EL "COCO"
De César González-Ruano, en el ABC de 1964:
La resaca de la primera gran guerra europea trajo a Madrid un adiestrado ejército de francesas profesionales. En eso que, con relativa precisión, se llama la mala vida. Las francesas no vinieron solas, sino con todo un repertorio propicio para su éxito, en cuyo primer lugar estaba la cocaína. Parte por vicio, parte por insensato "snobismo", la venta, más descarada que clandestina, de "coco" fue un éxito que proporcionó en seguida buenas ganancias a sus traficantes. Las francesas vendían cocaína a sus clientes, pero, cartesianas al fin, nunca cayeron en la tentación de tomarla ellas. En cambio, las pobres españolas, dedicadas a idénticas actividades, empezaron a atiborrarse de "mandanga", con lo que su negocio hizo aguas y alarmante quiebra.
Hugo Chávez, uno de estos días:
-Hasta en la Casa Blanca consumen cocaína.
Y aclara que lo hacen -darle al perico- para no volverse locos.
Ignacio Ruiz Quintano
De César González-Ruano, en el ABC de 1964:
La resaca de la primera gran guerra europea trajo a Madrid un adiestrado ejército de francesas profesionales. En eso que, con relativa precisión, se llama la mala vida. Las francesas no vinieron solas, sino con todo un repertorio propicio para su éxito, en cuyo primer lugar estaba la cocaína. Parte por vicio, parte por insensato "snobismo", la venta, más descarada que clandestina, de "coco" fue un éxito que proporcionó en seguida buenas ganancias a sus traficantes. Las francesas vendían cocaína a sus clientes, pero, cartesianas al fin, nunca cayeron en la tentación de tomarla ellas. En cambio, las pobres españolas, dedicadas a idénticas actividades, empezaron a atiborrarse de "mandanga", con lo que su negocio hizo aguas y alarmante quiebra.
Hugo Chávez, uno de estos días:
-Hasta en la Casa Blanca consumen cocaína.
Y aclara que lo hacen -darle al perico- para no volverse locos.
Ignacio Ruiz Quintano