martes, 19 de marzo de 2024

Hecha la trampa


Canijo


Ignacio Ruiz Quintano

Abc


En España sólo los niños y los licenciados en “la Complu” dicen las verdades, y tomen nota porque ésta es de las más gordas, pues impugna a todo un Régimen:


La amnistía se aprueba aunque la mayoría de la sociedad discrepe de la ley –ha dicho Bolaños, el Gerhard Leibholz de la situación jurídica española (“juristas españoles, toreros norteamericanos…. ¡qué tontería!”).


El estado del constitucionalismo español es un diálogo Monty Python de la ministra Montero con la prensa. La prensa: “Los letrados dicen que la amnistía es inconstitucional”. La ministra: “Bueno, y otros dicen que es constitucional”. La prensa: “¿Quién?” La ministra: “El ministro Bolaños”.


Hecha la trampa, hecha la ley. Bolaños es licenciado en “la Complu” y cae bien a los niños porque en él ven al Canijo, el servil animador del Tiñoso, ese compendio de ponerología que funge de malo más malo en “Érase una vez el hombre”. Alguien les dijo que ser malos es ser inteligentes, y ellos se lo creyeron. Ponerología ratonera, de pocas luces, la suya, que ha roto a patocracia en la cual los farsantes comunistas que venían a poner en pie a la famélica legión han quedado para amnistiar a los Pujol.


Siempre he estado convencido de que el ratón que escapa de la trampa vuelve cojeando a casa con nuevos e infatigables planes para matar al gato –escribió Salinger.


La amnistía bolañesa es obra, pues, del cojonudismo hispánico, dado que la “soberanía popular”, como la famosa republiqueta del mozo de escuadra, “no existe, idiota”. La soberanía, escribe Trevijano, se hizo relativa desde que la libertad y la democracia exigieron, como condición de existencia, la división de los poderes estatales: “Sólo un auténtico demócrata se atreve a proclamar la evidencia de que nunca ha existido, ni podrá existir, soberanía del pueblo”. Luego si en España no se le cae a nadie la “soberanía popular” de la boca, es porque en España no ha habido, ni podrá haber, un auténtico demócrata, que aquí la amnistía se aprueba aunque el pueblo no la quiera.


Donde no hay democracia, que es nuestro caso, soberano es el que decide el estado de excepción (“¡Con qué felicidad le canté entonces al mundo, en el año 1921, esa definición de soberanía!”, anota Schmitt). Bolaños no ha oído hablar ni de Schmitt ni de Leibholz ni de don Nicolás R. Rico, que dedicó el tercer trabajo de su oposición a cátedra a la soberanía: a Bodino le preocupaba de la soberanía cómo compatibilizar “la poderosidad con la juridicidad” del Estado. A Bolaños, no. Poder y Derecho es cuestión que Bolaños resuelve a lo Gil Manzano: “Porque lo digo yo”. En otros términos:


El poder prevalente en que descansa la soberanía es un “plusquampoder”, porque pone a su servicio los demás poderes; los acumula, y funcionalmente los utiliza “velint nolint” en la dirección que le es grata.


Soberano, como el coñac, es cosa de hombres.


[Martes, 12 de Marzo] 

Martes, 19 de Marzo

 


Pelo y madera 

lunes, 18 de marzo de 2024

“It’s a fucking goal!”



Ignacio Ruiz Quintano

Abc


En el día que cumplía ciento veintidós años, con eliminatoria de Champions en el Bernabéu, las instituciones españolas tuvieron con el Real Madrid dos detalles finísimos: la filtración a la prensa de una petición fiscal de un lustro (¡esperemos que no sea un lustro de los de Urtasun!) de cárcel por impuestos para Ancelotti y la sanción de dos partidos a Bellinhgam porque un señor de Don Benito apreció “agresividad” en la frase “it’s a fucking goal!” que el futbolista dijo en Valencia cuando le quitaron, por la “jeró”, el gol de la victoria. Pero en Don Benito “fucking” suena a “fucking”, y eso, si lo untas (con mala fe) en el mejunje de la agresividad, son dos partidos.


La cuestión no es baladí, diría un cronista antiguo. Después de todo, por un acento inglés mal entendido entre pilotos y controladores sobrevino el accidente de Los Rodeos. Al lado de eso ¿qué son dos partidos de sanción a Bellingham porque un tío quiso tomarse el “fucking goal” por la tremenda? A los que hemos visto a Messi empujar a Undiano en un Clásico como si nada nos parece agravio lo de Bellingham, pero sólo es que nos hacemos viejos.


Todo va a seguir igual, pues el fútbol español es un espectáculo de fiestas patronales reducido en cada pueblo a intentar tirar al pilón a Vinicius, que es un “rebotao”, pues tú le dices “mono” y él te dice “racista”, ajeno al buen comportamiento que exigen los blanquitos de la comunidad. Hay un tipo en la TV que va de viejo morrosko, y al que uno ha visto zumbarle en Las Ventas a un abuelo que increpaba al matador Abellán, que ahora pide valores (¡valores!) a Vinicius. Y es que Vinicius juega cargando a la espalda el macuto de todo el antimadridismo, andancio social y mediático (un telepollas –hallazgo terminológico de Cela– hizo “la previa” de Valencia con una foto “adarwinada” del jugador como fondo de pantalla), muy de país corrupto, pazguato e invivible. Es el síndrome del “trastorno de Vinicius” que anida en el antimadridismo: antes hubo un “trastorno de Mourinho” y luego habrá un “trastorno Mbappé”. Eso sí, lo de Vinicius duele más porque pasó de meme del periodismo a máximo generador de goles en las tres últimas Champions, por delante de Mbappé y de Haaland. “Fucking”, pues, al muñeco, al que hay que echar del Madrid porque la noche del Leipzig empujó a Willi Orban, un hipócrita luterano que le había arañado la cara con garras de Ursula von der Leyen.


Yo nunca he visto esto en el fútbol –había dicho, así, en general, Camavinga después del partido de Valencia.




En la política, sí. A la “visira” americana Victoria Nuland la pillaron diciendo “Fucking Europe!” y, como no había delante un Gil Manzano, tampoco pasó nada con su “fucking”. Con Bellingham sí hubo Gil Manzano, que justificó la roja en el campo con la morcilla de la “agresividad” en el acta. España es un país tertulianés, y por tanto, morcillero. Arrabal tiene contado que en el teatro del XVIII a los esnobs se los enviaba al “desván de la inteligencia”, un palco donde se citaba a Tertuliano, por lo cual “un actor morcillero” llamó tertulianos a los esnobs, y a su palco, tertulia. La morcilla arbitral de “agresividad” en el caso Bellhingam es como la morcilla jurídica de “corrupción” en el caso Gürtel: una tertulianada.


La agresividad, nos dejó dicho Malinowsky, comienza, como la caridad, en casita (“at home”), así que todos sabemos en qué consiste. Con su tormenta de errores en Valencia, Gil Manzano pudo decidir una Liga (priva de dos puntos del Real Madrid) y un Pichichi (priva de un gol a Bellingham, más los que podría conseguir en los dos partidos de la sanción), a lo que hay que añadir los daños al espectáculo, pues priva a los espectadores de la estrella de la competición, y de paso, refuerza a una “potencia extranjera” (Inglaterra), que se beneficiará del descanso obligado de su futbolista-insignia. No sé, Rick, pero ese árbitro no debería volver a pisar una cancha de fútbol… por el bien del fútbol.


Corriendo hacia mí en actitud agresiva


La única explicación psicológica del mitin valenciano de Gil Manzano la dio, también en Valencia, el matador Victoriano de la Serna en mano a mano con Domingo Ortega. En el último toro, De la Serna se acercó a Ortega, que ya había asegurado el triunfo, y le dijo: “¡Eh, paleto! Tú saldrás por la puerta grande, pero mañana los periódicos sólo hablarán de mí”. Se sentó en el estribo, dejó correr el reloj, el toro volvió al corral y se formó el escándalo.


A Bellingham se le está poniendo cara de loco en España. Vino a jugar con Mbappé y de momento juega con Joselu. “What the fuck is this?”, le preguntó al árbitro en un derbi. Luego, el “It’s a fucking goal!”. Muchas noches debe de soñar con la Premier. Si viene, tampoco se librará Mbappé. Consultado el Consejo de Ancianos del Relato Antimadridista, el más solemne, que gusta de que lo afeiten mientras le lustran (un limpia de los de Nicolás Guillén) las botas en una barbería de la Milla de Oro, ya lo ha avisado: Mbappé es “un vago” de siete suelas (¡nada que ver con el estajanovismo de Messi!) para un escenario, el Nuevo Bernabéu, que es “una fiambrera”, donde se reúnen los piperos, no para animar a sus estrellas (caso único en el mundo), sino para que las estrellas les animen a ellos, tal que la noche del Leipzig.


[Sábado, 9 de Marzo]



Bellingham 

Lunes, 18 de Marzo

 


Amanecer en Madrid

domingo, 17 de marzo de 2024

Castellón-Córdoba. Fútbol sin VAR



Ricardo y Trujillo,
 inasequibles al desaliento, en Castalia


         Francisco Javier Gómez Izquierdo


         A Ud. le resultará descabellado que servidor compare el partido de semifinales de Copa de Europa entre el R. Madrid y el City de hace dos años con el duelo celebrado esta jornada entre el Castellón y el Córdoba en el nuevo Castalia, pero le aseguro que los eufóricos sentimientos cordobesistas tras el encuentro alcanzaron el éxtasis sublime al que llegó el madridismo aquella noche mágica en el Bernabéu. El emocionantísimo desenlace fue idéntico. En el minuto 90 el Córdoba perdía 2-1. En el 91, Diarrá (mi futbolista preferido, al que le deseo salud para lo que queda de liga) empató de cabeza y en el 95, Simo coló el 2/3 que sumaba tres puntos y en vez de a unos inalcanzables 9 peldaños, el Córdoba se ha plantado a sólo tres del ascenso directo a Segunda División.  ¡Qué lástima el comienzo de temporada con puntos perdidos de modo incomprensible!


 "¿Partidazo en tercera?", pregunta displicente esta mañana un cordobés ante la tostada de zurrapa que dice ser madridista. Sí. Partidazo, amigo. Un ir y venir en busca del gol. 0-1 al minuto 11. 1-1 en el descuento del primer tiempo. 2-1 en el 80 y 2-2 y 2-3 en el 91 y 95. Emoción los 95 minutos porque en ningún momento los equipos dieron sensación de derrotados y de continuo se estuvo en busca del triunfo... y ¡ay, amigo!, cosa importante que me reconcilia con el fútbol ortodoxo ¡¡¡¡NO HAY VAR!!!! Como el partido de hace dos años en el Bernabéu que recuerdan hasta los vecinos de Maufanga, que es barrio de Nukualofa, capital de las islas Tonga, el Castellón-Córdoba queda en la historia cordobesista como aquel de Cartagonova en el que tuvimos que pellizcarnos por temor a estar soñando.


           El fútbol de la 3ª, a la que llaman 1ª RFEF, carece de la calidad técnica que se ve en la élite, pero en los equipos de arriba se disfrutan detalles de tipos como mi admirado Diarra, del que en Bilbao no entienden como no está en Primera o al menos en Segunda; el zurdo y veterano Menundjanin al que usted puede ver en el yutube colando golazos de falta en sus tiempos del Deportivo, Valladolid e incluso ahora con los orelluts; a una pesadilla rusa que fustiga en el Ibiza y que tiene por nombre Obolsky; los madridistas Nico Paz o Álvaro Rodríguez, listos para escaparates más selectos y así dos o tres docenas... Los alardes de los futbolistas con talento llaman más la atención en un Castellón-Córdoba que en un Getafe-Granada, pues aquí defraudan por escasos y allí entusiasman por lo mismo... al mismo número de espectadores en el estadio. 15.000,  de los que 500 eran cordobeses asistieron en el Nuevo Castalia a la apoteosis cordobesa y mas de 10.000 son los que acuden a El Arcángel cada domingo a animar a un equipo que merece mejor categoría. Más la afición que el equipo.


        El título que da el ascenso directo en el grupo II de la RFEF va a estar entre el Castellón, líder; el Ibiza, el que más me ha gustado de los que han pasado por El Arcángel; el Málaga, que viene pisando los talones de los tres, y claro está, nosotros, el Córdoba. Tres de éstos y otro más que será el Recreativo, supongo, jugarán con los otros cuatro del grupo I unas eliminatorias para otros dos puestos. Teniendo en cuenta el momento de forma, creo que tenemos muchas posibilidades de ascender directamente.


        Poco antes del partido en Castalia, a la hora de comer, había empujado por mi Burgos que anda de manera insospechada para servidor flirteando con los puestos de ascenso a la Primera, y si hay un equipo al que quiero que gane sobre todos los demás, es al Levante, pero el portero Andrés Fernández tuvo sobresalientes intervenciones más propias de reputado internacional que de jugador de segunda categoría y el empate a uno, no molestó pero el triunfo hubiera completado una jornada redonda en estos tiempos donde por desgracia "... cada día tiene su afán" conforme afamada enseñanza evangélica. 

Bromas


Gato en estado de derecho
Libardón, Asturias



Ignacio Ruiz Quintano
Abc


    Estado de Derecho es una tautología (no hay Estado sin Derecho) que nada significa, y por eso a nadie se le cae de la boca.


    Estado de Derecho (como el “patriotismo constitucional” de Sternberger que Peces Barba urraqueó en Habermas o como la “gobernanza” que Gonzalón le ha pispado a Strauss-Kahn) es la manzana que el barbero te mete en la boca. En la Europa continental se la usa como placebo de la democracia representativa, lujo exclusivo de América.


    Salvo (casi) en Francia, gracias al golpe de De Gaulle, Europa ignora la separación de poderes de Montesquieu (la sustituimos por la separación de funciones) recogida en el artículo 16 de la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano, que a nadie importa, pues afecta a la libertad, palabra “maricona” para el europeo, que va de machote socialdemócrata de la igualdad.


    –¡Se acabaron las bromas! –dice Albiol, que pasa por ser el primo de Zumosol de la derecha, para justificar una reforma del Tribunal Constitucional que la abeja de Rumasa volatilizó (el edificio de Bonet y Valdés tiene algo de panal) como los aviones de Bin Laden el World Trade Center.

    
Se acabaron las bromas es que a Arturo Mas le pueden caer tres mil euros de multa por dar un golpe de Estado de Derecho. Hombre, Albiol, que yo le tengo pagados mil a Ana Botella por ir por la Puerta del Sol con un botellín de Mahou en la mano.


    Sin embargo, ¡es tan español (tan europeo) esto de enviar a los abogados del Estado (del Estado de Derecho) a arreglar un “casus belli”! Los abogados son caros y pesados, y sólo por no verlos ya se cuidará Arturo Mas (ésta es la estrategia gubernamental) de meter en casa a Karmele, la “Pucelle” de Tortosa, y ahorrarnos a todos el espectáculo de la hoguera de Ruan, que aquí sería La Sexta de Roures.

    

Esta reforma del TC es el “¡Que te calles, Karmele!” de Mariñas, pero en papel de barba (timbre del Estado de Derecho) y firmado con la mano muerta de Montesquieu (¡como si fuera la otra mano!).


Septiembre, 2015 

Seis años sin Antonio García-Trevijano




Martín-Miguel Ruibio Esteban

Doctor en Filología Clásica


Con gran acierto y sensibilidad por parte de los socios del Movimiento de Ciudadanos por la República Constitucional, se ha celebrado su Congreso anual en el sexto aniversario de la muerte de su fundador y en la ciudad de Órjiva –con /j/ por favor, en que pasó una muy feliz infancia mi muy admirado y querido amigo Antonio García-Trevijano. Órjiva es un nido de águilas entre Sierra Nevada y Las Alpujarras por donde corre olímpico el río Guadalfeo, y es que a mí me suena a Alfeo, que se ajusta muy bien al deportista vitalicio que fue García-Trevijano. Este pindárico Guadalfeo es enriquecido con las aguas de los afluentes Dúrcal, Trevélez –las lágrimas de la señorita creada por Arniches, Lanjarón –arriscado como el monte y El Chico. La parroquia de Órjiva fue una antigua mezquita reedificada en el siglo XVI, y cercano hay un castillo que perteneció a los condes de Sástago, y que fue protagonista en la sublevación de los moriscos. Al lado de un puente que une los dos lados de la calle central está la casa en que viviese el pequeño Tono; casa abandonada con muchas ventanas defendidas por verdes contraventanas que recuerdan ventanales cantábricos. Se dice que el castillo que es hoy sede del Ayuntamiento fue en su día de los García-Trevijano. Antonio García Moreno y José García Moreno, ascendientes de Antonio fueron grandes benefactores tanto de Órjiva como de su comarca. En su día el rey Alfonso XIII pasaría un día en su casa familiar, llena de obras de Mariano Benlliure. Es así que el Congreso se convirtió también en un homenaje a la figura de “Don Antonio”, que es como se le llama cariñosamente en el MCRC. Carlos Santos, miembro muy activo del Movimiento, cariñoso y generoso siempre, alto y barbado con gran boina negra, entre general Cabrera y capitán de barco, tuvo la idea de que en un acto anterior a la Asamblea anual yo presentase mi libro, Recuerdos de Trevijano, editado por el propio MCRC. En ese mismo acto hablaron sobre Antonio, vía on-line, el gran Dalmacio Negro, un gigante del pensamiento político, y el gran jurista Pedro Manuel González, ambos amigos íntimos de “Don Antonio”. Siempre educado, elegante y prudente, hombre que sabe escuchar, Juan José Charro Panero, presidente del Movimiento, representa la estética y la ética trevijanista de modo formidable. Vicente Carreño y su mujer Teresa señalan con su presencia activísima la nobleza y bondad de esta asociación magnífica. El bilbaíno Imanol Azcue Salegui, grande y tierno como un aizkolari, pendiente siempre de todo, grababa con la cámara el acto. Eñaut Uruburu Martínez, casi de pureza adolescente, sabio químico en Alemania, vaticina el largo y prometedor futuro del hijo colectivo y espiritual de Trevijano, que es el MCRC. En el MCRC los bomberos son pintores hiperrealistas y los sexagenarios cruzan el Atlántico en un pequeño velero, como es el caso del portentoso Baldomero. Yo hablé de mi libro, una fragmentada biografía de Trevijano, que no pasa de ser la crónica de mis sucesivos encuentros con el maestro, desde 1992 hasta las comidas que tuvimos en el Simposio de Santo Domingo de la Calzada los días 21, 22 y 23 de julio, siete meses antes de su muerte, bajo el lema “El consenso político degenera el idioma”. Tuve el honor de descubrir que Antonio era un pensador clásico en cuanto que los grandes principios en los que hacía descansar la Democracia venían del mundo clásico. La axíosis que creó la Democracia, como superación del axíoma soloniano, que corresponde con la “dignitas” de la República Romana, en donde ya no es lo que conviene a uno de acuerdo a la clase de poder económico que ocupa en la ciudad (cuatro clases en Grecia y cinco en Roma), sino el prestigio personal que dan las propias acciones encaminadas al bien común y a la libertad colectiva, en donde es lícito a uno lo que el trasnochado republicano Tácito afirmaba: “Rara temporum felicitate, ubi sentire quae velis et quae sentias dicere licet”(Historiae, I, 1). El reconocimiento de que en Democracia nadie tangible es soberano o kýrios, sino sólo las leyes y la pólis o nación como abstracción política, Atenas o España. La falsa virtud democrática de la tolerancia, que como ya dijera Hume es virtud en una monarquía civilizada, pero no en una Democracia, en donde el respeto y la consideración (Montesquieu) entre iguales deben sustituirla. El “consensus”, de “consentiré”, como transigir con aquello a lo que uno siempre se ha opuesto hasta que es corrompido con los cargos públicos, el dinero o la alfombra roja que huella el poder. Las sociedades que enaltecen el consenso y la tolerancia, reconocen que han rechazado los criterios democráticos de la decisión por mayoría y del respeto entre iguales. La dignidad no tolera ser tolerada, ni se somete a un consenso de concordia para el reparto del Estado. La potestas y auctoritas, que corresponde con la metafísica exousía griega, que es la autoridad que sale de uno, como la que se expresa en los evangelios sobre Jesús, y no la auctoritas que dan las porras de los gorilas de Marlaska. La paráklisis o desviación del átomo en la física de Epicuro que supone la autoconciencia de la materia creadora del mundo y que en el mundo político corresponde con la parékbasis moral; desviarse de la determinación entraña la libertad, y esa libertad es la primera forma de autoconciencia. El azar nos asegura una Historia en libertad. La libertad política colectiva nace de la misma materia de la que está hecho el hombre. El mito destructivo de la autochthonía, que supone que la epicrátesis o superioridad que tiene una etnia por suponer que como las plantas ha nacido del mismo suelo en que vive. El nacionalista, remedando a Aristófanes, es aquél que no le huelen mal los horribles pedos que se tira. Además, nos recordaba el maestro que el propio Marx excluyó del derecho de autodeterminación a todos aquellos pueblos que habían logrado su unidad nacional antes de la Revolución Francesa, citando expresamente a España, Portugal, Francia y Reino Unido. Las horribles depredaciones de la partidocracia rampante ya fueron presentidas por la Democracia Ateniense cuando ésta prohibió las hetaireíai por haber usurpado en dos ocasiones el poder genuino de los “idiôtai”. Los españoles salimos del Estado de un partido para entrar en el de varios; id est, para salir sin vergüenza de la dictadura y entrar sin honor a la oligarquía. Trevijano también, como la voz inmarcesible de la democracia auténtica, manifestó la necesidad de introducir la dokimasía clásica en nuestros usos políticos: “Tanto el jefe de la oposición, como los portavoces de partido, presidentes o vocales de mesa, miembros de comités de investigación o de legislación, afectan directamente al prestigio y al buen funcionamiento de la Cámara y del sistema de Gobierno. Todos esos cargos parlamentarios deben recaer en personas honorables, preparadas y sin tacha de indignidad. En caso contrario, el Parlamento tiene derecho a impedir que ocupen esos puestos, vetando sus nombramientos o acordando su destitución”. Como se puede ver, este derecho que Trevijano otorgaba al Parlamento está en la línea de la tradición clásica de la democracia. Pero Antonio no sólo desveló las horribles mentiras sobre el que se asienta el sistema político español vigente, sino que también explicó cómo llegar a través de una libertad constituyente a una democracia formal, con representación de los electores e independencia judicial. Por eso merece la pena tener como faro de la Democracia a aquél que hoy ya vive entre los campeones de la libertad en el ágora inmortal de esa misma Democracia. 

Muerte en la cárcel

 

 

La última vez que protesté en la calle



            Francisco Javier Gómez Izquierdo

            Gracias a espantosos vericuetos diseñados por las parcialidades que se dedican y viven muy ricamente de la política, en España los delincuentes gozan de honorabilidad y si por empeño de los jueces que se han estudiado el Código Penal algunos de ellos entran en la cárcel a cumplir condena, elementos de esas parcialidades que llegan hasta ministros se apiadan por televisión simulando misericordia. Si a estos próceres se les recriminan las inclinaciones insultan altaneros además de tomar por tontos a los españolitos normalitos como usted y servidor.


            Servidor se jubiló hace cinco años de funcionario de prisiones y por entonces ya era nuestro barandísima don Marlaska, señor al que escuché un indigno desprecio en sede parlamentaria contra mi gremio. "...la cuerda siempre se rompe por donde es más débil", soltó sin ningún pudor en los días que un gigante de Burkina Fasso nos apalizaba sin duelo y sin consecuencias. "..a mí Fabrizio sólo me llama mi papá.." decía el coloso al que alguien de un equipo de tratamiento pretendía sacar de Aislamiento. En Cataluña, donde las competencias penitenciarias las cogió la Generalidad, no quiero imaginarme el calvario de tener a tu custodia los que son tus jefes, pero sí que supongo la desmoralización y relajación que semejante sindiós acarreó al colectivo de funcionarios que ejerce en Cataluña. "No pintamos ya nada, pero no puedo mover a la familia" me dijo un colega que se quedó cuando el cambio de competencias.
        La muerte de la cocinera "de la calle" en Tarragona a manos del rumano Iulian sí que se pudo evitar a mi modesto parecer por las siguientes razones: 1/ El tipo huele a psicópata pues "estaba pagando" por la muerte de una mujer que no quería casarse con el, conforme dice la prensa y ésta es alerta que los equipos de tratamiento (ellos son los que dan los destinos porque el olfato del funcionario de patio ya "no es científico"), psicólogos mediante, deben advertir. 2/ Iulian tuvo comportamientos o palabras que la trabajadora asesinada comunicó al equipo directivo (siempre según lo leído y escuchado en prensa) y ante semejante llamada de atención cuando servidor ejercía, Iulian no hubiera vuelto a pisar la cocina. 3/ Dice la prensa que tras un tiempo fuera del destino, se le reincorporó al mismo, y aquí algo tendrá que decir el equipo de tratamiento, el administrador que suele ser el responsable de la Cocina y por supuesto el Director, cargo éste que suele ser del gusto del Secretario General, en este caso la Consejera. 4/Es difícil imaginar que en la cámara frigorífica entren el interno y la trabajadora a la vez. Es situación muy extraña, pero debido a la escasez de personal pude que se prescinda tras la comida del funcionario de cocina, pues allí están destinados presos de confianza.


       Prefiero no seguir. La realidad es que al funcionario de prisiones de hoy la Administración le impide conocer a los internos: su peligrosidad, sus antecedentes en algaradas o peleas, si han agredido a funcionarios o presos... Don Marlaska pregunta mucho por las estadísticas sobre cursillos, terapias, talleres... y nunca por la salud y los quebrantos que padecen sus funcionarios. Esto es así con don Marlaska. Con los barandas de Cataluña, uno cree que es aún mucho peor. 

Domingo, 17 de Marzo

 



cuando la calle está ojerosa de puertas

El que se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este. mundo se guardará para la vida eterna

 DOMINGO, 17 DE MARZO


En aquel tiempo, entre los que habían venido a celebrar la fiesta había algunos griegos; éstos, acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban: «Señor, quisiéramos ver a Jesús.» Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús. Jesús les contestó:


-Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre. Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este. mundo se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo premiará. Ahora mi alma está agitada, y ¿qué diré?: Padre, líbrame de esta hora. Pero si por esto he venido, para esta hora. Padre, glorifica tu nombre.


Entonces vino una voz del cielo: «Lo he glorificado y volveré a glorificarlo.» La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel.Jesús tomó la palabra y dijo:


-Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el Príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí.


Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir.


Juan 12, 20-33

sábado, 16 de marzo de 2024

Hughes. Osasuna, 2; Real Madrid, 4. El prepucio madridista

@realmadrid


HUGHES

Pura Golosina Deportiva

 
 
Pude ver el partido del Madrid pero con el rabillo del ojo, como Andújar.

Cuatro cosas me encantaron: Vinicius, Guler, Valverde y un hallazgo táctico de Ancelotti.


Empezaré por Güler, Arda, que (hay que repetirlo) en cuatro partidos apenas llevaba un poste, un penalti, un gol y ahora le añade un larguero desde mediocampo. Le es imposible pasar desapercibido. Es incapaz de jugar un partido y no liarla. Cuando salió Raúl se notaba que era distinto en lo filosa de su zurda y en su mirada. Pasa lo mismo con Arda, de un modo distinto, menos barrial y más de la Anatolia, con un misterio que además nos pilla dispuestos porque viene precedido de Özil, del que nos quedamos con ganas, como fugaz bocado exquisito que fue. ¿Y si Mesut fuera sólo una introducción para comprender a Arda? Mesut era más escurridizo, parecía un mediapunta anguila.

Si Arda mira raro, Vini se comporta ya como un Napoleón colérico. Y hace bien.

El 0-1 suyo me pareció un golazo por la mezcla de presión (de tío obsesivo) y por una finalización en la que no sólo hubo un cruce de la pelota sino además un movimiento raro en el golpeo, una especie de micro-amague, un cambio de velocidad muy rápido en la acción que el ojo humano no capta bien.

Toda su capacidad para el regate, para burlar, se han ido pasando al balón, con el que tiene una "relación" distinta y mágica. Ojito Ronaldinho, que vamos a por ti. Su golpeo mejora, tiene nuevas velocidades, efectos, saca el revólver más rápido y con nuevas prestidigitaciones. Se vio en su segundo gol, el suave golpeo con la puntera exterior. Ni golpeo fue; fue un toque o una leve caricia a la pelota que volvió a recordar a Romario.

(Endrick es síntesis pura, innata, de genios brasileños, Vinicius se la está construyendo, se romarizó y ahora yo digo que se ronaldiñiza. El Madrid va a tener toda la historia ofensiva de ese país)

Vinicius ya era una superestrella, una estrella mundial. En estos últimos partidos empezamos a ver a un jugador de época. En una entrevista italiana, Ancelotti dijo que era "molto forte", aunque quizás no tanto como para ser un jugador de los que marcan la historia del fútbol. Tanto no, pero sí para marcar la del Madrid, para estar entre los diez primeros del club. Diría que eso está casi garantizado.

Valverde hizo algo notable: asistió o tocó en tres goles. En el primero, además, con una acción muy técnica.

El primer gol fue también de Ancelotti. Por primera vez en mi vida (lo reconozco) estaba disfrutando de ver los laterales "altos". Comprendí su sentido. El Madrid en campo contrario, los laterales muy arriba y Vini y Rodrygo en el área, centrados. Lo hizo notar el comentarista Áxel. Y en el gol, justo ahí, sucedió: los extremos, que ocupaban el centro, dejaron la zona, salieron, se fueron de la jugada para que entraran Brahim y Valverde (uno pasó al otro) y después, ya libre del todo el espacio, el lateral, Carvajal, que marcó. Por orden se fueron los delanteros, aparecieron los medios y al final los laterales.

Esto era como una torre deshaciéndose, como cuando bajan los castellers, pero con algo que emergiese, que apareciese desde abajo. Era la retracción de algo, de las capas altas (delanteros, y luego medios) para que aflorase el lateral. Esa retracción con aparición  era (¿lo diré?) como un prepucio táctico, una retracción de prepucio en la que lo de arriba se va retirando, primero los delanteros, luego los medios, cayendo, recogiéndose la membrana atacante para que naturalmente pueda surgir (y surja) el llegador o lateral  hecho extremo balánico (ojo a la genialidad y simetría: el extremo se centra y se hunde y el lateral se extrema).

El prepucio táctico de Ancelotti hace que la eliminatoria contra el City se vea de otra forma. Algo hay, algo tenemos. Lo otro que tenemos es la justa cólera que entre todos están desarrollando en Vinicius Clay.

 

@realmadrid

Moral y Derecho



Max Stirner

 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc

 


    Un cronista parlamentario único dijo una vez, año 33, en sus “Acotaciones” de ABC, que había que tener cuidado con los fotógrafos: “Entran en el hemiciclo y, aprovechando la afluencia de diputados desconocidos, ocultan su cámara bajo un escaño y se quedan allí para siempre hasta que en una crisis apurada les hacen directores generales o ministros”. Los fotógrafos se indignaron.


    

Me parece muy natural –respondió el cronista– que un país donde suceden tantas cosas grotescas exija como comentarista un Kempis. Sólo los pueblos graves, como Inglaterra, admiten a un Swift.


    

Los sofistas tenían una receta para estas ocasiones: contra la risa, la seriedad; pero contra la seriedad, la risa. Cuando Guerra, el director teatral que redactó la Constitución con Abril, un ingeniero agrónomo, declara que “en ese documento estará mi firma” (se refiere al folio del partido con la petición de indulto para Griñán), y lo declara con la solemnidad con que Malesherbes hubiera pedido el indulto para Luis XVI, ¿la situación es de risa o de seriedad?


    

Si de seriedad, diríamos de risa que en el constitucionalismo guerrista debe de existir una cláusula Robin Hood para el “Rule of Law”, que traducida al “Estado de Derecho” se llamaría cláusula Luis Candelas, dado que la base jurídica del indulto es que el reo no se apropió de un solo euro de los millones que faltan y que a lo mejor sólo son otra “ensoñación luciana”, como el “Prusés”, en la democracia que con tanto trabajo nos dimos todos al grito de “Tó pal Pueblo” (Rumasa), con su Boyer y su García Pelayo.


    

Y si de risa, diríamos muy serios que ese indulto supone arrancarle otro pelo al lobo, no al “Estado de Derecho” del cómico Elías Díaz, una tautología para cazar pajaritos con liga, sino al Derecho y a la moral, que en España se baten en retirada.


    

La moral y el Derecho, nos dice un jurista preterido por el Régimen, querían infundir a la convivencia social el carácter fundamental de la vida humana, “desvivirse por mejor vivir”, por lo cual no venían a aquietar la convivencia, sino a irrumpir en la sociedad con propósito contrario.


    

La sociedad de los hombres no alcanza la dignidad de humana hasta que la penetran moral y Derecho, que son ahijados de la libertad, porque el Derecho y la moral vienen al mundo a decir no, aunque no dicen su no (un no ilustrado, discreto y crítico) sino para proponer un sí.


    

El responsable del estado moral de una nación es el gobierno que lleva largo tiempo en el poder (casi medio siglo, aquí), anota Madame de Stäel, sobrecogida por “la muerte terrible” del abogado defensor del rey, Malesherbes, guillotinado tras presenciar en el patíbulo la ejecución de su hija, de su yerno y de sus nietos, y afina:

 


    –¿De dónde procedían esas tendencias desordenadas que se desarrollaron con tanta violencia en la Revolución, si no era de cien años de gobierno arbitrario?

 
    

El derecho, diría Stirner, es un capricho transmitido por un fantasma.

 

Septiembre, 2022

¿Existe todavía el Derecho? III


El Libro de Job. W. Blake

El Estado de Derecho es una respuesta ingenua a la pregunta del Libro de Job (34,17): «¿Puede gobernar quien odia el Derecho?»



Dalmacio Negro


10.- La destrucción más grave es obviamente la del honeste vivere, del êthos configurado por la religión. En cuanto al suum cuique tribuere,  la propiedad como la institución fundamental del Derecho,  decía hace tiempo Peter Drucker que se había reducido a lo que quería el recaudador de contribuciones. Hoy casi no existe. Los “propietarios” son meros poseedores de bienes de los que muchos desearían deshacerse. Como los Estados son infiernos fiscales, gastan más energías en defenderlos del fisco y multitud de regulaciones de todo tipo, que en utilizarlos para prosperar. Proliferan en cambio, como en la URSS, cuya economía era en la práctica más saintsimoniana que marxista y leninista, las grandes empresas u organizaciones. Cada vez más gente prefiere ser empleado, a ser posible público, que propietario. Esto afecta gravemente a la familia. Transmitir libremente los bienes poseídos a los herederos, es casi imposible, y un efecto es la baja natalidad.[1] También igual que en la URSS, era uno de sus talones de Aquiles.  El control del dinero con el pretexto de los “paraísos fiscales”, como si fuese propiedad del Estado, o su supresión sustituyéndolo por tarjetas electrónicas controlables es otra de las grandes conquistas sociales  de la Unión de Europea de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Del impuesto sobre la renta que controla vidas y haciendas y apuntilla a las clases medias, es mejor no hablar.


Si se controla o destruye la propiedad, no sólo desaparece uno de los límites al poder del Estado que exigía el mismo Bodino: desaparecen también las clases medias y se retrocede del estado democrático de la sociedad al estado social aristocrático u oligárquico o/y al despotismo oriental criticado y temido por Karl Marx.[2] Puede ser un  logro del progresismo. En la historia hay progresos y retrocesos. Por eso es divertida.


11.- La “justicia social” igualitarista exige la redistribución de las rentas: quitar al que tiene para dárselo al que tiene menos. Y, como “el que parte y reparte se queda la mejor parte”, la burocracias de las nomenklaturas –el aspecto visible de la ley de hierro de la oligarquía como la rectora del interés (no del bien) común se queda una parte sustanciosa: «cuanto más se considera el asunto, más claro resulta,  escribía Bertrand de Jouvenel —todavía en 1952—, que la redistribución es menos, según se imagina, una redistribución de las rentas libres del más rico al más pobre, que una redistribución de poder del individuo al Estado»,[3] mediante la legalización del robo, siempre que sean las nomenklaturas las que roben. «En el Estado moderno las clases con intereses opuestos no son tanto la burguesía y el proletariado como la clase que paga impuestos y la clase que de ellos vive» (N. Gómez Dávila). El Estado como la casa de Alí Baba.


La tendencia dominante reduce la diferencia entre la URSS y los gobiernos totalitarios “clásicos” a que, en el paraíso soviético –y en los similares que subsisten era el Estado el único propietario y los propietarios “liberales” se parecen cada vez más a los siervos de la gleba. Zbigniew Brzezinski pronosticó en La era tecnotrónica (1970), [4] que la política intervencionista del bienestar para realizar la justicia social intuida  por Belloc, tendía hacia un nuevo orden mundial sin clase media, en él que habría solamente gobernantes y sirvientes. Quienes pueden abandonan la UERSS huyendo de las trabas y la inseguridad jurídicas.


12.- Lo de la propiedad, las rentas, la persecución del dinero, las trabas a la iniciativa privada y la inseguridad jurídica es, con todo, lo menos bestial del “Derecho” vigente en la mayor parte de los Estados y Gobiernos. Respaldados por la ONU, que pretende ser el legislador universal para justificar su existencia, consideran “conquistas sociales” el  aborto libre, legalizado por primera vez en la URSS, [5] la eugenesia a voluntad, los matrimonios homosexuales, el  matrimonio con uno mismo, los distintos tipos de familia —la ONU ha contado hasta 112—, las madres de alquiler, la inseminación artificial sin conocer siquiera al padre, el divorcio “express”, etc. Hay que añadir la tendencia a implantar la dictadura LGTB en la educación –controlada por los gobiernos, las cuotas femeninas en el trabajo que degradan a la mujer, etc. Se completa así la ofensiva contra la familia, desde siempre la institución fundamental de la vida en común, que comenzó con el ataque a la propiedad. En el totalitarismo perfecto, hay sólo individuos indefensos en su aislamiento. Prospera la tendencia a una sociedad orwelliana, que empieza a percibirse y, lo que es más grave, aceptarse como normal. 


13.- Spengler advertía contra una nueva invasión de los bárbaros, Alasdair MacIntyre decía en 1981 en Tras la virtud,que la diferencia es que los bárbaros estaban entonces en las fronteras y ahora los tenemos gobernando; Thomas Sowell publicó The Barbarians inside the Gates en 1999.[6] Abundan las menciones de los nuevos bárbaros sobre el aumento de la barbarie. Basta ver las noticias de la prensa. ¿Qué sentido puede tener el Derecho para los nuevos bárbaros? La política legislativa no construye una cultura y una civilización nuevas, como dicen sus ideólogos: destruye las existentes. A la verdad, ni siquiera hay ya ideólogos. Los que ofician como tales, que suelen ser los “expertos” y los ”influencers” son casi todos picapedreros pagados por los gobiernos. Reinan, mandan y deciden los impostores.[7]


14.- El interesante marxista de tendencia anarquista Alain Badiou sostiene, que la historia de la política es paralela y distinta a la historia del Estado. Se podría decir, que la historia del Derecho y, en lo que interesa aquí, la del proceso de su destrucción al devenir bestiales sus contenidos, es también paralela a la historia del Estado. Que es la historia del crecimiento del poder hasta su desmesura totalitaria. «La inclinación general de toda la humanidad, escribió Hobbes, es el deseo perpetuo y sin tregua de adquirir cada vez más poder, deseo que sólo cesa con la muerte». «Es una experiencia eterna, corroboraba más tarde Montesquieu, que todo hombre que tiene poder tiende a abusar del mismo y no se detiene mientras no encuentre una barrera». La cuestión de los límites del poder era central en el pensamiento político occidental, justamente porque tiende siempre a crecer. Bodino los resumía en el siglo XVI como límites a la soberanía: la ley divina y la ley natural, la familia y la propiedad y las leges imperii o leyes relativas únicamente al Gobierno. El Estado, el mecanismo artificial[8] de Bodino-Hobbes, aumentó gradualmente su potencia de la mano de las monarquías. Se respetaron no obstante las limitaciones del pensador francés Bodino, por lo menos formalmente, hasta la revolución jacobina. Pero el Estado es de suyo un mecanismo revolucionario y el Estado democrático lo es más intensamente.[9] Escribe Nikolaus Koch: «sin revolución permanente no hay Estado y no se hubiese dado un Estado». Y si las estructuras en que descansa el Estado son democráticas, «el Estado democrático es idéntico con la revolución permanente».[10] Desde la Gran Revolución, prevalece el positivismo jurídico, para el que no significan nada la ley divina y la ley natural (que son en cierto modo la misma cosa) e impulsa la revolución legal permanente.[11]                                                                


15.- El constitucionalismo del tipo francés obedecía ya a der Wille zur Macht propia de la época del nihilismo. El êthos tradicional siguió empero influyendo inercialmente en l’État de Droit y en el Rechtsstaat posteriores a la revolución. Pero la propiedad empezó a someterse a la justicia estatal,[12] distinta de la justicia política de Aristóteles, transformada además poco a poco en la mítica justicia social.


 Se sigue invocando el Estado de Derecho, expresión que es un oxímoron y una tautología, tanto en el sentido de l’État de Droit, de origen napoleónico, como en el del Rechtsstaat,[13]  «una ensambladura de palabras y un concepto acuñado propio del ámbito de la lengua alemana, que no tiene correspondencia en otros idiomas». Pues todo Estado es Estado Derecho. Ambas formas del Estado finiquitaron en 1914, cuando el Derecho empezó a hacerse bestial.


El Estado de Derecho es una respuesta ingenua a la pregunta del Libro de Job (34,17): «¿Puede gobernar quien odia el Derecho?».


[1] Muy ilustrativo en el caso (generalizable) de Alemania, J. Borchert, Sozialstaatdämmerung. Munich, Rieman 2013. Sobre la seguridad social, K. Vaillant, Die verratenen Mütter. Wie die Rentenpolitik Frauen in die Armut treibt. Munich, Knaur 2016. En Francia, E. Verhaeghe sostiene en Ne t’aide pas et l’État t’aidera:  La Sécurité sociale et la mort de la responsabilité (París, du Rocher 2016), que, si se repartiese el gasto de la seguridad social entre sus beneficiarios, la cantidad correspondiente sería más que suficiente para satisfacer todas las necesidades securitarias. El fracaso de la seguridad social es una de las causas de los movimientos sociales populistas.


[2] K. A. Wittfogel, Despotismo oriental. Estudio comparativo del poder totalitario. Madrid, Guadarrama 1966.

[3] B. de Jouvenel, La ética de la redistribución. Madrid, Encuentro 2009. II, p. 124.


[4] Barcelona, Paidós 1970.


[5] Defendido por Lenin en 1913 para igualar al hombre y la mujer, aunque su esposa no era partidaria, fue legalizado en 1920 sin fines lucrativos, al mismo tiempo que se elogiaba la maternidad. Se planteó su prohibición cuando se creyó que había mejorado la situación económica y Stalin lo prohibió el 1936 salvo peligro de muerte de la madre o enfermedad congénita. Muerto Stalin, se volvió a legalizar durante los tres primeros meses. Suecia lo legalizó restrictivamente en 1938. Estados Unidos se convirtió en propagandista del aborto tras la famosa sentencia del Tribunal Supremo Roe versus Wade (1973) —abolida por el Tribunal Supremo en 2022 con gran disgusto del presidente católico Biden y los demócratas, etc.—, reforzada el mismo año por la sentencia Doe versus Bolton. Es la mayor conquista social concebible y son raros los países que lo limitan o prohíben.


[6] Macintyre. Barcelona, Crítica 1984. Sowell. Stanford, Hoover Institution Press 1999.


[7] G.Millière, Voici revenu le temps des imposteurs, París,Tatamis 2014.


[8] Vid. C. Schmitt, “El Estado como mecanismo en Hobbes y en Descartes” [1937]. Razón Española. Nº 131 (mayo-junio 2005).


[9] La intensidad es una categoría política fundamental: determina el objeto de la acción política. Cualquier conflicto puede devenir político si se radicaliza y conmueve la vida colectiva. No se trata tanto de una cuestión de cantidad como psicológica y sociológica. Depende en gran medida de las emociones suscitadas por los deseos, las pasiones y los intereses. Su trascendencia política es cuestión de grado. Vid. el comentario de Julien Freund en Sociología del conflicto. Madrid, Ministerio de Defensa 1995. III, pp. 42 ss.


[10]Staatsphilosophie und Revolutonstheorie. Zum deutschen und europäischen Selbstbestimmung und Selbsthilfe. Hamburgo, Holstein 1973. 10,1, pp. 99 y 100. El poder es, decía Koch, un “título vacío” (Leertitel), que “se llena con las condiciones dadas. En sí mismo, «el poder radica… anclado en nuestra vida espiritual…La majestad del poder (Gewalt) no necesita del esplendor exterior para reconocerla».  Hugo Krabbe, Die moderne Staatsidee (1919). Aalen, Scientia Verlag, 1969. III, VII, B, p.63. Cf. R. Guardini, El poder.  Madrid, Guadarrama 1963. 


[11] Vid de Schmitt, “La revolución legal mundial. Plusvalía política como plusvalía sobre la legalidad jurídica y superlegalidad”. Revista de Estudios Políticos. Nº 10 (julio-agosto 1979).


[12] Art. 544 del Código Civil: «La propiedad es el derecho de gozar y disponer de las cosas de la manera más absoluta, siempre que no se trate de un uso prohibido por las leyes o los reglamentos». Remacha el art. 545: «Nadie puede ser presionado a ceder la propiedad si no es por causa de utilidad pública y mediando una justa y previa indemnización». La utilidad pública definida por el gobierno, que sustituye al bien común, puede tener infinitas modalidades: la redistribución se justifica por la utilidad pública de que todos sean iguales económicamente.


[13] Böckenförde, Op. cit. “Entstehung und Wandel des Rechtsbegriffs“. I, p. 66.  El Rechtsstaat es una evolución del Polizeistaat de la Kleinstaaterei del Imperio alemán, que, bajo la influencia del l’État de Droit, pretende reproducir la expresión Laws Empire de James Harrington. 


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Sábado, 16 de Marzo


Valle de Esteban 

Camino de San Fe

viernes, 15 de marzo de 2024

La Ilustración hace cumbre


P. Fidelis Moscinski


Ignacio Ruiz Quintano

Abc


En palabras de Sade recordadas por Muray, no hay nada más divertido que la multiplicidad de las leyes que elabora el hombre todos los días para llegar a ser dichoso, “siendo así que no hay ni una de esas leyes que, por el contrario, no le quite una parcela de su felicidad”. Y al final del camino, la vida, como en Francia con la votación parlamentaria a favor del “derecho constitucional al aborto” (?), cumbre de la Ilustración, que decretó que la felicidad del hombre no venía de la religión, sino de la razón.


El nacionalsocialismo da más importancia a las cosas que a los hombres: es la mentalidad del salvaje que mata a los niños y a los ancianos porque estorban –anota en un campo de trabajo el prisionero Largo Caballero, que no era precisamente de El Yunque, sobre las dos conquistas nazis más cacareadas, aborto y eutanasia–. Eso, aunque se tengan muchos museos y bibliotecas, es de salvajes.


“Propios de salvajes” juzgó Saint-Just los crímenes de la Bastilla. Muray, que no quería pasar por chovinista, decía conocer “Francia y sus horrores”, lo cual no le impedía decirse a sí mismo que “un país donde el feminismo anglosajón y el deconstructivismo derridiano no han acabado nunca de cuajar en profundidad, no puede ser malo del todo”:


Por eso precisamente estamos inquietos. Algún día tendrán que liquidarnos. Convertirnos del todo.


Muray no olvidaba que “los alemanes, en la época de su esplendor hitleriano, ya preveían para nosotros un futuro de inofensiva tierra turística, de ocio y gastronomía, provincia de la moda y de los perfumes, una especie de Suiza, más vasta, abierta a los tour-operadores de la Alemania universal”, que ha vuelto a merendarle la cena a Francia.


En el paso de la hitlerización del planeta a su disneyficación contemporánea, lo único que ha desaparecido es la violencia. Y además, no para todo el mundo.


Europa murió en 1914, en cuyas vísperas Karl Kraus ya avisó que en el corazón de la gran cultura los hombres harían guantes de piel humana. “Castigar a Francia, olvidar a Alemania, perdonar a Rusia” fue la sentencia de los neoconazos contra los disidentes de Iraq, a cuya Reina de Corazones, Victoria Nuland, debemos un “fucking” tan famoso como el de Bellingham: “¡Que se j… Europa!”. Enseña Dalmacio Negro que a las oligarquías dirigentes les interesan sociedades hipersexualizadas, que fomentan la destrucción de la familia, ya para Bodino (padre de la soberanía) una barrera contra la tiranía. La Weltanschauung es hoy el aborto, obsesión del católico Biden, cuya patocracia acaba de liberar, tras once meses de cárcel americana, al franciscano Moscinski, arrestado en Filadelfia (con métodos que sonrojarían a la GPU) por rezar en una clínica de abortos.


Pero Macron, el liberalio con alzas que ya ha eliminado la cruz de Los Inválidos, tumba de Napoleón, en el cartel de los Juegos Olímpicos, pide un cetme para marchar a la guerra de revancha contra Rusia.


[Viernes, 8 de Marzo] 

Viernes, 15 de Marzo

 


Valle de Esteban


Idus

jueves, 14 de marzo de 2024

Aletistas y madrilistas

Francisco Javier Gómez Izquierdo

  

Rafael, que a pesar del nombre no es de Córdoba, sino de Niebla, ha dicho esta mañana que los aletistas (Rafael dice aletistas, madrilistas y a los primeros de la media marathón, primates carreristas) son de otra casta. Rafael lleva el escudo del Atlético de Madrid tatuado sobre la tetilla izquierda y es cosa ésta que me llamó la atención cuando en la piscina del Asland le vi el tatuaje hará 30 años cuando sólo se emborronaban las pieles los presos, los marineros y los legionarios. Cuando el fútbol era respetuoso con la liturgia, el Atlético era el equipo del contraataque. Sus defensas daban cera, pero era bonito ver conducir a Eugenio Leal y correr al Ratón Ayala. Los aletistas de Rafael se santiguan cada vez que recuerdan el doblete con Antic y Pantic y se encorajinan cuando alguien discute a Simeone, el entrenador al que han prometido querer sobre todas las cosas. El Atlético de hoy no es reconocible como criatura simeónica a mi parecer, pues tras tantos años de disciplinas defensivas, éstas se han trufado en barullos que servidor no entiende. El 2-0 en el Carranza presagiaba noche triste, pero Simeone susurraba antes de la vuelta ante el Inter como ingeniero de emboscadas y confió el gol a Morata, delantero con días desesperantes que son esos en los que parece querer reivindicar no se sabe qué. El sistema defensivo de Simeone, muy parecido al del Inter, aunque Di Marco y Drumphis no se parezcan en nada a Nahuel Molina y Lino, no acaba de cuajar. Entre Barella, formidable jugón, y Di Marco firmaron un gol al que un Inter setentero le hubiera bastado para salvar la eliminatoria y que al Atlético de Godín no lo hubieran marcado. Simeone vio que con Morata no había remedio y apostó por Correa y Menphis, al que servidor le ve velocidad y cañones en las piernas. El partido estuvo emocionante, quizás el de mayor incertidumbre de los octavos, y tuvo a los corazones atléticos esprintando durante 120 minutos. Menphis alegró una actuación que sin ser reprochable amenazaba disgusto. La remató Oblak que confesó que si los penaltis se tiran bien, son imparables. El gozo que siente la hinchada colchonera, sumida de continuo en un derrotismo que ya acoge como estado natural y familiar, como si el sudor de los atléticos oliera bien, no tiene parangón. No gana títulos pero se alza con partidos épicos e inolvidables y la alegría que desborda te deja pegado a la pantalla como si estuvieras ante un batallón de locos.


        Tras los octavos, tres de los nuestros a cuartos, cosa que no está nada mal. El Madrid pasa con mas pena que gloria; Barça con un buen día de sus mocetes; lástima de la Real, doloroso juguete entre las piernas de Mbappé. El Bayern, el City, llegan donde deben y se les supone. Es novedad la llegada del Arsenal, empujado por David Raya, un portero que lleva la bandera de España en sus guantes parapenaltis. El Dortmund, quizás sea la perita que todos quieran para cuartos, pero de semejante avispero no es conveniente fiarse.

11M y Teoría de la Conspiración



Carlos Moliner


«Lo que se deja expresar, debe ser dicho de forma clara; sobre lo que no se puede hablar, es mejor callar».

Ludwig Wittgenstein


A punto de cumplirse veinte años del atentado terrorista más grave de la historia de España por número de víctimas, y en paralelo a la cuenta atrás para la prescripción de los crímenes cometidos, no esperamos grandes avances en el conocimiento de las causas. La mayor parte del ejercicio periodístico irá dedicado a señalar a los teóricos de la conspiración, aquellos que insisten en no dar el caso por cerrado o que siguen especulando sobre esas causas y sus consecuencias. Salvo honrosas excepciones, el recuerdo del 11M es el trámite para pasar cuanto antes a su olvido.


Uno de los investigadores del asesinato de Kennedy se quejaba amargamente de lo mucho que se habían centrado los periodistas en el qué, y lo desatendido que había quedado el porqué. Algo parecido podríamos afirmar sobre el 11M, y también sobre otros dos sucesos que han dado forma a la historia reciente de España: el atentado que acabó con la vida de Carrero Blanco y el 23F. Conocemos muchísimos hechos, tantos que incluso nos abruman, pero muy pocos motivos, cuando desde un punto de vista nacional son lo relevante. Sin negar la importancia del lado humano de la tragedia, o del político en clave nacional, son los aspectos geopolíticos los que hacen inteligibles la mayor parte de los acontecimientos históricos, y el 11M no es la excepción.


Sin embargo, preguntarse sobre ellos es una de las actividades más ingratas que pueden imaginarse hoy. Hace falta vencer la reticencia inicial del público, que está ya harto de repasar los mismos datos una y otra vez , y al que la sola mención del 11M, o del 23F, ya produce una cierta saturación, entendible por cuanto es escasa la información adicional que se ha añadido en estos veinte años. Además, cualquier iniciativa que se aparte de las explicaciones oficiales es tachada de teoría de la conspiración, lo que redobla las reticencias a la hora de acercarse a esta clase de informaciones. Por si fuera poco, el número de personas dedicadas a restringir la amplitud de lo pensable en la España pospandémica alcanza proporciones de industria, la única que a estas alturas de convergencia con Europa podemos considerar competitiva. Esta misma semana hemos tenido nuevas muestras de ello.


A esta aventura en territorio hostil y plagada de riesgos sólo se apuntan un puñado de personas que no cuentan con el respaldo de grandes medios a su servicio, ni con generosos presupuestos o posibilidades de difusión. Es gracias a los resquicios que todavía permite la comunicación por Internet que accedemos a su trabajo, que en muchas ocasiones es el fruto de horas hurtadas al tiempo libre o a la actividad profesional y dedicadas a indagar sobre cuestiones que les interpelan por motivos personales, o que despiertan en ellos la responsabilidad de hacer el trabajo de quienes han decidido no hacerlo. En la mayoría de los casos les guía un impulso moral, un compromiso con las víctimas o con la verdad, algo imprescindible para atravesar el rosario de dificultades con las que topan enseguida. Un paso mal dado en ese camino puede pagarse tan caro como un acierto, y la pequeña cuota de prestigio a ganar entre un reducido grupo de afines es una recompensa escasa ante el riesgo de ser condenado al ostracismo, con las graves consecuencias que puede ocasionar para un particular a la intemperie.


Por todo ello, desde aquí vaya mi reconocimiento y mi admiración por todos esos deplorables teóricos de la conspiración que siguen intentando arrojar luz sobre los atentados del 11M. Ellos rinden, en mi opinión, el mejor homenaje posible a las víctimas.


El origen de la teoría de la conspiración


Gracias a Mike Benz, el que fuera designado por Mike Pompeo para un puesto en el Departamento de Estado durante la Administración Trump y actual director de la Fundación para la Libertad Online, sabemos que existe una coalición que reúne a políticos de ambos partidos, empresas tecnológicas, grupos de comunicación, ejército y agencias de inteligencia, lo que Benz denomina The Blob, que se coordina para fijar las políticas y los relatos adecuados a sus intereses conjuntos, dentro y fuera de Estados Unidos.


La información real que contradice las versiones patrocinadas por este colectivo es objeto de censura, pero hoy la conocemos, gracias a ellos, con el nombre de desinformación, lo que les permite suprimirla sin incurrir, al menos nominalmente, en una práctica propia de los regímenes totalitarios. De forma paralela, las políticas que buscan el interés público y amenazan por tanto los intereses de The Blob son lo que hoy conocemos como populismo, etiqueta creada para justificar la persecución legal y mediática de los disidentes, prácticas en teoría incompatibles con la democracia. Bajo los parámetros de esta neolengua, populista sería aquel que se aprovecha de la desinformación o emite las distorsiones de la realidad que conocemos como posverdades, diseñadas para influir emocionalmente en la opinión pública y así acceder al poder.


Dentro de la desinformación, existe una categoría que, en lugar de enfatizar las intenciones dudosas del emisor, resalta su desequilibrio mental: son las conocidas como teorías de la conspiración. El profesor Lance DeHaven-Smith explica que la expresión «teoría de la conspiración» se popularizó precisamente tras el asesinato de Kennedy para calificar las versiones distintas de la oficial, como un temprano ejercicio de manipulación psicológica y control del relato por parte de los servicios secretos. Fueron una serie de artículos en el New York Times los encargados de popularizar el término, atendiendo así un informe interno de la CIA que alertaba del escaso éxito de la Comisión Warren para fijar la verdad oficial. En esta coordinación entre agencias de inteligencia, prensa prestigiosa y poder político bipartidista vemos a The Blob en acción.


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