jueves, 30 de abril de 2015

Garitanismos




Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Un cinero mexicano, Iñárritu, con ese desparpajo cultureta que da la actual cinería andante, llama “genocidio cultural” a las películas de superhéroes; la prensa va con el cuento a Robert Downey Jr., con fama de chinche, que contesta: “Mire, yo le respeto. Creo que para un hombre cuya lengua nativa es el español, ser capaz de armar una frase como ‘genocidio cultural’ habla de lo brillante que es.” Y entonces esa misma prensa acusa de xenofobia… a Downey, porque el periodismo ignora el significado de “xenofobia” y… “genocidio”, que de constituir un tecnicismo finísimo del Derecho ha pasado a ser la expresión de una riña de peluquería.

En Londres, los hinchas del Arsenal cantaron el domingo “Boring, boring Chelsea”, y cuando Mourinho responde que lo aburrido es estar diez años sin títulos la prensa titula: “Ataque de Mourinho al Arsenal”.

En Almería, capital del “spaghetti western”, y el mismo día de la derogación en Islandia, que pasa por ser el país más seguro del mundo, de una ley, en vigor desde hacía cuatrocientos años, “que permitía matar vascos”, el entrenador del Éibar, Garitano, da su rueda de prensa en vascuence, la lengua en que imparte instrucciones al mediocentro ghanés Derek Boateng; cuando los periodistas andaluces hacen ver que no se coscan de nada, Garitano los planta, saliendo en su defensa Luis Enrique, entrenador del Barcelona.
¡Sólo faltaba! ¡Que no pudiera uno hablar en su lengua!
Ser asturiano y decir eso en Barcelona suena a Ciudadanos, pero era otra cosa.

Un paisano culto de Iñárritu, Alfonso Reyes, con los datos de los expertos que sostienen que el vascuence fue la lengua del Paraíso-Emundía, relata cómo una mañana, andando por Sagardúa-Kale, Adán, muy jebo, y Eva, muy chirene, se encontraron con la Serpiente, descolgada del manzano prohibido de Jangoicoa-Dios.

La Serpiente habló con Eva. Eva convenció a Adán. Los manzanos sonreían. Y éste fue el origen de la sidra.
Luis Enrique es de Gijón.

La vida, según Stevenson



-Nos enamoramos, bebemos mucho, corremos aquí y allá sobre la tierra como ovejas asustadas.
 R. L. Stevenson

Jueves, 30 de abril

Valle de Esteban

-Más del ochenta por ciento de los adolescentes americanos no saben leer en silencio.
George Steiner

miércoles, 29 de abril de 2015

La bandera



Ignacio Ruiz Quintano
Abc

La misión que la Historia reservaba a Pablemos era recoger la indignación de la izquierda revolucionaria en la Puerta del Sol y pastorearla hacia el interior del sistema, tal que en Bravo Murillo condujo Panero una manifestación contra el Régimen a un callejón sin salida, donde les dieron.

Mas para llevar a cabo su misión, Pablemos necesita la bandera, como esos guías que en Sevilla pastorean a los turistas japoneses camino del Alcázar, pero no sabe, el hombre, cómo sacarla.

Imagínate un condón que cuando viene el gusto se enciende una bandera catalana –dijo el emprendedor Justo Molinero al separatista Junqueras.
Pero Pablemos, en eso, es igual de estrecho que Carrillo. Podría probar a desplegar la bandera como Pepe Luis la muleta. ¡El cartucho rojigualdo de Pablemos!

En el 77, Carrillo fue a la Zarzuela y no se volvió a ver una bandera republicana en sus mítines. Pablemos ya fue a Bruselas a ver al Rey, pero aún le falta que en los mítines comunistas no se agiten trapos tricolores, lo que produce esa risa nerviosa que suele acometer a las almas sensibles cuando salen de visitar un manicomio.

¡Aquello era un manicomio! –dicen quienes vieron el gol de Chicharito en el Bernabéu, donde hay banderas mexicanas, pero no españolas, ya retiradas.

Aldeanismo hispánico.

¿Qué se va a hacer con la bandera roja y amarilla de las portadas de los “Episodios” de Galdós? –se preguntaba Ruano en enero del 32.
Dos semanas después, era enviado al Alto Llobregat para informar del primer levantamiento izquierdista contra la República, y se detuvo en Figols para reportear el baile de banderas: “En abril quitaban exaltadamente la bandera que estaban acostumbrados aplaudir e izaban con entusiasmo la bandera republicana. Ahora se han cargado la bandera de la República y han levantado la roja. Luego quitan la roja y ponen la blanca. Por último, quitan la blanca y alzan la republicana”.

A ver con qué bandera nos hace el cartucho Pablemos.

La almadraba de Barbate realiza la primera "levantá"*


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BARBATE EN MADRID


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*‏@AbeInfanzon 

Miércoles, 29 de abril

Valle de Esteban
Cumbres carrascosas

martes, 28 de abril de 2015

Felicidades a Tomás Martín de Vidales


(Vía @polinitito)


El Cordobés en el homenaje a Juan Lamarca

 El discurso

 El saludo

 La alegría

 La Juampablina

El abrazo

El pueblo de Viriato

 Viriato
El Guijo de Santa Bárbara


Francisco Javier Gómez Izquierdo

         De  Viriato leímos y nos contaron que fue héroe lusitano. Nos decían lusitano para hacerlo un poco español, entre salmantino y zamorano, pero a Viriato los portugueses lo nacionalizaron portugués para la eternidad y sus poetas no han dejado nunca de cantarle. Pero así como Aníbal cruzó todos los ríos y arroyuelos de Lisboa a Cartagena y no falta aprendiz de historiador que te localice en el término de su pueblo el sendero de los elefantes cartagineses, la Lusitania de Viriato es patria extensa y no determinada antes de Cristo.

         En El Guijo de Santa Bárbara, que es aldea de pastores en la sierra de Gredos, muy cerca de Jarandilla de la Vera, tienen la certeza de que Viriato es guijeño porque así lo dijo el emperador Carlos V; “Sed valientes como vuestro paisano Viriato...” y porque en unos papeles de un tal Azedo de la Berrueza está escrito que “...no reparando, en esta división de la antigua Lusitania, han querido algunos decir que nuestro capitán Viriato era de la Luisitania que hoy llamamos Portugal; lo cual es engaño manifiesto, porque es muy válida tradición verdadera y cierta, que el valeroso y esforzado capitán Viriato de quién vamos tratando y de quien las historias cuentan tantos prodigios y hazañas fue de la Luisitania antigua, comprendida en la Vetonia, y natural de Guijo, lugar pequeño que está encima de la villa de Jarandilla”.

         En El Guijo se acaba la carretera y en los riscos de su sierra se ven  cabras montesas y manchas quemadas por los pastores a los que se les ha ido la mano. El Guijo es pueblo de gente firme y sufrida encomendado a la patrona de las tormentas que no se incomoda porque dudes del nacimiento de Viriato. Eufemia, de 89 años, te dice que ella siempre ha oído que el personaje nació en El Guijo y hasta te señala la casa.

-Los antiguos no iban a mentir... y además yo estuve en la cueva de allá arriba donde se escondía de los romanos.
       
El Guijo a mí me parece más viejo que antiguo, pero sospecho que sus piedras tienen más historia que Viriato.


 Banco
El Guijo de Santa Bárbara

Casa nueva
El Guijo de Santa Bárbara

Farsas



Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Con arreglo a una de las grandes frases de camiseta de Carlos Marx, lo de Rato, artífice del milagro económico de Aznar, sería la farsa de la tragedia de Calvo-Sotelo, artífice del milagro económico de Primo de Rivera.
Hegel dice, en alguna parte (¡precisión marxiana!), que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal se repiten dos veces. Pero se olvidó de agregar: la primera, como tragedia, y la segunda, como farsa.
Una versión gubernamental de lo de Rato es que el jefe del operativo fue un tal Asenjo que aspira a concejal en las listas de Carmona, ese hombre.
Con la frase de Marx en la camiseta, la farsa del tiro en la nuca treintañón sería el “acogotamiento” televisivo, lo más posmoderno en la industria de la muerte civil. A partir de ahí, la imaginación te lleva a ver a Condés en Asenjo, a Cuenca en el “acogotador” con chaleco, y a Prieto, el devorador de cochinillos en Casa Botín,… en Carmona.
Por el bien de España, y España somos todos, ojalá que lo de Rato fuera esa conjuración de Catilina en el seno del partido gobernante que venden los tertulianos, pues lo que la versión gubernamental vendría a reconocer es que en la España de Asenjo, como en la España de Condés, no hay Estado.
Los españoles de Asenjo son loritos de una tautología, Estado de Derecho, como los españoles de Condés (léanse los “Diarios” del pobre don Niceto, “líder de las multitúes” de Priego, Córdoba) lo fueron de una palabra, República, no de una idea.

Como Estado, España pajarea ante el chivatazo del Faisán y ante el referéndum de Mas, ante los moteros que a la vista de los guardias  piden paso con el pito a los peatones en las aceras y ante los toreros que a la vista de los alguaciles incumplen el reglamento en las plazas.
¿Por qué los alguaciles no sancionan al picador, por la carioca ? –preguntó un día un curioso en Las Ventas.

¿Para qué, si luego las multas no se pagan? –fue la contestación de un delegado de la autoridad.

Martes, 28 de abril

Valle de Esteban

Periodista.- Salzburgo le hace sufrir más que de costumbre...
Thomas Bernhard.- Salzburgo nunca me ha hecho sufrir. ¿Adónde quiere ir a parar?

lunes, 27 de abril de 2015

Las varonas

Justicia a la puerta

Francisco Javier Gómez Izquierdo

Tengo la sensación, pudiera ser que equivocada, de que debo pedir disculpas continuamente por entender  diferente de como pretende una tribu de varonas que ha conquistado leyes, administraciones y pensamiento. Esta especie femenina, de natural amargada y reivindicativa,  a mí me parece que no está al cabo de la calle y que todo lo impone apantalonada, como si  su opinión fuera palabra de Dios.
        
El otro día, y después de que los telediarios nos explicaran lo injustos que son los yanquis por tener 9 años presa a una madre, como si en España no encarceláramos a los padres por más tiempo y mucho menor delito que la señora condenada por secuestro, el BOJA convoca unas oposiciones para el SAS de Cardiólogos, cirujanos, traumatólogos, cirugía pediátrica, plástica, urología, etc., además de chóferes, celadores, cocineros, en las que en caso de empate entre hombre y mujer la plaza se adjudicará a la mujer, porque es de justicia aplicar la “discriminación positiva”. Para desempatar en plazas para especialidades médicas o áreas de trabajo en las que hay mayoría de mujeres, no. Ahí no se aplicará discriminación positiva en favor del sexo masculino, porque nada puede ser positivo si es hecho por mujer en favor del varón.
      
A la madre española encarcelada en EEUU la ha liberado una jueza porque la víctima -en países bajo el imperio de la ley los hombres también pueden ser víctimas de las mujeres- quiere que su ex-esposa atienda a su hija y así se lo ha hecho saber por escrito al tribunal. Estas formalidades son convenientes al Derecho de las naciones, pero los demócratas españoles mantienen que a la condenada en América una jueza española le había dado la custodia de la hija. Nadie repara en el derecho del padre, en las formas de secuestro, en los desacatos ante los tribunales de jueces serios y formales... No. Los derechos de las mujeres sólo se cumplen en España, donde se hacen las leyes más avanzadas del mundo en pro de un colectivo de continuo discriminado. Por eso el Gobierno Andaluz, como todos los gobiernos de España, feminista y beligerante contra el art. 14 de la Constitución Española, decide en favor de la mujer y aboga por una supremacía de varonas que nos ponga a los hombres en el lugar que nos corresponde: en la cárcel ó en el paro.

Montaditos sevillanos

Cada mochuelo en su olivo


Curro Romero
Lomo, tomate y jamón

José Tomás
Lomo, queso cabra, cebolla caramelizada

J. Garrido 
Lomo, jamón, vinagre Módena y q. cabra

Lama de Góngora
Mechada y paté

Manzanares
Mechada, jamón y tomate

Pepe Moral
Hamburguesita, tomate y queso

Enrique Ponce
Bacalao y salmorejo

Escribano
Mechada, jamón y salmorejo

Fandiño
Chorizo picante y queso

El Cid
Huevo de codorniz, jamón y salmorejo

Castella
Lomo y roque

Nazaré
Melva y pimiento

Padilla
Lomo, queso y salmorejo

Daniel Luque
Sobrasada y roque

Javier Jiménez
Chorizo picante y roque

Esclavina
Chicharrón y queso viejo

"Se vende"



Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Del Beni de Cádiz se cuenta (nos lo contó Moeckel en el Ave que quiere cerrar Garicano, rodeados de millonarios, camino de Sevilla) que, andando por Cádiz, y al pasar por la casa de Pemán, donde una placa dice “Aquí nació don José María…”, etcétera, lo detuvo su compadre, diciendo:

Mira, Beni. Ahí dise que “Aquí nasió don José María Pemán” ¿Qué crees que pondrán en nuestra casa cuando faltemos?
“Se vende” –respondió el Beni.
Es el “Se vende” que aguarda en el balcón de cada simple con balcones a la calle que va por nuestra política con andares de general De Gaulle.

Así, ese tipo que se comprometió a acabar con la corrupción de su partido… “preveyéndola”, que luego se perdió en una visita a Washington, que después votó por error con la derecha en el Congreso y que un día, de paso por Soria, sintió la necesidad de alardear de su burricie e hizo soriano a Machado:

Desde la cuna de Antonio Machado
Es la nueva ola de políticos a la española.

Catalá, el ministro de Justicia, que invita a desayunar para leer un folio con su teoría de la “libertad general”… de Rousseau.

Aguado, el jefe de Ciudadanos en Madrid, que come garbanzos en “La Bola” (¡donde tantos cocidos se apretó Caldera, el Pultofagónides de Zapatero!) mientras desarrolla la teoría de la bondad del hombre… de Hobbes.
Menéndez, ese Steve Jobs de Hacienda, que en sede parlamentaria, y con un puntero ante “El pago del tributo” de Masaccio, hace de su entropía tributaria una “repera patatera”.
Y desde luego, Snchz, Pedro de la Preveyéndola para el vulgo, que confunde Soria con Sevilla y quiere hacer “la federación de España”, y que pide ocho años en La Moncloa, no para poner el cartel de “Se vende”, sino para “montar el mejor sistema educativo del mundo”.

¿El mejor sistema educativo del mundo?

Para eso, Snchz, basta con ocho minutos, que es lo que a uno de ciencias, como usted, le llevaría firmar el decreto para recuperar el Bachiller de don Pedro Sainz Rodríguez.

El pago del tributo, Masaccio

La Vecchia Signora




Ignacio Ruiz Quintano
Abc

La bizarría madridista ante el Atlético ha sido bendecida por la Fortuna con un cruce con la Vecchia Signora.

De niños nos costaba un mundo entender que a la Juventus se le dijera Vecchia Signora, pero después de las “Confesiones” de Rousseau y muchas ruedas de Prensa de Valdano nos enteramos de que, así como el “New York Times” es ese periódico católico patrocinado por judíos para chasquear a los protestantes, la Juventus es ese club obrero patrocinado por aristócratas para vender el Fiat 600.
Gianni Agnelli fue el Santiago Bernabéu de la Juve, y Ramón Mendoza presumía de hablar con él en francés.
Me llamaba a la hora que él acostumbra levantarse, las siete y media de la mañana, madrugada para mí. Hablábamos en francés e irremediablemente me preguntaba por Sanchís.
Sí, señores. Agnelli parecía un renacentista, pero estaba futboleramente enamorado de Sanchís, el futbolista cuyo entrecejo es la clave de bóveda del piperío madridista, capaz de pasarse una noche en blanco esperando el paso de un corzo en el Gargantón.

Bonjour, mon ami, ça va? Je veux les deux Sanchís, le jeune y le vieil.
El viejo, dice Mendoza, era Hugo Sánchez, y el joven, Manolo, al que Agnelli quería a cualquier precio, pero Manolo se quedó en el Madrid como se queda en el Gargantón, quieto, y la Vecchia Signora fichó al alemán Kohler.

¿Que por qué Vecchia Signora?

Pues porque sus figuras tienen más años que una bandada de loros, desde los 37 de Gianluigi Buffon hasta los 35 de Andrea Pirlo, pasando por los 33 de Evra o los 31, que parecen 60, de Carlos Tévez. Eliminaron al Mónaco con un penalti inventado en Turín por el árbitro y ahora están en condiciones de viajar al Bernabéu con la misma tensión competitiva que adornaba a la tercera edad de La Mancha en los viajes de Bono a Benidorm.
El Madrid aprendió, al fin, a tratar a estos equipos pescueceros: la Juve en Italia, y en España, el Atleti.
¿Mi posición? –dijo Sergio Ramos, viéndose de medio centro contra Simeone–. Me van los técnicos con huevos.
Donde todo el mundo había visto flores, el “Cortihero” vio… huevos, que, desde luego, son los que tuvo Ancelotti para rescatar, como recurso contra el Atlético de Raúl García, la táctica de Mourinho contra el Barça de Leo Messi.
¿Qué es lo que mejor hace Manolo? ¿Regatear? Pues que nadie marque a Manolo –razonaba Cruyff su táctica contra el Atlético de Manuel Sánchez Delgado, más conocido como… M;anolo.
Han sido unos cuartos históricos: Ancelotti rompió moldes en el Bernabéu contra el Atlético y Guardiola rompió en Munich el pantalón contra el Oporto.
El molde de Ancelotti dejó ver al Pelegrín (“El sistema Pelegrín”, de Wenceslao Fernández Flórez) que el italiano lleva dentro.
El siete en el pantalón de Guardiola dejó ver unos calzoncillos que a Rosa Belmonte le parecieren el colmo de lo cani, algo que no se esperaba del tipo que m… colonia.

El Madrid se va a jugar la Undécima a los chinos con un tío que no cabe en el pantalón… y Luis Enrique.


CHICHARITO
Regalado por el United de Van Gaal, Chicharito andaba por Madrid como otro de tantos mexicanos ricos que te presentan últimamente en España (¡que cuente Antonio Burgos los que ha visto en la Feria!), hasta que hizo el gol de la leyenda de la Undécima, que ya decía el Indio Fernández que en México todo hombre puede ser leyenda siempre y cuando simbolice un ideal popular. “Yo, en lugar de corazón, tengo un águila devorando una serpiente”. Descolgados del caprichito del flamenquito para guiris de Isco, los piperos se suben al nopal sobre el que Chicharito, que en el banquillo nunca estuvo achicopalado, devora a la serpiente que se interpone entre ellos y su ideal. Chícharo, Chícharo, Chícharo… (Como Fígaro, Fígaro, Fígaro…)



Lunes, 27 de abril

Valle de Esteban
Carrasquitas 

La novillada de Javier Molina


Novillada de Javier Molina en Madrid

La papela de Abeya

 Descalzaperros

En la andanada del 9, una retratista francesa y juampedrera y un torerillo colombiano y estirado
 increparon a un viejo aficionado que comentó de la estocada de un novillero: "¡Lo ha degollado!"
Torerillo.-¡Cállese! ¡Un respeto!
Torerillo-¡Un respeto a los que se juegan la vida ahí abajo!
Torerillo-Porque yo soy torero y voy a torear en esta plaza.
Retratista-¡Y yo también he toreado!
Torerillo.- ¡Por culpa de gente como usted la tauromaquia está en decadensia!

domingo, 26 de abril de 2015

Domingo, 26 de abril

Valle de Esteban
Agua va

"Tengo, además, otras ovejas"

DOMINGO, 26 DE ABRIL

En aquel tiempo dijo Jesús:

-Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estragos y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor. Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre.

Juan 10,11-18

sábado, 25 de abril de 2015

Crónica de los victorinos, primera de las dos corridas de toros que ofrece la Feria de Sevilla

Victorinos de Sevilla 2015

José Ramón Márquez

Lo primero que hay que decir, una vez más, es que no hay Plaza de Toros como la de Sevilla. Es imposible concebir un espacio más bello para celebrar la vieja ceremonia que este coso del Baratillo, tan clásico, tan «arrematao» y tan apegado a sus tradiciones: los señores Maestrantes con sus blazier, las señoras con sus mantillas y sus desdén, los ganaderos en su chiquero, los alguaciles haciendo el paseo a cámara lenta y abandonando el coso por el callejón tras hacer entrega de la llave del toril… Cada cosa en su sitio, en un marco impecablemente limpio, aseado como el viejo cortijo de una gran familia.

Las tradiciones se cumplen a rajatabla en Sevilla, y una de ellas, cuando lidia en esta Plaza Victorino Martín Andrés, de Galapagar,  es la de rechazar un toro en el reconocimiento previo por «falta de conformación zootécnica». No falla. Este año le tocó la china al toro número 67, sentenciado al oprobio en documento oficial con membrete, sello, firma y rúbrica de D. Miguel Ángel Ocaña Castillo, Ocaña retrato intermitente, éste apruebo, éste no apruebo, éste sí, éste no, éste porque ssí, éste me lo como yo.

Después de lo que llevan visto en Sevilla es como de chiste, pero ya se sabe… si el Paleto fuese marqués y tuviese su ganadería en Lora del Río en vez de en Cáceres, lo mismo se lo pensaban, pero ahí tienen a Victorino, el forastero, para sacar pecho y aplicarle los artículos 37.6 y 41.1. Como debe ser. Luego el Paleto se venga de ellos echando al albero al toro, animal harto desconocido en la Sevilla taurina, aún a sabiendas de que harán lo posible por no darle premio alguno, otra tradición sevillana.

Victorino puso en la Plaza de Toros de Sevilla, propiedad de la Real Maestranza de Caballería, una corrida de toros, que daba gusto verlos andar por el ruedo, rematar en los burladeros, enterarse de lo que pasaba a su alrededor, mansear, acudir al caballo y hasta embestir con mimo y entrega. Una corrida en la que se vieron muchos registros de ese animal llamado «toro de lidia», que van desde el zambombo primero, Minervo, número 18, gordinflón, claudicante, fuera de todo tipo, hasta el exigente quinto, Estanquero, número 52, un toro para un torero. Excepción hecha del antedicho primero, un mal inicio de los que gustan a los calés, la corrida fue en seguida cobrando el vuelo que trae siempre la presencia en la Plaza del toro -no gato, no babosa, no cabra, no mastodonte- con sus dificultades, sus incertidumbres y la sensación de peligro real que llega al tendido. He ahí la verdad de la Fiesta: la sensación del riesgo y si, a despecho del miedo, además se crea belleza, miel sobre hojuelas.

Hay un estrambote un poco chusco que es el de la vuelta al ruedo que se le pidió, y se concedió, al cuarto, Mecanizado, número 73, un toro que salió de naja, huido y trotón, de sus dos entradas al caballo, al que acometió con la cara a media altura y con el rabioso arreón del manso. Ellos sabrán lo que verían en él.

Ante la seria corrida de Victorino se anunciaron Ferrera, Cid y Escribano. De Ferrera señalaremos la impecable improvisación de una soberbia chicuelina al sexto: el toro sale de naja del penco de José Manuel Quinta y el torero, que está en su viaje, resuelve la situación con torería antigua en el trazo firme y decidido de una maravillosa chicuelina que, por una vez, está justificada. La faena que casi estuvo para valerle un triunfo, la del cuarto, es de un tono muy menor, por debajo de las condiciones del toro, abusando del toreo facilón por las afueras, suerte descargada, echando al toro hacia afuera. Muy decepcionante, aunque fuese cantado como oro en polvo por la selecta cátedra sevillana, que se fijó más en la ligazón de los pases que en su enjundia. Pasa en todos los sitios, pero uno espera de esta afición, o lo que quede de ella, algo más de exigencia.

Escribano tiene un momento impresionante en su primero, Paquecreas, número 33, cuando el toro se le queda frenado en seco en el centro de la suerte y el torero, entre sus dos únicas opciones (aguantar, el respingo) opta por la segunda. Entre el hule o la vida, elige vida, donde no hay grandeza, ni nadie le puede exigir ése sacrificio de súperhombre. Si Escribano llega a aguantar impávido ese parón, revienta La Maestranza, pero se quitó, lo cual es comprensible. Luego, se va confiando con el toro y acaba la faena  toreando con bastante verdad, faena a más,  y arrancando sinceros «oles», en contraste con los «bieeeen» de Ferrera. La tarde de Valdemorillo fue decepcionante, pero en esta segunda vez que le vemos en este año ha estado con cuajo y ganas. Lo de las banderillas debería ir pensando en dejarlo, al menos en cosos de primera categoría.

La gran incógnita de la tarde era El Cid. Dentro de menos de un mes tiene seis de Victorino esperándole en Madrid y la impresión que ha dado en Sevilla no ha sido ni mucho menos como para echar las campanas al vuelo. Él tiene la moneda, como tantas veces se ha demostrado, pero visto lo de Sevilla, el esfuerzo que tendrá que hacer ha de ser sobrehumano, especialmente contra él mismo.
El Cid, como le pasaba a Rincón, no puede torear en el registro moderno, en la facilidad muelle del toreo  a la juliana manera. Está obligado a triunfar con la verdad del toreo, porque su otra opción es la de  irse al perdedero. En eso debe meditar hasta la tarde de Madrid, porque lo de Sevilla le debe haber encendido todas las alarmas.

Gran tarde de toros esta del 23 de abril en Sevilla.


El número de El Cid en Madrid

Ira



Ignacio Ruiz Quintano
Abc

La ira es asunto de la cultura alemana, o por ahí.

Hermann Tertsch, compañero de páginas y de generación, publica “Días de ira”, un ensayo-thriller periodístico de estos años de España.

Acojamos el tiempo tal como él nos quiere –es la cita de Shakespeare (“Cimbelino”) con que Stefan Zweig (“tres veces me han arrebatado la casa y la existencia”) encabezó sus memorias de europeo: “El mundo de ayer”.

En los “Días de ira” de Tertsch está la estupefacción sentimental de “El mundo de ayer” de Zweig, cuyo tema es la hecatombe moral sufrida por su generación (“y desde tamaña altura espiritual”), y la curiosidad intelectual de la “Ira y tiempo” de Peter Sloterdijk, que indaga en la ira como forma bancaria de la revolución, un banco de la ira entendido como depósito de explosivos de tipo moral y proyectos de venganza, susurrada en esta observación de Stalin:

Elegir a la víctima, preparar cuidadosamente el golpe decisivo, calmar inexorablemente la sed de venganza y echarse a dormir a continuación… No hay en el mundo nada más dulce.
De mi juventud lectora me quedan dos relatos (a contrapelo del “mainstream” socialdemócrata) que siempre me han fascinado: la conquista de Bernal Díaz del Castillo y la democracia americana (no hay otra) de Alexander Hamilton, que la inventó como Colón descubrió América, sin saberlo. Los comunistas (“¡proafganos!”, se decían) de mi clase, hoy liberales, todavía te llaman facha, si les hablas de representación del elector y separación de poderes.

Mi idea de la Santa Transición es menos golosa que la de Tertsch (quizás porque él la recuerde desde la Europa del socialismo real), pero su libro, con páginas bellísimas sobre su relación con su padre, es un viaje a contramano por las grandes cuestiones de esta época, en cumplimiento del gran consejo vital de Thomas Bernhard: cuando hay cien que marchan en una dirección, el centésimo tiene que ir evidentemente en la dirección opuesta.

Sin preguntarse por qué.

Quijoterías cordobesas

 Don Quijote en el Triunfo.  De Aurelio Teno
 Anuncio en el Triunfo. De tienda cordobesa

Don Quijote y los encantadores en El Triunfo

F.J.G.I.

Sábado, 25 de abril

Valle de Esteban
Revolución sin claveles

viernes, 24 de abril de 2015

JG

Lista, 47
Hoy

Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Mientras la alcaldesa Botella se viste de doctora Brennan (Emily Deschanel) para meter en una urna los huesecillos de Cervantes como si fueran de Cervantes, Juan Goytisolo no sabe qué ponerse para ir a Alcalá a recoger los euros del Cervantes.

¿Por qué me humillas con tu generosidad?
Eso dice un proverbio árabe, pero Juan Goytisolo, JG, no cree que la humillación esté en que el Estado acaricie sus bolsillos con un cheque de miles de euros, sino en acudir a recogerlo vestido de chaqué.

Entre el cheque y el chaqué, el cheque.

JG es como un personaje de “La linterna de Diógenes”, el libro chinche del indio Guillén glosado por Ayala, Araquistáin (el menda de “España es una República de trabajadores”) y Azaña, tres tipos que trajeron la República que declaró “antirrepublicano” al chaqué, hasta que chaquetistas y antichaquetistas se fueron a la Guerra Civil.

De hecho este JG, que ha pasado de venerar a Simone de Beauvoir a votar a Ada Colau, siempre me ha recordado a otro JG ilustre, el JG de “La linterna…”, aquel Jacinto Grau que dio lugar a un famoso estribillo en el mundillo teatral: “¿Grau? ¿Grau? ¡Teatro cerrau! ¡Teatro cerrau!”

¡Las cosas que decía Grau!

Como usted sabrá, yo soy un genio –le dijo al indio a boca de jarro–. Valle-Inclán es otro idiota porque no quiere leerme. Hasta me atrevo a asegurar que… ¡me plagia!
Con motivo del cheque del Cervantes, JG ha querido ir por los medios de Thomas Bernhard y se ha quedado en Gregorio Martínez Sierra: “Sí, señor, me gusta estar al día. Soy bolchevista y seré otras cosas más, si vienen. Lo digo en todas partes. En el teatro, en casa… Hasta mi cocinera sabe que soy bolchevique”. En fin, un enemigo del chaqué:

El Rey me ha hecho llamar varias veces a su palco y yo me he negado a ir.
A la hora en que JG recoja su cheque del Estado en Alcalá, yo estaré en los toros en Sevilla, y me perderé su crudillo de entretiempo, que no será, ay, la chilaba de El Fary en el videoclip “El morito Juan”.

De victorinos en Sevilla

 El tiempo transcurre tan despacio que los caracoles se suben por las esquinas

 No se cierra, se traslada

 La siesta

El paseíllo

 Los victorinos
(Y el veterinario de guardia sacando pecho con el paleto de Madrid)

 Los enchufes del Doctor Zaius

 El sitio de citar

 La Feria

 La manguera

 El abogado

 Las mantillas

 La crítica

 El Pirri

 El paseo

 El ojo avizor

La terna

 El ABC

 El apunte

 La espera

 El nuevo
(Curro Robles)

 Las pipas

 Chicharito

 Así

 Asá

 La raya

 La oreja

 El diente
(Curro Robles)

 El cuerno

 El garapullo

 El Cid y su cuadrilla

 Dejándose ver

 Ostos

 Los montaditos

La paradita