratas o como el del ex presidente del R. Madrid. Buscar solución al marrón de los bucaneros (si es que tienen nombre de pastel) dará prestigio, y que el ex presidente no entre al talego, da dinero.
-¿Qué tiene que ver el ex presidente del R. Madrid con los piratas?
Pues mire usted, seguro que nada, pero es conveniente hacer constar que los barcos secuestrados pagan el rescate en Londres y lo hacen abogados ¿¿especialistas?? en asuntos tan delicados... Y el señor ex presidente precisa también de esos abogados tan especiales que lo mismo te saben hacer contratos de compraventa de Picassos que te demuestran que el asesino es el muerto... o el menor... Pero, eso sí, nadie tendrá la osadía de dudar, ni siquiera un poquitín "namás", de que estamos protegidos por un Estado de Derecho...