domingo, 18 de mayo de 2025

Ratzinger



Ignacio Ruiz Quintano

Abc Cultural


Animados por nuestra Real Academia, que viene de pegarle a Dios un corte de pelo al cero, 67 profesores de la Universidad romana de La Sapienza, que cuenta con una nómina de 5.000, han impedido la visita a sus aulas del Papa Benedicto XVI. 67 pocholones de la razón frente a 4.933 volterianos del “lucharé hasta la muerte para que tú puedas decir lo contrario de lo que yo pienso”, pero que han merecido, los 67, titulares de una ecuanimidad sobrecogedora en la prensa de progreso. Por ejemplo: “Ola anticlerical en Italia”.


La ola, pues, son 67 granujas de la tolerancia “avant la lettre” que, en nombre de la racionalidad laica –una cosa que Ratzinger ya tenía discutida con Habermas en Munich–, impiden el paso al Papa porque es un Papa que no bendice como Mariano Rajoy el aborto o el “matrimonio” homosexual, además, por supuesto, y según ellos, de “lo de Galileo”. O sea, un Papa fascista.


Lo cierto es que nuestra racionalidad laica, por más que pueda parecer evidente a nuestra razón educada al estilo occidental, no es comprensible para toda “ratio”, en el sentido de que, como racionalidad, encuentra límites en su intento de hacerse inteligible. De hecho, su evidencia está ligada a determinados ámbitos culturales, y debe reconocer que, tal como es, no es reproducible en el conjunto de mente operativa a escala global. En otras palabras, no existe la fórmula universal racional o ética o religiosa en la que todos puedan estar de acuerdo y en la que todo pueda apoyarse. Por eso mismo la llamada “ética mundial” sigue siendo una abstracción.


Eso dijo Ratzinger a Habermas en Munich, pero en Roma no ha podido decirlo a nadie porque 67 tragaldabas con cebadera del Estado se han puesto burros excitados por la escueta Emma Bonino, aquella Venus “euroidiota” que espoleaba al Clinton del balano embravecido para que bombardeara Yugoslavia sin la póliza de la Onu que ahora le pide a Bush:


Estoy absolutamente convencida de que existen valores y principios que fundamentan y justifican una intervención directa en el territorio de un país soberano cuando éste aplica decisiones contrarias a normas y convenios reconocidos por la comunidad internacional (...) La Onu hubiese estado mejor acreditada para intervenir, pero, mientras la Onu siga como está, nadie tendrá derecho a censurar una iniciativa como la de la Otan, decidida por gobiernos legítimos y responsables a favor de un pueblo en peligro.


Y luego decía Heidegger que “la ciencia no piensa”.

Domingo, 18 de Mayo

 


Valle de Esteban

La casa del panadero

En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros

DOMINGO, 18 DE MAYO


Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús:


-Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará. Me queda poco de estar con vosotros. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también unos a otros. En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros.


Juan 13, 31-33a. 34-35 

sábado, 17 de mayo de 2025

Purina


Morante de la Puebla

Ignacio Ruiz Quintano

Abc Cultural


En Jerez, el otro día, volvía Morante por el callejón y se detuvo delante de Joaquín Moeckel, que se fumaba un puro: le quitó primorosamente el puro, le pegó dos caladas igualmente primorosas y lo colocó otra vez en los dedos de Moeckel, que es abogado y de El Cid, el torero de la pureza, esa cosa que hay entre la lidia y el arte.


¿Y Morante qué es?


Morante es el torero de la purera, o el arte de birlar puros. Le gusta jugar al fútbol y leer para coger el sueño...


También me gusta no hacer nada –le dijo una tarde a Gala, el bardo de Brazatortas que lleva un Morante dentro.


Llamamos al lance morantino “purera” y no “purina” como Gerardo Diego llamaba al lance manoletino “manolera”: por ser palabra española y natural para evitar el horrible esperpento, confiteril y ridículo del voquible “manoletina”.


¿Que si es importante el puro en los toros?


El tabaco, dice Foxá, se descubrió demasiado tarde. Y dice que en Atenas Aristóteles lo hubiera enaltecido y Diógenes denigrado. Que en Roma Ovidio le habría dedicado un poema y Virgilio lo citaría en las “Geórgicas”. Que buenos puros hubiera encendido el jovial arcipreste de Hita en las claras mañanas del Guadarrama. Que Manrique lo habría empleado como metáfora de la brevedad de la vida.


Pero le estaba reservado al tabaco la Edad Moderna. Ahora vive su Siglo de Oro.


Morante cree que todo lo que hace falta para volver a la Edad de Oro del toreo es encender un puro, pues el tabaco simboliza frivolidad y vida galante: es heráldica del pecado.


Yo, como poeta, soy aliado suyo, porque tan bello como vender sueños es comerciar con azules espirales. Y porque me place, en una época de tedioso materialismo, ver a los hombres gastarse millones de dólares para sentarse en una butaca o bajo una parra, rodearse de nubes la cabeza como un ángel y contemplar la subida del humo, que nos obliga a mirar al cielo.


Morante es el arte de quienes, después de meterse al cinto un rabo de toro en Toribio, en vez de ir al Arqueológico a contemplar escombros, van a Las Ventas a fumarse un puro en perfecta comunión de espíritu. ¡Ariel y Calibán! Nada de esto tiene que ver con los toros. Mas ¿a quién le importan los toros?

Feria de San Isidro. Otra frailada para olvidar ("Amor de monja y pedo de fraile todo es aire"), con dos estocadas de Manzanares en Fever Friday Afternoon. Márquez & Moore

 


JOSÉ RAMÓN MÁRQUEZ


Ayer tuvimos ante nuestra presencia la mansada con que nos obsequió el señor Fraile, don José Enrique, y hoy, para que no nos malacostumbremos, nueva irrupción de otro Fraile, don Lorenzo, con sus bueyes del Puerto de San Lorenzo a cuestas para conmemorar el 105 aniversario del fallecimiento de Joselito, a quien debemos eterno agradecimiento por haber impulsado la construcción de la Plaza de Toros Monumental de Las Ventas del Espíritu Santo, nuestra Plaza.


Debieron sudar tinta por la mañana los señores veterinarios Ortuño, Horcajada y Ramón durante su despacho oficial, pues al parecer hubo un inmenso baile de corrales, llegando a ser examinados veinte toros para aprobar los que finalmente salieron por los chiqueros. No hubo manera de que la corrida saliera entera con el hierro anunciado y se echó mano a otro de los hierros/basura del señor Fraile, en este caso el de La Ventana del Puerto, que se sale de la onda lisarnasia para meterse en el fangal de Jandilla, y entre los dos hierros solamente fueron capaces de rescatar a cuatro bóvidos frailunos, a los que hubo que sumar dos de Victoriano del Río que son los que salvaron los muebles de la tarde, tarde de nuevo en caída libre por causa del ganado propio de Fraile. O sea que Atanasio/Lisardo, Jandilla/El Torreón y Juan Pedro/El Torero sería el elenco de procedencias de las prendas que nos esperaban en la lóbrega oscuridad de los chiqueros sobre los que gobierna Florito, como Caronte en su barca.


Los dos primeros toros fueron los de El Puerto de San Lorenzo, que fueron una nota continuista con sus primos del día anterior en cuanto a mansedumbre, descaste, falta de interés, blandenguería y ausencia de celo. Su fin óptimo, como el del Santo que da nombre a la vacada, la parrilla. Los de La Ventana del Puerto salieron en cuarto y sexto lugar con otras hechuras menos mórbidas. El cuarto estuvo a disposición de Manzanares, si este hubiera tenido algún interés en hacer algo con él; el sexto no dejó estar cómodo a Pablo Aguado, que estaba deseando que aquello se acabase. Los dos de Victoriano del Río se corrieron en tercer y quinta posición: el tercero le metió el miedo en el cuerpo a Pablo Aguado, no por sus malas intenciones, que no las tenía, sino por su presencia y sus pitones, que ya no los volverá a ver así el sevillano en toda la temporada, hasta que retorne a Madrid. El quinto fue un toro de gran movilidad y nobleza en la muleta, que dará pie a muchos interesados en tapar al gran toro Brigadier, de Pedraza de Yeltes, para tratar de llevar el agua a sus interesados molinos. A su muerte el ganadero salió corriendo camino del desolladero y al rato se le vio retornar a su sitio con los bolsillos llenos de esperma, que utilizará en la manera que le venga en gana para regenerar su ganadería.


La terna de este viernes de gin&tonic estaba compuesta por José María Manzanares, de azul noche y oro; Fernando Adrián, muy elegante de azul cielo y plata; y Pablo Aguado, de catafalco y montones de oro.


Que Manzanares viene a Madrid por venir es una evidencia más que constatada. Le contratan, hace el paseo, se da sus lances mejor o peor, luego sus muletazos, salgan como salgan y luego recoge el carrito y se va, hasta la próxima vez en que hará de nuevo lo mismo. De las óptimas condiciones que vimos en aquel muchacho muy pocas se han cumplido y su carrera ha sido incapaz de levantar un vuelo excelso, que a estas alturas y tras veintidós años de alternativa a cuestas, es ya un planeo bajo y rastrero. No obstante cabe reseñar las dos estocadas que nos dejó, que probablemente sean lo mejor de toda la tarde. La primera nos hizo recordar aquella vieja lámina de la revista «La Lidia», publicada el 13 de abril de 1891, que llevaba por título «El Tato después de un volapié en las tablas»: dice la vieja publicación acerca del grabado que «tomaba al toro en las tablas, se arrancaba con firmeza y derechura, sepultaba el acero en las mismas péndolas, y se retiraba á alguna distancia» y eso, que se publicó hace un siglo y pico, sirve para explicar la estupenda estocada en tablas de Manzanares a su primero. Y la que le recetó a su segundo, un preciso volapié, sobrio y en corto, del que el toro sale herido de muerte, fue de una ejecución perfecta. Podemos decir que hoy, por primera vez en lo que va de Feria, se ha visto matar dos toros con verdad.


Pablo Aguado, como se dijo antes, estuvo frente al primero de Victoriano del Río como el que está frente al pelotón de fusilamiento. Le vino muy grande la presencia del toro, especialmente su descarada cabeza y su aspecto ofensivo. No se confió con él ni una sola vez y su paso por ese primer toro quedó muy desdibujado, como puede comprenderse. Se hirió en la mano al entrar a matar y eso hizo que la cosa de la muerte del toro fuese más larga de lo que debía. En su segundo, de La Ventana, un colorado alto y bien puesto tampoco llegó a confiarse. Más bien vio cómo la tarde iba llegando a su fin, con no sé cuántos puntos de sutura en la mano, y decidió no meterse en líos.


Fernando Adrián trajo, al menos, otra actitud. Su primero se lo brindó al Alcalde de Madrid. Esperamos que en el brindis le recordara su promesa/trola de quitar el dichoso Madrid Central. Comenzó con dos estatuarios y uno cambiado por detrás y luego un natural. Ahí se acaba todo porque el toro no puede ni con sus pezuñas. Descoordinado y como groggy, anda el mamarracho del Puerto desengañando a Adrián de que allí haya opción alguna de triunfo, o sea que, visto lo visto, tras varios intentos le deja una trasera y tendida y se retira a su posición mientras el toro es arrastrado entre silbidos.


Su segundo es Frenoso, número 95, al que pica con oficio y corrección Alberto Sandoval en su primer encuentro. Brinda al público Adrián y empieza su tarea con un pase cambiado de rodillas, pero en seguida tiene que ponerse en pie, porque el animal se le echa encima. A partir de ahí desarrolla su toreo de corte liberalio, toreo de no torear en que mueve al toro muchísimo de acá para allá, enhebrando sus derechazos unos con otros, sabiendo que todo lo que no hay de toreo lo pone el toro, que se queda colocado a la salida de los pases y que acude solícito y repetidor a las invitaciones del matador. Toreo como tal no hay: no hay colocación, no hay cargazón de la suerte, no hay cite con la panza de la muleta, no hay remate en la cadera, no hay nada de lo que constituye el toreo, el que emociona y se queda grabado en el alma, y a cambio hay ventaja y pico, y el toro cada vez más entero, o, al menos, lo mismo de entero que cuando empezó. Pero eso da lo mismo, porque las gentes braman de gusto como si lo que están viendo fuera algo grande. Al natural, idénticas trazas, pero con menor intensidad, que por ahí el toro no ayuda tanto. Vuelta a la mano derecha y continuación del delirio popular en este plebiscito a favor de la ventaja y del destoreo. Tras las inefables bernardas, se enfangó Adrián con los aceros, perdiendo las orejas que estaban todos a punto de darle.

 

Decía Domingo Ortega que «todas las cosas que se hacen con los toros desde que nacen hasta que mueren son bellas a base de ir hacia adelante»; las gentes hoy en Madrid optaron más bien por otro tipo de belleza, por aquella que profetizaron las «Hermanas Fatídicas», en su famoso "lo bello es feo, y lo feo es bello".





ANDREW MOORE




















FIN

Sábado, 17 de Mayo

 


A todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio derecho de ser hijos de Dios

Juan 1:12

viernes, 16 de mayo de 2025

Las últimas boqueás en Segunda

Histórico Mirandés: Raúl Fernández, Joaquín Panichelli, Juan Gutiérrez, Julio Alonso, Unai Eguiluz y Alberto Reina. Agachados:  Mathis Lachuer, Hugo Rincón, Urko Izeta, Pablo Tomeo y Jon Gorrotxategui


Francisco Javier Gómez Izquierdo


              Mi presidente, que es el de mi peña cordobesista, nos enseñó el otro día un folio en el que tenía apuntados los entrenadores despedidos durante la temporada de esta Segunda división que agoniza. El miércoles 14, Fran Escribá en Granada fue el decimonono y suponemos que a falta de tres jornadas -nueve puntos- será el último en un año en el que cuatro equipos -Cartagena, Rácing de Ferrol, Tenerife y Eldense- formaron un pelotoncillo de torpes del que el Eldense quiso despegarse, pero la zanja era demasiado ancha para saltarla un cojo.


       De los doce últimos clasificados todos cambiaron de entrenador, alguno ha contado hasta con tres distintos, excepto el Málaga que mantiene a Sergio Pellicer además de por los rigores económicos porque creo está convencida la directiva de que nadie mejor que él para salvar a los boquerones. Pellicer fue un modesto jugador natural de Nules que se retiró precisamente en el Eldense y al que se contrata como técnico por su buena mano con las canteras. Antoñito, Larrubia, Chupete... son moneda de cambio que aliviarán las necesidades dinerarias de un club  archimenesteroso.


      Las directivas de los diez primeros han tenido paciencia e incluso están encantadas con los titulares que contrataron en julio para sus banquillos, si exceptuamos la mejicana del Oviedo y la china del Granada; ésta con ciertos niveles de histerismo tras la fuga del goleador Uzuni y el mal ambiente que se generó en el club y que dura hasta la repentina y sorprendente destitución de Fran Escribá el martes último, que cayó en 13. Oviedo y Granada esperaban subir a Primera, pero el juego que han ofrecido durante toda la temporada no es ni más atractivo ni de mayor calidad que el del Deportivo, Albacete o Córdoba, equipos estos que ya se han quedado fuera del play off. El fútbol del Oviedo me parece horrible y basta que servidor lo demonice para que la Fortuna le sea propicia. Nada se me da, pero no me gusta que mi paisano Pacheta haya firmado por el Granada para estas tres últimas jornadas con el único objetivo de alcanzar al Almería, sexto clasificado.


     De entre Levante, Rácing de Santander y Elche, dos parece que serán los que asciendan directamente. Parece, pues no tengo seguro que ¡¡¡el Mirandés!!! se canse de dar por el saco a los estamentos del fútbol profesional. El lunes viene a Córdoba. Me gustaría que ganara en El Arcángel y metiera en un brete a Don Tebas y sus normativas de campo, graderío, iluminación, banquillos, vestuarios... y sobre todo presupuesto. ¿Qué presupuesto puede ofrecer aquél que nada tiene? No. No crean que el Mirandés es como el Eibar o el Numancia. Anduva nada tiene que ver con Ipurúa o Los Pajaritos. El Mirandés en Primera sería un papelón para los barandas del "furbo" y a día de hoy un misterio gozoso con el que esperamos disfrutar. 

Un canapé ruso


Marqués de Custine

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


El 78 es un Régimen liberalio de frivolidad satisfecha (lo que une a derecha e izquierda), pero sin cobre en las líneas del Ave (síndrome de Menkes) y con chinches en las terminales aéreas (síndrome de Custine).


Estaba cubierto, devorado por las chinches… Un mozo me ruega que no me siente nunca en un canapé ruso, porque allí duermen siempre los criados, que traen legiones de insectos –anota el marqués de Custine, luego de su siesta de tres minutos envuelto en su abrigo en un sofá de piel, verde botella, en San Petersburgo.


“Situación crítica en el aeropuerto de Madrid”, tuitea una televisora oficial: “Denuncian la presencia de chinches y piojos, especialmente en la Terminal 4”, y uno, con el billete a Londres en la mano, mira a la caza de populistas y putinejos, como ocurre con el pillaje de cobre en el Ave, cuyo lado bueno es que renueva la temática de los Premios del Tren de Poesía y Cuento en nuestro depauperado oficio. Tal que la vida vista por Julio Torri, España se va quedando atrás “como el paisaje que se contempla desde la plataforma trasera de un coche de ferrocarril en marcha, paisaje del cual va uno saliendo”. Ya no tenemos Otamendis (ingeniero que excavó el Metro de Madrid) ni Melis (ingeniero que soterró la M30), pero damos juglares y bufones para TVE y poetas (Prado, Cuenca) y cuentistas (Prado, Molina) para los Premios del Tren. García Calvo: “¡Qué bien se está en esta fonda / de la estación / de Medina del Campo!” Y Nicolás Guillén: “Ya yo em enteré, mulata, / mulata, ya sé que dise / que yo tengo la narise / como nudo de cobbata”. Al bailongo: “Tanto tren con tu cueppo, /tanto tren; / tanto tren con tu boca, / tanto tren; / tanto tren con tu sojo, / tanto tren”.


“¡Falta mantenimiento!”, protestan los liberalios agitando un proviso de Locke. En Méjico, Porfirio Díaz impuso la pena de muerte sumaria por daño al telégrafo; si el criminal no era capturado, respondía el comandante del distrito; si el corte se producía en una hacienda, el propietario que no lo hubiera impedido era colgado del poste de telégrafo más cercano.


España ha pasado de Edgardo en “Eloísa está debajo de un almendro” a Puente, que estudia las responsabilidades de su ministerio en lo del Ave de Sevilla sobre este cuento de Ricardo Bada: “De repente, el tren se mete en un túnel y se oye un guantazo enorme: ¡Plasss! El tren vuelve a la luz y el sevillista se echa mano a la cara. Los cuatro pasajeros se quedan pensando en lo que ha podido ocurrir. La gorda piensa: ‘Seguro que el sevillista le ha metido mano a la rubia. La rubia se ha mosqueado y le ha dado un guantazo’. La rubia piensa: ‘Seguro que el sevillista ha intentado meterme mano, se ha equivocado y la gorda le ha metido una h...’ El sevillista piensa: ‘Seguro que el bético le ha metido mano a la rubia, la rubia se ha equivocado y me ha dado la h... a mí’. El bético piensa: ‘A ver si llega otro túnel y le meto otra h... al sevillista’.”


[Viernes, 9 de Abril] 

Hughes. Hay que fichar a Stiller


Hughes

Pura Golosina Deportiva

 

Qué rápido se recupera la ilusión... Ha sido leer que el Madrid puede fichar a Angelo Stiller y volverme niño, niño otra vez, niño ante el F5 del verano.


Stiller es el fichaje. Hay que fichar a Stiller. No admitiré otra cosa que no sea Stiller, al que recuerdo de su partido contra el Madrid porque pensé: este tío es Karl Malden.


La posibilidad de juntar a Stiller y a Guler sería una cumbre estética del fútbol porque la cara también es parte del futbolista. Son dos jóvenes con cara de mafiosos, con cara de poca broma. Con cara de inteligencia y rasgos extremados. Los ojos de Güler, la napia de Stiller. ¿Se imaginan a los dos mirándose, a los dos combinando? ¿A Stiller pasando a Güler, las miradas de inteligencia entre los dos?


Pero es que, placer visual aparte, Stiller es muy bueno y es lo que el Madrid necesita. Lo ha recomendado Kroos porque juega un poco por donde acabó jugando Kroos. No es un mediapunta, ¡no más mediapuntas! Es un centrocampista, es 100% centrocampista, a lo mejor 98% centrocampista y 2% defensa. Roba, cubre, ocupa la posición de pivote defensivo y sabe pasar la pelota con altísima eficacia y verticalidad. Esa maravillosa estadística del pase progresivo la domina. Domina en realidad en todas. Sólo le veo de malo que es alto. Para ser perfecto debería ser bajito.


Stiller incidiría en un problema del Madrid: el nacimiento de la jugada, donde brota el agua del fútbol. Ahí necesitamos un jugador y Angelo (¡qué evocaciones también futbolísticas en ese nombre!) para colmo es alemán, como Stielike, como Schuster, como Kroos, también como Khedira...


Florentino, fíchalo. Personas con acceso a Florentino, decidle que lo fiche a toda costa. Hágase. Páguese. Que se ponga la zamarra blanca y nos mire con su cara de disgusto. Que se acaben las tonterías y las caritas de satisfacción. Que durante diez años los rivales vean ese gesto torcido. 

Feria de San Isidro. Impresentable frailada charolesa para festejar al Patrón y una pregunta en el aire: ¿Qué le pasa a Ureña? Márquez & Moore



 JOSÉ RAMÓN MÁRQUEZ


En el libro «Haciendo de República» (Luca de Tena ediciones, 2006) la clara inteligencia de Julio Camba nos ilustra con perspicacia y humor sobre los primeros momentos de la llegada a España de aquella abominación. Así nos cuenta cómo habrían resultado agraciados los poseedores de títulos nobiliarios merced al nuevo régimen, de tal manera que el duque de Alba o el del Infantado habían pasado a ser el exduque de Alba o el exduque del Infantado, acrecentándose así la longitud del nombre de su título. Algo así ha debido pasar en el mundo de las(s) familia(s) Fraile, porque hoy nos encontramos con la sorpresa de que la ganadería anunciada para el festejo, antes conocida como «Valdefresno», así a secas, ahora ha pasado a denominarse «José Enrique Fraile de Valdefresno», aumentando su nombre en 12 caracteres. Nos cuenta un paisano de Aldehuela de la Bóveda que esto no es porque quieran darse pisto, sino que es porque han partido aquella en dos. La verdad es que hace años que las cuitas ganaderas de la(s) familia(s) Fraile, excepción hecha de Carolina y sus gracilianos, nos importan un solemne bledo, desde que aprendimos que lo suyo es la casta Lisarnasia, creación propia con «label» de mansedumbre, y que la principal característica del ganado frailuno en la Plaza consiste en que «en la lidia se comporta con frialdad cuando sale, yendo a más a partir del tercio de varas…», que esto lo pone así en el programa oficial.

 

Los toros de José Enrique Fraile de Valdefresno (JEFV) que hoy hemos visto en Madrid se ve que no han llegado a pillar el grado necesario de calentamiento global y se han quedado de principio a fin en lo de la «frialdad» ésa que dice el que escribe en el programa, aunque dicho con otras palabras más propias del léxico taurino podríamos hablar de mansedumbre, descaste, debilidad o sosería, que son términos que reflejan más aquilatadamente lo que ha significado la contemplación de estos seis bueyes de carreta, estos 3.673 kilogramos de carne en seis entregas, que han demostrado sus trazas, más cercanas a las de la raza charolesa que a las propias del toro de lidia. Óptimo homenaje al Santo Isidro, cuyos bueyes araban las tierras de Iván de Vargas mientras él oraba, y ojalá que el Santo labrador hubiera tenido a mano estas tres yuntas que hoy salieron en Las Ventas, para acrecentar su labor.


Baste decir que el mamarracho que defendió el «honor de la divisa» fue el segundo de la tarde, Pomposico, número 22, que, al parecer es el único en que cuajó el calentamiento, y lo que se obtuvo a cambio de esa ardentía fue una colección de embestidas a cuál más tonta, más sin sentido, sin gracia y sin intención. El resto del encierro fue como el de las vacas del pueblo: mansedumbre huidiza o aquerenciada, deslucimiento y cobardía proclamada a los cuatro vientos. Y todo eso aderezado con unas fuerzas tasadas y una ignorancia completa de para qué servían esas dos vainas huecas formadas por epidermis queratinizada que les asomaban a ambos lados de la cabeza. Desde el burladero titulado como «Ganaderos/Empresa» el ganadero observaba las evoluciones del ganado que cría, acompañado de su esposa y sus dos jóvenes hijas. En un momento se acercó a departir con ellos el mayor experto en bueyes que hay en España, el mayoral don Florencio Fernández (Florito), probablemente a dar la enhorabuena o acaso a tratar de adquirir nuevos ejemplares de contrastada mansedumbre para ampliar su manada.


Verdaderamente el mejor consejo que se le podría dar a JEFV es que como seguramente tenga un rifle en la casa, en Tabera de Abajo, mañana mismo, sin esperar más, lo use con las madres, con los padres, con los becerros, con los toros de saca, con los novillos y, si quiere seguir en esto de la ganadería, una vez eliminado en buena hora lo anterior, se plantee un nuevo inicio, que lo mismo a la segunda vez puede que le salga medio bien la cosa. O que se pase al ganado de engorde, que da menos disgustos.


El plan infalible para el día del Patrón en la mente de Plaza1 era éste: los seis lisarnasios de JEFV y, para dar fin de ellos, Paco Ureña, David Galván y Alejandro Chicharro, que confirmaría la alternativa que le dio Talavante en las pasadas Fallas. Todo atado y bien atado.


Por delante salió Chicharro, de oro viejo y oro, a abrir Plaza. El buey huidizo de su confirmación fue Pandereto, número 29, más manso que la oveja Dolly (qDg), que se empeñó en hacer currar al neófito en persecuciones y, aunque su condición no era aviesa, le hizo también tomar precauciones que le llevaron a no estar colocado ni en uno solo de los cites que perpetró. El buey se tragó algún muletazo pero su idea era partir de ese sitio donde se le incomodaba, de ver cómo volver a Salamanca. Enganchones, falta de personalidad definida y largo trasteo de menos a mucho menos fue el resumen de su actuación. En su segundo, el sexto de la tarde, tasadito de fuerzas, volvió a destacar su falta de colocación y además comenzó a llover, con lo que las gentes huyeron de la Plaza sin atender a las razones tan poco convincentes que Chicharro ponía encima de la mesa.


Un «chicharro» en argot bursátil español, es un valor con una baja capitalización y un riesgo muy elevado. Esperemos que no sea una premonición sobre el futuro de este joven diestro, pero como no cambie de registro parece que la cosa va rodada.


Ureña presentó en su primero, Pomposico, las mismas credenciales que hicieron venirse abajo su cotización el pasado día 11 en la corrida de Fuente Ymbro. ¿Qué le está pasando a Ureña? Donde antes ponía verdad ahora pone truco y ventaja. Donde antes se pasaba al toro por la faja ahora lo hace a distancia de seguridad. Donde antes había toreo ahora hay solamente pases. El toro era, como se dijo antes, bobo de solemnidad, un atontado, tontaina, tontera, bobo, estúpido, necio, lelo, alelado, memo, simple, corto, imbécil, idiota, mentecato, majadero, merluzo, tarado, zonzo, sonso, zote, cojudo, dundo, menso, abombado, yegua, maje, desorejado, zapallo, tolete, dundeco, noneco o turro. Ni una mala mirada, ni un pensamiento propio, ni una mala intención que obligasen a Ureña a desconfiar de las intenciones de Pomposico, y sin embargo el hombre se puso a dar pases negando de manera patente lo que ha sido su tauromaquia, la que le ha dado un nombre y por la que se le espera. Encima parece que se mosqueó cuando no le fue concedida la injusta oreja que algunos le pedían. Su segundo fue otro vaco que embestía a cabezazos, cuando embestía y que a la mínima se iba a tablas. Ureña se puso espesísimo y nadie le echó cuentas cuando despenó a la prenda esa al tercer intento.


David Galván puede decirse que no tuvo opciones para decir algo, ni bueno ni malo con los dos espantajos que le tocaron. Se llevó el peor lote sin paliativos. Su primero tenía la misma disposición a embestir que los toros de Guisando y su segundo fue de una mansedumbre franciscana, sin ganas de meterse en líos con nadie. Ya puede mandarle un jamón al ganadero.


En las cuadrillas, Sánchez estuvo muy dispuesto para parear al sesgo y volvieron a brillar otra vez más Juan Carlos Rey e Iván García. Por su parte, Borja Lorente confirmó con su trabajo en varas al sexto sus carencias como picador, explicadas en la reseña de la corrida del día de ayer.





ANDREW MOORE



















FIN

Viernes, 16 de Mayo

 


Porque Jesús vino a buscar y a salvar lo que se había perdido

Lucas 19:10

Morata