Valle de Esteban
¡Cuánto siento tener que volver a los toros! ¡De qué buena gana me
retiraría del tendido, para que otras tardes no vinieran a enturbiarme
la visión que tengo de esta faena! Y cuando cruzara la calle de Alcalá a
la hora de los toros, yo me acordaría de esta tarde, y cuando la gente
me hablase de toreros que hicieran prodigios con la muleta, yo les
contestaría maquinalmente: “¡Ah, sí, Belmonte! ¡Juan Belmonte!”
Gregorio Corrochano