sábado, 8 de abril de 2023

Sábado de Gloria


Vladimir Soloviev
 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    Cuando lo acometían las grandes dudas de fe, Romano Guardini halló refugio en la liturgia.


    ¿Es hoy la liturgia lo bastante sagrada? Ratzinger, promotor de “la reforma de la reforma”, cree que Oriente y Occidente se separaron en esta cuestión. Para la Iglesia bizantina la liturgia sigue siendo “un don divino inmodificable”. El canon romano aceptó, en cambio, varias modificaciones. El propio Ratzinger abogó por levantar la proscripción de la liturgia válida hasta 1970: “Quien hoy participa en ella es tratado como un apestado: aquí termina la tolerancia”.
    

Dalmacio Negro trae a cuento la visión de Soloviev, amigo y confidente de Dostoyevski, que vio una Edad Media de la Iglesia latina, una Edad Moderna de la Iglesia protestante y una Edad futura de la Iglesia ortodoxa.
    

La vida –escribe Soloviev– la crean las personas de fe: soñadores, utopistas, locos…
    

Ratzinger reconoce que ni siquiera en las grandes liturgias de Roma se sabe cantar hoy el “Kyrie” o “Sanctus”. Y nadie, desde luego, conoce el significado de “Gloria”, lo cual supone una “pérdida de cultura”.
    

Según Cavanaugh, vivimos en una “era alitúrgica”, aunque las sociedades modernas son tan “litúrgicas” como las antiguas: el mundo secular inventa sus propias liturgias, con la pretensión de ser tan sagradas como la cristiana. Después de todo, los humanos son criaturas religiosas por naturaleza, y la necesidad de la liturgia continúa siendo la fuerza impulsora en un espacio supuestamente “secular”:


    –Lo que queda cuando los humanos intentan vaciar un espacio de la presencia de Dios no es un mundo desencantado, sino un mundo poblado de ídolos.
    

El lenguaje, los gestos… son el fundamento de la liturgia, “un comportamiento inductor de memoria que tiene el efecto de preservar lo que es indispensable para el grupo” (Marvin/Ingle).
    

Nuestros criterios para juzgar y recordar la historia son litúrgicos.
    

España sólo ve su ombligo y lo toma por tuerca: la afloja y, al mirar atrás, descubre que se le cayó el antifonario.

 

[Publicado el 23 de Abril de 2022]