viernes, 30 de septiembre de 2022

Rocanrol. Hop aboard the midnight train

 


 

 Hop aboard the midnight train


We'll be playing our  upcoming EP songs, lots of bangers and tell you a bit about it at the most legendary spot in town!  Really looking forward to this one.
Come to rock or be a twat x 馃 (real time is 9pm btw)



 

Do chase the ebbing Neptune, and do fly him

The Tempest

W. S.

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Racismo, corrupci贸n

La Santa Transici贸n


 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    Villac铆s, la jurista, opina que lo peor de los Estados Unidos es su Constituci贸n (la 煤nica Constituci贸n democr谩tica, aunque antes entender铆a la Trinidad que la Segunda Enmienda). A Meloni, por pedir elecci贸n del poder ejecutivo directa y separada (una de las tres patas de la democracia representativa), el “liberalismo distrital” (sic) la tilda de “fascista”. Oltra, la Rosa Luxemburgo de Neuss, Alemania, dice al juez que se autoinculp贸 de lo suyo por usar… “el singular mayest谩tico”. Pachi L贸pez, que so帽贸 con Industriales, niega que lo de Gri帽谩n sea “corrupci贸n”. Y en una TV privada (suponiendo que eso pueda existir en Espa帽a), un posmoderno con pinta de gal谩n de cine de Mas贸 pide que Vinicius, el veintea帽ero que no ha hecho otra cosa que divertir y divertirse jugando al f煤tbol, “deje de hacer el mono”.
    

En Espa帽a “hacer el mono” significa “hacer el tonto” –matiz贸 luego el posmoderno.
    

El posmodernismo proclama el vac铆o de los signos, de modo que el significante hace s贸lo relaci贸n a otros significantes, no a lo significado. Por eso en el derbi, los aficionados, que no est谩n muy duchos en Barthes, a Vinicius le gritaron, en la calle, “mono”, y en el Civitas (¡oh, justicia po茅tica!), “tonto”, suspendido ello en una melod铆a proustiana, “mu茅rete, mu茅rete”, como aquel amor que iba siempre suspendido en una “frase” de Vinteuil.
    

En Espa帽a los encargados de las definiciones ya no son los acad茅micos, que ahora hacen morcillas (si quieren una, ah铆 tienen la tercera acepci贸n de “nacionalidad”). Los que definen son otros beneficiarios del R茅gimen.


    –Notre nation de singes 脿 larynx de perroquets! –le dice Mirabeu a Sieyes en una carta.
    

Definici贸n: limitaci贸n de lo ilimitado. Si la palabra “democracia” s贸lo significa ya lo que nos conviene que signifique, ¿qu茅 destino aguarda al resto? Durante la Transici贸n, seg煤n quien mejor la estudi贸, con el idiotismo (idiom谩tico) se quiso salvar la gran distancia entre la realidad olig谩rquica del poder pol铆tico y la ficci贸n democr谩tica de que se revisten sus instituciones:


    –La ficci贸n pol铆tica obliga a imprimir en la sociedad el car谩cter falaz del poder institucional, a trav茅s del lenguaje.
    

Y en vez de Cervantes, Quevedo, Graci谩n (descubierto por Elon Musk de o铆rselo citar a S谩nchez) o Donoso, de definidores hacen Villac铆s, Oltra, Pachi L贸pez o un posmoderno de la TV molesto con el “swing” de Vinicius. “Hacer el tonto” se llama “hacer el mono”; la conveniencia, verdad; la ocurrencia, cultura; la frase, discurso; el enga帽o, habilidad; el plagio, creaci贸n…


    –Voces huecas y frases incoherentes se introducen en las mentes de la colmena, a trav茅s de los medios, y amodorran los instintos del buen sentido, la capacidad cr铆tica de la inteligencia y la moralidad natural de casi todo el pueblo.
    

Este “fascismo de la vulgaridad”, que dijo Steiner, nos neutraliza ante una elite occidental que est谩 loca por la m煤sica de una tercera (y 煤ltima) guerra mundial.

[Viernes, 23 de Septiembre]  

Viernes, 30 de Septiembre

 

 

Amanecida

jueves, 29 de septiembre de 2022

"¡Recordad el Maine!"

 

Ignacio Ruiz Quintano


    Cuando Trump dec铆a vivir rodeado de gente obsesionada con la tercera guerra mundial, era esto.

 

Oto帽o electoral en Am茅rica. Europa, se nos avis贸 en su d铆a, no tendr铆a independencia mientras durara “la cultura satisfecha y optimista del liberto que, como el carnero liberado del lobo en la f谩bula de Santayana, est谩 feliz porque el nuevo depredador pol铆tico le acaricia a veces el lomo”. Creamos la oveja perfecta, y ahora tendremos que quitarnos el fr铆o a tortas, porque nos han volado el gas para el invierno.


    –¡Recordad el ‘Maine’, al infierno con Espa帽a! –gritaba en p煤blico uno que dec铆a que sin 茅tica no hab铆a periodismo, Mr. Pulitzer, que en privado confesaba que “nadie fuera de un manicomio” lo creer铆a.
    

En el manicomio de C茅line estamos, donde un loco no es sino las ideas corrientes de un hombre, pero bien encerradas en una cabeza: el mundo como que no pasa a trav茅s de nuestras cabezas y se acab贸.


    El lunes, 4 de julio de 1898, en los pasillos del Congreso, pod铆a leerse el telegrama del almirante Sampson comunicando a su gobierno la destrucci贸n de la escuadra de Cervera: “En este momento en que se conmemora la independencia de nuestra Patria, yo ofrezco a ella la destrucci贸n de la escuadra espa帽ola. Hemos tenido siete muertos y trece heridos. El almirante Cervera, con Eulate y Lazaga, est谩n prisioneros en el barco almirante, Jorva.”

 

 El 12 de octubre de 1899 el gobernador militar de Cuba, Brooke, para “desespa帽olizar” la isla, prohibi贸 los toros.
    

En Espa帽a, Roca Barea ha resumido en su “Imperofobia” las campa帽as de los Pulitzer y los Hearst para crear la necesidad de la guerra de Cuba: bast贸 con un dibujo que a帽os antes hab铆a ilustrado un eclipse de sol, m谩s una pel铆cula de 25 segundos de Edison con espa帽oles matando insurgentes (“Shooting Captured Insurgents Spanish American”). ¿Para qu茅 m谩s? El resto lo pone la Santa Ciencia.


    La humanidad necesitaba de algo as铆 e inmediatamente lleg贸, escribe Hegel para explicar la invenci贸n de la p贸lvora contra la fuerza superior de los caballeros acorazados. Y quien dice la p贸lvora, dice la bomba at贸mica.

 

Y si, seg煤n Hegel (pensador que se cita mucho alrededor de un cocido, no s茅 si por la sinestesia entre garbanzos y balines), el mayor coraje reside en que al utilizar el fusil se dispara “al bulto” contra un enemigo abstracto, no contra personas espec铆ficas, ¿al lanzar la bomba at贸mica se eleva tanto el coraje como lo abstracto hasta lo trascendente?, pregunt贸 ret贸ricamente un pensador alem谩n que pensaba como un italiano (los Carducci, los Mosca, los Pareto, los Michels, los Croce, los Gentile, los Gramsci…)

 

 Los carneros de Santayana quedamos para esnifar el hongo at贸mico que nos caiga. En Madrid no 茅ramos objetivo nuclear ruso, pero tras la declaraci贸n de guerra de Almeida a los boyardos (creo que 茅l, que tiene cara de lector de alatristes, robertoalc谩zares y pedrines, dijo bastardos), ¿qui茅n sabe? Si al final el hongo cayera en Madrid, Ayuso aprovechar铆a su sombra para poner otra terraza.

La igualdad proletaria como expresi贸n capitalista del arte moderno

 


Mondrian

 

El asalto al tercer grado de abstracci贸n, la «abstracci贸n pura», elimin贸 el tema y la forma, para quedarse s贸lo con la materia pict贸rica en planos de colores amorfos o de un solo color, sin referencia alguna a la sociedad o la naturaleza. Este ataque metaf铆sico a la posibilidad de arte pl谩stico, motivado por razones ideol贸gicas en los a帽os que precedieron y siguieron a la Revoluci贸n de 1917, fue acometido primero en Rusia, por artistas promotores de un nuevo orden igualitario y, despu茅s, en Holanda, por la iconoclasia de un grupo de dise帽adores y arquitectos calvinistas.

Entre los primeros, Malevich, invent贸 el «suprematismo» aut贸nomo de los elementos pict贸ricos frente a la impureza de cualquier trazo que recordara la naturaleza. Entre los segundos, Mondrian cre贸 el «neoplasticismo» de los cuadrados rojos, amarillos y azules enmarcados en bandas rectil铆neas negras. La destrucci贸n del arte se complet贸 cuando los americanos Newman y Rothko suprimieron la geometr铆a, que era un resto impuro de la naturaleza, para reducir la pintura a manchas de un solo color sin l铆mites precisos. La iron铆a ha hecho de una utop铆a de la igualdad proletaria la mejor expresi贸n capitalista del arte pict贸rico de la modernidad. Pero la abstracci贸n pura, una idea totalitaria, no es compatible con el arte. Por eso es reaccionaria y, adem谩s, no me gusta.

Antonio Garc铆a-Trevijano

Vida del pintor Bonifacio. Los animales geom茅tricos II

 


BONIFACIO

Turner, 1992

Ignacio Ruiz Quintano

 

DIECISIETE
Los animales geom茅tricos II



De noche, Bonifacio baja a la ciudad, descolg谩ndose de las Casas Colgantes.

En la ciudad, la falta de bullicio mantiene a los habitantes de esta pict贸rica y pintoresca corte de los milagros obsesionados por dos problema: el aburrimiento y la promoci贸n.

En la plaza Mayor, los artistas se distinguen por vestir con desali帽o, con lo cual adquieren un toque de excentricidad uniforme que hace m谩s insoportable la vida de mentidero, y muchas noches Bonifacio se pregunta si no habr谩 salido de casa s贸lo por no ver el monumento del Coraz贸n de Jes煤s.

Fuera de las horas del almuerzo, Z贸bel acostumbra pasear por esa plaza en solitario, arrastrando sus enormes zapatos entre los ni帽os que juegan al f煤tbol, y un d铆a les concede una subvenci贸n infantil para que hagan un equipo y dejen de molestar a los artistas que cotorrean de pintura y a los curas que repasan el breviario.

Despu茅s de veintid贸s a帽os de paseos por la plaza Mayor, no es dif铆cil llegar a la conclusi贸n, como Bonifacio, de que “aqu铆 todos est谩n locos”, y menos si una noche, de repente, lo apalizan a uno alevosamente “por su cara de vasco”. Eso le ocurri贸 en Cuenca a Bonifacio una vez que hab铆a campa帽a electoral.

Bonifacio fue asaltado por un hatajo de novicios fascistas que, en su esfuerzo por presumir de fieras peligrosas, lo sorprendieron en un callej贸n, a la salida de una juerga, voceando como los bisontes y afectando la gallarda estampa de los hurones. Era un 20 de noviembre, y pag贸 por su cara de vasco, cuando en toda Cuenca no hab铆a m谩s de tres: un futbolista, el cura de la Renault y 茅l, que esa noche andaba con la pena a cuestas porque acababa de enterrar a su perra Guacha, una sabuesa de casta para la monter铆a. Bebi贸 y juergue贸 en compa帽铆a de Arturo Ballesteros y Eduardo Torallas para celebrar el encuentro con Paco Fonseca, hasta que, de vuelta a casa, cay贸 en la celada del callej贸n, donde no tuvo ni tiempo de pedir confesi贸n. Permaneci贸 en el hospital durante dos semanas y fue indemnizado con sesenta mil pesetas porque uno de los asaltantes, presumiendo de haberle dado una paliza a un vasco, acab贸 en el banquillo.

Para Bonifacio, hace tiempo ya que la ciudad s贸lo es el sople.

Aqu铆, los artistas cada d铆a ganan menos y gastan m谩s, porque la ciudad, prestigiada por los artistas, se ha convertido en una ciudad cara.

Lo curioso es que Bonifacio, que no se ha ido antes de Cuenca por el amor de una mujer, s贸lo se ir谩 de Cuenca por el amor de otra mujer.


 


En brazos de su madre

Jueves, 29 de Septiembre

 

 

Atardecida

mi茅rcoles, 28 de septiembre de 2022

Rocanrol. As water is in water

 

Get The Water

 

That which is now a horse, even with a thought

The rack dislimms, and makes it indistinct

As water is in water

WS


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Ambici贸n y talento de Kandinsky

 

 

La ambici贸n de Kandinsky era superior a su talento (...)  Cambi贸 la nacionalidad rusa por la alemana y 茅sta por la francesa (...) Pero el fraude Kandinsky no est谩 en su biograf铆a, que por inconsistente que fuera en nada debe afectar al an谩lisis y valoraci贸n de su obra pict贸rica, sino en la prueba documental que 茅l mismo prefabric贸 para hacerse pasar por el padre fundador de la completa abstracci贸n. Me refiero, claro est谩, a la famosa acuarela sin t铆tulo (49,6 por 64,8 cm), en el Museo Nacional de Arte Moderno de Par铆s, que dat贸 falsamente en 1910, y al cuento de que descubri贸 el valor aut贸nomo de las manchas de color en que se funda la pintura abstracta, ¡poniendo un cuadro suyo boca abajo!

[...]

Los cr铆ticos que han hecho de Kandinsky el fundador de la «gran abstracci贸n», han tenido que reconocer la falsedad de la fecha de la acuarela mencionada. La mayor铆a de ellos, para seguir d谩ndole mayor m茅rito del que tiene, la sit煤a en 1913. Pero ni siquiera esa fecha es posible. Los suaves colores (manchitas ocres y azules, separadas sobre fondo blanco) son incompatibles con la dureza de los vivos tonos «fauvistes» que dominan en toda su producci贸n anterior a la guerra. Y si es cierto que la suavidad pastel aparece en la parte inferior de la «Improvisi贸n Klamm» de 1914 (Museo de Lenbachhaus), tambi茅n lo es que aqu铆 hay un vivo abigarramiento de elementos reconocibles.

Antonio Garc铆a-Trevijano

Vida del pintor Bonifacio. Los animales geom茅tricos I


 

BONIFACIO

Turner, 1992

Ignacio Ruiz Quintano

 

DIECIS脡IS
Los animales geom茅tricos I

 

La chusma de los sabios todav铆a ignora si el mundo es un laberinto o un caos.

Si el mundo fuera un caos, andar铆amos perdidos, y Bonifacio se ha encaramado en Cuenca para disfrutar de la corajuda perplejidad del laberinto, un laberinto de telas de ara帽a y cuartos traseros de insecto cuya visi贸n, antes que desesperarlo, como ocurre con los blandengues, lo hace abocarse al trabajo, y quienes acuden a botaratear al gui帽ol art铆stico de la ciudad juzgan anticuado el estilo de vida de Bonifacio.

Nada nuevo. “Cuando uno est谩 mentalmente muy avanzado, es natural que sea anticuado y normal en el vivir cotidiano”, hab铆a alegado Gertrude Stein, quien por cierto, tambi茅n estuvo un verano en Cuenca –“el coraz贸n de una terrible soledad”, seg煤n sus palabras– por recomendaci贸n de Harry Gibb, el pintor ingl茅s a quien la propia se帽ora Stein vaticinara una vida tr谩gica, lo mismo que a Juan Gris.

En su gruta conquense, Bonifacio se aficiona a la econom铆a fr铆vola del gadget –ese af谩n inusitado por los utensilios ni del todo 煤tiles ni del todo in煤tiles– a la vez que colecciona insectos con la misma excitaci贸n que produc铆an en el 谩nimo de Petrarca las monedas romanas.

Saura, que tiene libre la entrada por la puerta secreta de la gruta, entrev茅 “una invasi贸n de insectos coleccionados en cajas, en bocales, pegados en libros, prensados entre dos vidrios para ser proyectados como diapositivas en su cat谩strofe anat贸mica de cementerio de autom贸viles”.

Temeroso de caer en el lugar com煤n, Bonifacio ha prescindido del virtuosismo –algo parecido al minimal– que tantos beneficios econ贸micos le ven铆a proporcionando y, frente al desprecio aristot茅lico por los insectos, Bonifacio esgrime la geometr铆a plat贸nica del cardador y la rezandera, de cuya especulaci贸n se sacan alt铆simos conceptos.

Bonifacio percibe que la pintura que no sea dura est谩 condenada a desaparecer, y ni las privaciones lo afectan a la hora de tomar el riesgo de hallar el estrago donde espera el laurel.

Bonifacio necesita resolver el problema de la pintura, y, si los cubistas hab铆an sido los cart贸grafos de cada individuo, Bonifacio ser谩 el cart贸grafo de cada gusano, reconstruyendo el mecanismo de los insectos como Picasso hab铆a reconstruido el rostro humano. Ya puestos ¿qui茅n podr谩 sustraerse a la epig茅nesis de un gusano?

En la Historia Insectorum Generalis se afirma que una mosca arroja m谩s luz sobre el conocimiento verdadero de la estructura y los usos de las partes del cuerpo humano que una disecci贸n repetida del mismo, porque en cada animal hay un mundo de maravillas, como sab铆a Sime贸n el estilita, aquel santo bu帽uelesco que reintegraba los gusanos a sus llagas.

Lo que Bonifacio comienza con fe no suele abandonarlo con desaliento, y hay que imaginarlo en esta 茅poca de su vida esculcando el campo para capturar esos insectos a los que luego matar谩 para inyectarles con su escobilla el jugo digestivo que tienen los pintores para disolver y chupar todas las formas, y que hace de los pintores una especie de vampiros que se cuelgan de un hilo y se dejan llevar por el viento, para dispersarse.

 



 

Mi茅rcoles, 28 de Septiembre

 

La batalla de Brighton

Felicidades a Claudia

 

 

Happy Birthday

 

CLIC

martes, 27 de septiembre de 2022

Tiempo de berrea

 




         

Francisco Javier G贸mez Izquierdo

"...Que diz verdat el sabio claramente se prueva:
        omnes, aves, animalias, toda bestia de cueva
       quieren segund natura compa帽a siempre nueva..."
                                                        (Arcipreste de Hita)

        "Cuando sienten el agua en el lomo all谩 al final del verano o principios del oto帽o... Ah铆 se dispara la berrea."  As铆 dice el gran Paco, que sabe del asunto, en los Montes de Toledo. A m铆 me parece, por las cuentas que suelo hacer cada a帽o, que la berrea incontrolada en la que el venado se olvida de comer y s贸lo piensa en acarrear "pepas", espantar rivales y bramar como si fuera el m谩s extraordinario tenor pol铆gamo de la comarca suele explosionar dos o tres d铆as despu茅s de la Merced. "Canto de amor" llaman algunas gentes delicadas a lo que es un frenes铆 sexual espectacular. Si alguna vez tiene ocasi贸n de contemplar una berrea como Dios manda, no se la pierda. Es cosa que no se olvida.

  [Fotograf铆as de To帽o Renedo, el amigo que estuvo unos d铆as con el gran Paco y servidor de ustedes
.]

Madrid amanece

 


El primero del d铆a

Mountains and Clouds, de Alexander Calder

 

Mountains and Clouds by Alexander Calder; located in the Hart Senate Office Building


Realizadas a comienzos de la d茅cada de los treinta, estas construcciones artesanales obedecen, en sus elementos individuales, a las figuras geom茅tricas de la abstracci贸n suprematista o calvinista y, en su composici贸n lineal, a la ingravidez exc茅ntrica del fundador del constructivismo, el artista bolchevique Rodchenko [...]


Cuando la est茅tica de la composici贸n, esencial en la delicada obra de Calder, incluso en la de sus gigantescos «stabiles» zoom贸rficos en acero pintado de rojo para decoraci贸n urbana (al estilo del toro negro anunciando a Domecq en la r煤stica), es reemplazada por la idea de fuerza inherente al hierro descarnado, desaparece el arte de objeto y aparece la tosca artesan铆a de la pura brutalidad de la materia (Berto Lardera y Roberto Jacobsen en los cincuenta; Bernardo Luginb眉hl en los sesenta; Eduardo Chillida en los setenta).

Antonio Garc铆a-Trevijano

Cordialidad ling眉铆stica


Francis Bacon

 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    Los constitucionalistas espa帽oles se manifiestan en Barcelona para que los dejen hablar en espa帽ol en Espa帽a, y Feijoo responde a su demanda:
    

Cuando estemos en el Gobierno vamos a aplicar todas las herramientas del Estado de Derecho para conseguir la cordialidad ling眉铆stica.
    

Ser cordial, dec铆a Santayana, es como alborotarle el pelo a alguien para alegrarle, o besar a un ni帽o que no lo pide: “Se siente uno a gusto cuando eso acaba”. Besada Cuca y despeinada Cayetana, ¿qu茅 hay de la Constituci贸n? ¿Y de las 贸rdenes del Supremo para hacer cumplir la ley?


    –La diferencia entre la norma constitucional y la ley: la ley garantiza el derecho de todos contra uno; la Constituci贸n, el derecho de uno contra todos.
    

Mas la Constituci贸n espa帽ola, a帽ade el autor de “El discurso de la Rep煤blica”, no garantiza los derechos individuales frente al poder de los gobiernos, y convierte en legisladores a unos grupos partidistas que legislan, por corrupci贸n, en inter茅s de unos pocos contra el de todos.


    En septiembre del 57, Arkansas recibe la orden de la Corte Suprema de admitir a nueve estudiantes negros. El gobernador desobedece y el presidente Eisenhower responde: “La Constituci贸n federal ser谩 sostenida por m铆 con todos los recursos legales bajo mi poder”. Y envi贸 a Little Rock… ¡a la 101 Aerotransportada!, que escolt贸 la entrada de los nueve estudiantes a la escuela.
    

Pero nuestros constitucionalistas son fetichistas de una palabra, Constituci贸n, que es el dr贸gulus de sir Alfred J. Ayer al padre Copleston en la BBC:
    

Suponga, padre, que digo “Hay un dr贸gulus all铆”, y usted dice “¿Qu茅?”, y yo replico “Dr贸gulus”, y usted pregunta “¿Qu茅 es un dr贸gulus?”. Bueno, digo yo, no puedo describir lo que es un dr贸gulus porque no es la clase de cosa que usted pueda ver ni tocar; es un ser incorp贸reo. Y usted dice “Bien, ¿c贸mo puedo decir si est谩 all铆 o no?” y le contesto “No hay forma de decirlo. Todo sigue justo igual est茅 all铆 o no. Pero el caso es que est谩 all铆”.
    

Eisenhower obedeci贸 a una Constituci贸n que le permit铆a tirar de la 101. Feijoo tira de la cordialidad porque obedece a un dr贸gulus, el pacto del 78 (una parodia del Directorio franc茅s) que consagra “la perpetuaci贸n de una misma clase pol铆tica mediante el sistema proporcional y la imposibilidad de controlar a los gobiernos”, que pueden confinar ilegalmente a la poblaci贸n y desobedecer a discreci贸n al Supremo, reserv谩ndose para aquellos casos que se fueren de las manos la piadosa gatera del indulto, condenado por Francis Bacon: “La piedad es cruel cuando empuja a salvar criminales que deber铆an ser alcanzados por la espada de la justicia; es m谩s cruel que la crueldad misma; porque la crueldad no se ejerce m谩s que contra individuos; mientras que esta falsa piedad, al favor de la impunidad que procura, arma y empuja a toda la tropa de criminales contra la totalidad de las gentes honestas”.


    Contra los desmanes cabe recurso de manifestaci贸n.

[Martes, 20 de Septiembre]
 


Cuca & Cayetana

 

Martes, 27 de Septiembre

 


La Guerra Fr铆a

Felicidades a Oti

 

Going to California



lunes, 26 de septiembre de 2022

C贸rdoba para el ataque, y para defender, Burgos


 Jos茅 Antonio Caro

 Youssi Diarr谩 con el Athletic

 

 

Francisco Javier G贸mez Izquierdo


        Las m煤ltiples ocupaciones familiares a煤n no han permitido que vea al C贸rdoba en directo en esa Primera RFEF que regul贸 don Rubiales en su primera edici贸n para ascender al Deportivo a Segunda y que el Albacete frustr贸 para pasmo de un estadio Riazor engalanado para la ocasi贸n. El C贸rdoba sigue como acabara la temporada anterior: ganando. 

El a帽o pasado s贸lo perdi贸 un partido en la 2陋 RFEF, ante el Villanovense, lo que permiti贸 ascender a falta de varias jornadas. El entrenador Germ谩n Crespo, un se帽or de Granada que se ha curtido en la tercera divisi贸n andaluza y que dej贸 el Lincoln Reds de Gibraltar cuando lo llam贸 el C贸rdoba, ha retocado para bien, muy poco el equipo y le ha dado por sorprender cada domingo con sus alineaciones en decisiones que a servidor le parecen sabias, pues todo el plantel entrena y se esfuerza con la certeza de que si no sale ma帽ana estar谩 listo para pasado-ma帽ana. El caso es que los cinco partidos disputados se han saldado con cinco victorias y al rival mayor, supone servidor que el Depor por su plantilla e inclinaci贸n federativa, ya le han sisado puntos dos equipos vecinos, Pontevedra y Celta B. 

Juega bien el C贸rdoba, tiene momentos casi sublimes que destrozan defensas en cinco minutos de inspiraci贸n de tipos poco conocidos como Carracedo, Kike M谩rquez, Ximo o... Diarr谩, uno de esos negros de aspecto enjuto a los que no se les escapa una y que no s茅 si nos ha dejado el Athletic, s铆, el de Bilbao, o lo hemos fichado y que hace lo que debe hacer un mediocentro como Dios manda. Arriba tenemos super谩vit de delanteros con gol, Fuentes, Casas, Ledesma, Ximo, Sergio Benito... todos han marcado dando una media de tres goles por partido y es circunstancia que servidor aprovecha para sugerir que los dos clubes de sus amores lleguen a un acuerdo de colaboraci贸n y ascienda de categor铆a tal que una pareja y se plante en Burgos para dar lustre a una delantera que lleva dos goles, uno de ellos gracias a un penalty ante el Cartagena que los que est谩bamos en El Plant铆o no vimos. 

El VAR dijo que s铆 para que Luis Carri贸n, otro se帽or que fue jugador y entrenador del C贸rdoba, disculpara al colectivo arbitral porque era demasiado evidente que ni los colegiados saben ya lo que es penalty y lo que no. El otro gol lo marc贸 ante el M谩laga, Artola, un delantero tambi茅n del Athletic B, compa帽ero de Diarr谩, que jugaron juntos el 煤ltimo partido de la Segunda B, que no fue otro que el Bilbao Athletic-Burgos que decidi贸 nuestro ascenso en Almendralejo.

El Burgos no mete goles, pero tampoco se los meten, y en tan ins贸lito elogio del Cero ha entrado la estad铆stica y el morbo sobre la imbatibilidad, esa virginidad del guardameta de la que ahora toca alardear a Jos茅 Antonio Caro D铆az, un portero de la Palma de Condado, el pueblo de Miguel Pardeza y al que servidor vio hace varios a帽os con mucho pelo empezar a curtirse en el Sevilla B. La plantilla del Burgos no creo que sea mejor que la del C贸rdoba. Los fenicios que andan en el negocio del f煤tbol sacar铆an mas vendiendo desde El Arc谩ngel que desde El Plant铆o, y aunque lo que Juli谩n Calero, el m铆ster del Burgos, ha ense帽ado en defensa no hay maestro que lo iguale, creo que resultar铆a de poco beneficio colocar las piezas del muro por separado.

En fin, vuelvo a C贸rdoba y espero seguir asomado a Salmonetes... como sol铆a, pero oigan, desde que me jubil茅 tengo mucho menos tiempo libre que cuando andaba amarrado al duro banco de la obligaci贸n diaria.

En茅simo tocomocho de la “corrida concurso” en Las Ventas. Gan贸 el "palmosillo" de cola, pero el guapo fue el "escolar" de co帽ac. M谩rquez & Moore

Minerito, de Jos茅 Escolar

 

 

JOS脡 RAM脫N M脕RQUEZ 


En茅simo tocomocho de la “corrida concurso”, ese engendro que no se sabe para qu茅 sirve ni de qu茅 va. Si honradamente alguien ha estado en una corrida concurso que haya merecido la pena, que lo diga. Yo recuerdo, puestos a bucear, una en Valverde del Camino, hace ahora diez a帽os, veintiuna entradas al caballo, Ferrera y Rafaelillo dispuestos a dar una tarde de lucimiento a los toros, picadores deseosos de obrar con rectitud y los toros poniendo el argumento de peso en una gran tarde de toros.

Bueno, pues de eso en la de Madrid de hoy, nada de nada. Unas rayitas pintadas en el suelo nos avisaban de que presumiblemente la tarde no era una tarde m谩s, por mucho que luego la realidad viniera a recordarnos que esta tarde era otra tarde como tantas otras: una especie de limpieza de corrales de fin de temporada por la parte ganadera y tres toreros de la parte econ贸mica del escalaf贸n redondeaban una convocatoria de las que, por poca gente que pase por la taquilla, ya hay previsi贸n para la Empresa de que los ingresos van a estar por encima de los gastos.

Seis toros de diversas hechuras y pelajes, de las ganader铆as de Juan Luis Fraile, Ferm铆n Bohorquez, Pallar茅s, Jos茅 Escolar, La Palmosilla y Sobral para Javier Casta帽o, Rub茅n Pinar y G贸mez del Pilar eran los atractivos que mover铆an a las gentes a adquirir los boletos y la verdad es que hubo poco movimiento: el 7 lleno de gente y la habitual desbandada por el resto de los tendidos era el aspecto que la Plaza ofrec铆a cuando el alguacil don Francisco Javier y la alguacililla do帽a Roc铆o a lomos de sus jamelgos tordos despejaron la Plaza, ya de por s铆 totalmente despejada, y encabezaron el pase铆llo de los matadores y sus cuadrillas.

 El tono de la tarde se percibi贸 ya con el graciliano Ga帽anito, n煤mero 84, largo, fino y serio, de impecables pitones, ante el que se produjo la debacle banderillera con doce o catorce entradas resueltas en pasadas en falso, clavadas impares y capoteos nerviosos. El toro met铆a miedo, es natural, y por eso est谩bamos en la parte de arriba los que pagamos y en la de abajo los que cobran, que si cobrasen por la calidad de su actuaci贸n y su torer铆a hoy el sueldo habr铆a sido calderilla. Tras el mitin banderillero vino la primera estaci贸n de penitencia de Javier Casta帽o, desconfiado y desdibujad铆simo. No es que Javier Casta帽o haya sido torero de levantar grandes pasiones, pero hubo una 茅poca en la que, con una gran cuadrilla a su servicio, era capaz de  redondear un completo espect谩culo que, aunque siempre quedaba desdibujado en el 煤ltimo tercio, sol铆a dejar una agradable sensaci贸n en los paladares. Hoy, con una cuadrilla de lo m谩s normal, llega al toro sin run-r煤n triunfal, lanzando hacia el tendido la imagen de que id茅ntico temor al que han pasado sus peones hace un rato es el que 茅l tiene en ese momento final del vis a vis con el burel. El graciliano no regala nada, impone mucho y en seguida se da cuenta de que, puestos a mandar, manda m谩s 茅l que el que le va a matar. Dif铆cil acuerdo el de los dos actores sobre la arena, con el de negro sabi茅ndose el amo, hasta que el de oro decide irse a por el estoque. Para redondear su tarde horrible el segundo de su lote es Minerito, n煤mero 10, de Jos茅 Escolar, puro trap铆o, un precioso toro de imponente cabeza, seriedad por los cuatro costados, que casi desde el primer capotazo, o acaso en el segundo para ser exactos, se orienta perfectamente sobre la existencia de un se帽or que maneja esas telas de vivos colores y se fija como objetivo buscarlo y hallarlo. Minerito es listo y se entera de lo que pasa, y lo que le hacen tampoco es que sirva para desenga帽arle de sus intenciones. Le pegan en varas lo que pueden, se le banderillea de manera menos mitinesca que al Fraile que hizo primero y cuando llega el momento de v茅rselas a solas con 茅l, Casta帽o no es capaz de dar un solo pase de castigo, un solo pase de sometimiento, sino que se obstina en resolver los mantazos por alto y sin el m谩s leve asomo de poder铆o, con lo que el pupilo de Escolar va vini茅ndose arriba, al no recibir quebranto. M谩s pronto que tarde, sin haber intentado siquiera lidiar al toro, se va Casta帽o a por el estoque dejando un espadazo entero de chamba que hubo de ser refrendado con innumerables descabellos plenos de desconfianza. Creo que habr铆a brillado m谩s con este imponente lote el hermano de Casta帽o, Dami谩n, que anda muy suelto con ganado duro, y de entre los de la tarde, Rub茅n Pinar, que posee mejor oficio, como demostr贸 en aquella inolvidable faena al toro de Guardiola.
 

A Rub茅n Pinar le sali贸 el lote bueno, lo cual no quiere decir que fuese el lote que a 茅l le ven铆a al pelo para su triunfo. El primero, Reducido, n煤mero 47, muy armonioso y en el tipo de Murube hizo que Pinar sacase su faceta m谩s ajulianada, de donde abreva su tauromaquia; anduvo inteligentemente con el toro, no meti茅ndole presi贸n para que no se cayese tanto, y con m谩s uso de la zurda que de la diestra. La faena no consigui贸 entusiasmar a la c谩tedra por ventajista y la remat贸 de una muy buena estocada en corto, de lenta y perfecta ejecuci贸n. Su segundo fue el de La Palmosilla, Brasero, n煤mero 38, un novillote adelantado y sin maldad que demandaba m谩s toreo que ventajas y que no dio un solo quebradero de cabeza al matador. Pinar volvi贸 a julianear todo lo que quiso a base de echar la pata atr谩s y de ir prodigando sus telonazos sin  ton ni son y desaprovechando las embestidas que el toro le regalaba. Varias veces fue sorprendido por la embestida del toro antes de citarle, cosa de la mala elecci贸n de la distancia, y poco a poco fue viendo como las palmas iniciales se iban tornando en censuras a medida que el respetable se iba dando cuenta de que el toro se iba sin torear. Lo tumb贸 de otra certera estocada de buena ejecuci贸n, que cay贸 un poco contraria. El toro protagoniz贸 un espectacular derribo de Puchano y dos conatos de lo mismo, m谩s debidos a que el varilarguero no estaba peg谩ndole que a la pujanza del toro.


A G贸mez del Pilar le sali贸 el santacoloma Pantera, n煤mero 92, y se lo llev贸 a los medios por ver贸nicas, luego dos medias y una larga cordobesa en el mismo platillo, que es la cosa de m谩s sentimiento que se ha visto en la tarde. Juan Manuel Sang眉esa le practic贸 una sangr铆a desde el penco de las faldillas y Pantera comenz贸 a perder la sangre, la vida, a chorros de manera ostensible. Otero dej贸 dos pares de buen pe贸n, subrayados con una acaso exagerada ovaci贸n, G贸mez del Pilar se dispuso a torear a un animal que se iba muriendo por momentos hasta que se ech贸 exhausto al suelo. Lo levantaron como pudieron para que el matador pudiese clavarle el estoque, pero la muerte a plazos del toro estaba explicada en los charcos de sangre que hab铆a ido dejando en los diversos lugares de la Plaza en los que hab铆a estado. Para final del festejo sali贸 un espectacular toro ensabanado de Sobral, Cebadito, n煤mero 55, que sali贸 de naja en la primera vara y algo menos despu茅s. No sirvi贸 la brega de 脕ngel Otero para mejorarle y, entre lo fr铆a que se iba poniendo la tarde y la presunci贸n de que all铆 estaba ya todo el pescado vendido, G贸mez del Pilar opt贸, sabiamente, por acercarse a la barrera a por el acero de verdad y dar por finalizada la tarde mediante tres pinchazos y una estocada que entr贸 entera dentro del toro.

 
El premio del concurso se lo dieron al de La Palmosilla, pero el m铆o particular es para la fiereza salvaje e inteligente de toro de Jos茅 Escolar.

 

Guernica con cocacolo

 

ANDREW MOORE

 










Del Pilar y el santacoloma Pantera

FIN

Peine del viento, 1976

 

    Peine del viento, 1976

 

    La m谩s da帽ina de las destrucciones del arte en tres dimensiones, la que mejor revela la decadencia art铆stica que ha consagrado y subido a la gloria del arte nacional vasco-espa帽ol al fallecido artesano Eduardo Chillida, no simboliza ni denuncia la brutalidad de una 茅poca de violencia y terror, enrejando el espacio libre en tent谩culos de hierro curvados sobre yunques despiadados, como la benevolencia optimista quiere suponer, sino que su propia obra constituye la brutalidad, marcando por ejemplo las rocas del mar con hierros agresivos, al modo como los due帽os de una ganader铆a registran en la piel viva la propiedad de sus reses.

Antonio Garc铆a-Trevijano