sábado, 30 de abril de 2022

"No es sexo, es ocio"

Louis C. K.

 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    La soledad, como sabemos, no es lo existencialmente primario: “primero es la sociedad y luego después la soledad”. Pero Hughes nos acongojó el otro día con el descubrimiento (estadístico) de que hoy todos estamos más solos (sin amigos que pidan prestado), y el susto nos lo remató el periódico de las elites con su promoción en Madrid de la “hermandad fálica”, que no es una rama de la masonería, sino un club de masturbación grupal para caballeros del que uno no querría ser miembro, si lo aceptaran.


    –No es sexo, es ocio –explican los hermanos.
    

Así las cosas, nos vamos del Groucho Marx del Club Friars de Beverly Hills al Romain Rolland de “Clérambault”, que es el manual de supervivencia mental en una época y en una sociedad como las nuestras:


    –Todo hombre que es un verdadero hombre debe aprender a quedarse solo en medio de todos, a pensar solo por todos y, si es necesario, contra todos.
    

Ni Shakespeare ni Cervantes. Whitman es hoy el hombre, Homero de la democracia americana y del onanismo más franco (poeta escogido por Ónega para despedir a Franco en el 75: “¡Oh, capitán, mi capitán!”…), pues la imagen que prevalece en su poesía, nos dice Harold Bloom, es derramar la propia semilla sobre el suelo tras la autoexcitación.
    

A solas o en compañía de otros, amancebarse con la propia mano no es inocuo: no se te va a caer la mano, como te asustaban los frailes en el internado, pero a Louis C.K. se le acabó cayendo el pelo. Y luego está la duda moral: “Lo que estás perdiendo entre tus dedos, Póntico, ¡es un ser humano!”, satiriza al masturbador el romano Marcial, que era de Calatayud, como la Dolores.
    

Si el coito se puede esquematizar como diálogo, la masturbación parece ser correlativa a la pulsación del monólogo –concluyó el viejo Steiner, que seguramente disfrutó los gloriosos monólogos de pausa inteligente (“yes, but maybe”) de Louis C.K., quien al quedarse solo tras su movida masturbatoria descubrió quiénes eran sus verdaderos amigos, “y nunca son los que uno espera”.

[Sábado, 23 de Abril] 

Sábado, 30 de Abril

 

 

Tempus fugit

viernes, 29 de abril de 2022

Las Cruces de Córdoba

 






De las Tendillas, Plaza las Doblas, el Bailío,

 Plaza conde de Priego, San Francisco, el Alpargate

 

Francisco Javier Gómez Izquierdo


      "Ya viene mayo, mayo / ya viene el rumbo / Ya viene la alegría / de todo el mundo..." cantaba Joaquín Díaz pensando más en los mozos de las Sierras castellanas que en las guapas cordobesas, quizás porque a Córdoba no la había tratado como merece o no tenía el espíritu ni educado ni inclinado a la alegría.

Córdoba es Mayo, alborozo, fiesta, jaleo de pintureros, bulla bien organizada, explosión de guapeza, alegría. Es decir, vida; vida que ignora a conciencia las tristes explicaciones de las abundantes gentes perniciosas; vida que sabe que no hay que perder el tiempo en amargas zarandajas; vida que hay que aprovechar porque nos quedan cuatro días; vida que fluye por las plazas y rincones de siempre para disfrute de los que saben verla. "Y además no es cara".
     

Tras homenajear al vino de Montilla y Moriles en una gran feria la semana pasada, toca este fin de semana disfrutar en las Cruces y a tal fín se aplican las Hermandades, montando un lugar de encuentro multitudinario en procura de peculio con el que costear los gastos propios de cada una. Hay Cruces muy bulliciosas, tal que la de El Bailío, las Doblas o Santa Marina, familiares como la de la Merced, de barrio como la de Cañero... pero todas alegran y despreocupan a los cordobeses y visitantes que son legión, durante cuatro buenos días que casi todos merecen.


       -La que hay que ver sin falta es la de San Francisco. Siempre es finalista y ha ganado varios años el concurso.


      -Si. Luego vienen los patios, la señal de identidad cordobesa, y luego la feria... y después la caló.


     "Ya viene mayo mayo /mocitas mozas / ya viene mayo mayo / para vosotras"

"Nuestro trabajo"


Mika Brzezinski

 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    Virginia Woolf explicó la caída de la tasa de natalidad entre las hijas de los hombres ilustres por su rechazo a facilitar carne de cañón para las guerras, ignorando, advierte Theodore Dalrymple, el hecho de que el descenso de la natalidad era continuo y afectaba a todas las clases.


    –Las hijas de hombres ilustres elaboran sus pensamientos precariamente –teorizaba Mrs. Woolf–. Ellas tienen ideas mientras preparan la comida, mientras menean la cuna
    

A esta pieza de autocompasión replicó la crítica literaria Queenie Dorothy Leavis, “que tampoco era admiradora de los hombres comunes”, preguntándose si Mrs. Woolf sabría qué parte de la cuna debe sujetar para moverla. Pero si Mrs. Woolf hubiese sobrevivido hasta nuestros días (Dalrymple escribe en 2002), habría tenido, al menos, la satisfacción de comprobar que su molde de pensamiento (“malvado, deshonesto, resentido, envidioso, esnob, ególatra, trivial, filisteo y, por último, brutal”) había triunfado entre las elites de Occidente.


    –Elon en realidad podría controlar lo que la gente piensa… ¡ése es nuestro trabajo! –soltó en antena Mika Brzezinski, de MSNBC, al comentar la adquisición de Twitter por el hombre más rico del mundo, Elon Musk, cuyo ideal (como el de Lenin, jeje) es la tierra electrificada.
    

Mika es hija de un ilustre, Zbigniew Brzezinski, consejero de Seguridad de Carter y doctrinario de lo que queda de imperio americano con “El gran tablero de ajedrez”, título que para Emmanuel Todd (“Después del imperio”) esconde un acto freudiano, un presentimiento de fracaso: “A quién se le ocurre jugar al ajedrez con los rusos, siendo éste su deporte nacional”.


    –Lamentablemente –observó el clásico–, la libertad de pensar y de hablar, que en Europa era casi real en los años 1925-32, no se encuentra entre las cosas restauradas en este período, después de una segunda guerra mundial.
    

Mika menea la cuna: controlar lo que piensa exactamente la gente debe ser cosa suya: de los Brzezinski. “Nuestro trabajo”. Los Ferreras.

[Viernes, 22 de Abril]

Viernes, 29 de Abril

 


Efecto Saltillo

jueves, 28 de abril de 2022

Felicidades a Tomás Martín de Vidales

 

En algún lugar de la guerra boomer...

Happy Birthday

"Totalmente legal"


 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    Los diálogos de carmelitas entre Geri y Rubi son, a juicio de Geri, una cosa “totalmente legal”, dictamen compartido por todos los políticos tocineros del país, que ponen el grito en la “procedencia ilegal” de las grabaciones.


    –Las constituciones escritas actuales son novelas utópicas –anota en el 51 el creador de la ciencia constitucional–. Comienzan con la frase: todos los alemanes son iguales ante la ley. Bello comienzo de una novela.
    

El “vivaz espíritu jurídico” que Albornoz atribuye a los españoles (por el roce con el invasor romano) permite a Geri determinar la “total legalidad” de su “vis a vis” con Rubi. ¿Totalmente legal? La ley, descubrió el joven Hegel, es un fragmento de la naturaleza humana: sólo alcanza fragmentos. Como las grabaciones a Rubi y Geri en conversación “totalmente legal”. Y si fuera “totalmente ilegal” ¿qué? Nada. El gobierno, con el bravísimo apoyo pepero, confinó ilegalmente a los españoles (no hay fechoría más gorda), y ahí siguen, como si nada (Nietzsche: “con poderosos hombros se sostiene la nómina contra la nada”), el gobierno, la oposición, los jueces, la constitución y los españoles. ¡Ah, el romanticismo de la ilegalidad de Lukács!
    

Rubi es nuestro Klaus Schwab, “The Calbo” del Gran Reinicio, y preside el fútbol español para defender “Nuestros Valores”.


    –Como lateral izquierdo en el Levante, escuché muchas cosas por la banda que me hacen ser sensible a las críticas, pero no me afectan para tomar decisiones “en base a” nuestros valores –justificó Rubi el despido del seleccionador Lopetegui por un contrato “totalmente legal”.
    

Y Geri es un Saza con más dinero. Si vivieran Berlanga y Azcona, sería el momento de colocarle a Netflix un “remake” de “La escopeta nacional” en Arabia, con Rubi ataviado de Lawrence. Pero los fans de Weimar pueden recrearse con las “Confesiones del aventurero Félix Krull”, de Thomas Mann, sobre la cultura del engaño en aquella República de ensueño. Después de todo, estamos aquí para defender valores.

[Jueves, 21 de Abril]

Jueves, 28 de Abril

 

 

Tarde de Saltillo

miércoles, 27 de abril de 2022

Fútbol imperfecto

Guardiola aplaude a Terry Venables

cuando el Barça jugaba " a la inglesa"



Miguel Ángel en 1974

 

Francisco Javier Gómez Izquierdo

        Hubo un tiempo, no sé si ahora también, que estaba de moda decir que un partido de fútbol perfecto tendría que acabar 0-0. En España lo decían los entrenadores "amarrategui": Clemente, Maguregui... y ponían como ejemplo la última final de Copa de Franco que convertiría a Miguel Ángel en portero milagrero. Me sorprendió, y por eso me acuerdo que luego lo dijera "el exquisito" Josep Guardiola que a la vez se lo había escuchado a su ídolo, que no era otro que Michel Platini, el 10 juventino que le negara el autógrafo cuando "el Pep" era recogepelotas y los chándals tenían bolsillos para meter papel y boli. "Es que había perdido en el Nou Camp" lo perdonaba con esa generosidad recaudatoria que tan bien sabe gastar el sin duda excelente entrenador. El 0-0 lo arreglaba Guardiola elogiando las imperfecciones esculpidas a golpe de tópicos: "el portero cantó", "el defensa erró en el marcaje", "el centro del campo hizo aguas"... Abrazaba fervientemente los fallos en el fútbol, pero siempre me he maliciado que en realidad lo que Guardiola quiere es que las taras las arrastren los demás.
       

Guardiola siempre ha entrenado a equipos poderosos y compone plantillas a base de millones para que jueguen como a él le gusta. Sus esquemas son estudiados por los entrenadores contrarios, unos con mas aplicación que otros, pero siempre cuenta con la ventaja de la calidad, casi siempre decisiva. El City es un equipazo que juega bien al fútbol porque tiene muy buenos peloteros pero le falta algo que tienen aunque estén en horas bajas e incluso pierdan eliminatorias cuatro o cinco clubes y que a Guardiola le gustaría adquirir en propiedad. Ese algo es una especie de Majestad, la "auctoritas" de los que mandan sin dictar órdenes y que no se puede robar o arrebatar a los que la poseen: Liverpool, Bayern, Real Madrid sobre todos e incluso la Juventus o el Milán, hoy aparcados en esa falta de liquidez que ataca a veces a la nobleza. Al PSG le pasa lo mismo. Tienen dinero pero hay poderes que no se pueden comprar porque no están a la venta. Son poderes que se han ido posando poco a poco, sin prisas, en escudos que todos reconocen. Semejantes poderes los suele hacer visibles el Real Madrid una temporada sí y otra también.
      

Ayer el partido madrugó con hechuras calamitosas para el madridismo. Hechuras que si hubieran sido favorables al equipo de Ancelotti se hubiera resuelto la eliminatoria en un pispás. ¡Pero no! Al City le faltó contundencia o le sobró suficiencia, ¡vaya usted a saber!, y Benzemá cuando más fiera era la tormenta demostró a su entrenador Ancelotti que el City tenía el día tan tonto en defensa como Alaba y Militao y que la capa de favorito no todos saben llevarla.
      

Tenía razón Guardiola cuando siendo jugador confesó que el fútbol es atractivo por sus imperfecciones.

España tocinera

 

Max y Moritz

Rubi y Geri

Sánchez y Feijóo


Ignacio Ruiz Quintano

Abc

Vivía en Madrid un teósofo del 98, Rafael Urbano, que creía en el demonio y por cuya casa, dice Ruano, corrían en libertad y casi desnudos unos niños pequeños:


    –Hacen lo que quieren... Nacen... se mueren... –presumía Urbano.


    Los seres destinados a perecer están, desde luego, de acuerdo con sus enemigos, y el españolejo se ha quedado nota con el debate económico de Rubi y Geri para “ayudar al desarrollo de la mujer en Arabia” llevando al desierto saudí a Raúl García (“¿qué c… hacemos aquí?”) a jugar la Supercopa de España.
    

Rubi y Geri son los Zipi y Zape de la España tocinera (Quevedo: “Yo te untaré mis obras con tocino / porque no me las muerdas, Gongorilla”), camino de la deuda y la inflación de Weimar.
   

 Los Zipi y Zape de Escobar vienen de los Max y Moritz de Busch (el poeta y mejor dibujante, no el democratizador de Iraq), es decir, de Weimar, como el Régimen “que con tanto trabajo nos dimos todos” y que tiene a su Rubi y a su Geri en Sánchez y en Feijóo, incapaces, entre los dos, de encontrar una oración en la Biblia (la falta de lecturas de estos personajes duele físicamente), pero que tienen la papeleta de decirles a los “boomers” que se han quedado sin pensión por culpa de Putin y de Vox, debate económico (“It’s the economy, stupid!”) a lo Rubi y Geri para “ayudar al desarrollo de la democracia”… en Ucrania, que es lo más lejos que se nos ocurre.
    

Sánchez y Feijóo encarnan la tendencia a feudalizar el Estado de Partidos (“utilización de los recursos públicos para crear situaciones particulares ventajosas a favor de clientelas cada vez más numerosas”), el hastío nacional en el “baccarat” turnado de la “socialpartidocracia”.
    

Un gran personaje nacional fantaseó con introducir en la partidocracia, como burla, una norma constitucional de algunas ciudades medievales por la cual la mayoría electoral legislaba y la minoría perdedora gobernaba.


    –Veríamos a los partidos pidiendo el voto para sus competidores, “más idóneos para legislar que para gobernar”
 

[Miércoles, 20 de Abril]

Tuitazo


 

Hughes

Abc

 Twitter no será importante, pero según el relato oficial, Trump ganó ahí las elecciones en 2016, por el extremismo en la red y los bots rusos. Eran tiempos en que los centristas ilustrados, que ahora te explican el ‘free speech’, veían pertinente que no dejaran entrar a Milo Yiannopoulos en la universidad.

Empezó la purga y de la ‘alt right’ no quedaba nada en 2020. ¿Qué se hizo de toda esa gente? ¿Dónde fueron? Según los liberales de aquí y allí, podían crear su propia red social. No era suficiente con la depuración y en víspera de elecciones le quitaron la cuenta a Trump y censuraron al ‘NYPost’ su información sobre Hunter Biden en Ucrania.

Las cosas pueden cambiar de muy pocas maneras: España da Rosauros, y en EE. UU. aun surge un Elon Musk con todo el dinero del mundo y una reaccionaria idea de equilibrio. Musk ha donado por igual a la causa republicana y la demócrata, pero ni el equilibrio ni el ‘free speech’ les parecen aceptables a quienes controlan universidad, periódicos y televisiones.

En lo que EE. UU. tiene de modelo podríamos pensar que en juego hay algo importante: considerar el discurso como un acto individual para la expresión del libre juicio o como una construcción social regulable, arma arrojadiza entre grupos e identidades en conflicto. Lo primero es un acto libre de comunicación; lo segundo, un acto fiscalizable de privilegio y odio.

Podría pensarse que algo tan serio está en juego, pero ni siquiera, simplemente aprovechan para sí la idea instalada de Marcuse: lo libertador es tolerar a la izquierda y ser intolerante con la derecha. Es decir, un manual de izquierda radical en manos de los propietarios. ¿Quién no aprovecharía, de poder, esta justificación para el abuso?

A las pocas horas de hacerse Musk con Twitter, la Casa Blanca mostraba su preocupación y Elizabeth WarrenPocahontas!) lo consideraba una «amenaza para la democracia» y pedía «reglas estrictas para las grandes tecnológicas». Quizás no sean necesarias, pues todo es susceptible de empeorar y con las ideas de Musk sobre edición y autenticación podría ser suficiente.

 

 

Miércoles, 27 de Abril

 


Nido de golondrina

martes, 26 de abril de 2022

Aguinaga

 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    Se ha ido Enrique de Aguinaga, 1923, caído a orillas de sus cien años.


    –Desde Estepona, donde me lamo las heridas del tiempo que se acaba, mi corazón te saluda.
    

Aguinaga tenía su casa, o jardín de invierno, en la madrileña Ciudad de los Periodistas, el único lugar donde se tomaban en serio las dos cosas menos serias que uno ha conocido, Madrid y el Periodismo, pero hacer honor a un periodista, dice Ruano, es honrarnos, “honrar nuestro fatal fracaso de mañana o pasado mañana”.


    –Ese préstamo de fama con réditos usurarios de olvido que es la Prensa.
    

A casa de Aguinaga iba uno a hablar de Periodismo (sabiduría del día: anécdota, frase, conversación). A comer “la comida del pensionista cocinada, con hierbas secretas, por mi cuidadora inca, Rosa Carranza”. Y a ver: el examen escrito de Cela en la Escuela de Periodismo; la galerada de un artículo de Franco con tachaduras de “la censura de Franco”; cartas autógrafas y dibujos originales de Gómez de la Serna; la “Oración para empezar el día” de Cela para su novia coruñesa en el 38; el libro que no se entregó a Franco en la “no inauguración” del edificio “Arriba"”…
    

Te decía que te leía y era verdad (no sé de otro caso) que lo hacía: “Te he echado de menos un par de días. Y esto me recuerda una frase de Sánchez Mazas (se la oí en la Redacción de ‘Arriba’) de ésas que gustas (llevaba un tiempo sin escribir): ‘Tengo a España a dieta de mi pluma’.”


    –Una precisión –me dijo un día–. Emilio Romero no lleva el periodismo a la Universidad, pluma de pavo real que se pone su gallo.
    

Y me envió un cartapacio de papelotes que probaban su opinión: como gran señor que era, creía que a los españoles del recuelo les importaba el “cavernicolismo” de la Prensa, el limbo jurídico de Madrid o las voces cotorronas de la Santa Transición.
    

Aguinaga era uno de esos hombres “por los que uno todavía intenta escribir decentemente los artículos”, y siempre lo veré ordenando el trasnoche de los amigos de Julio Camba en la Casa Ciriaco de la calle Mayor.

[Martes, 19 de Abril]

Martes, 26 de Abril

 


Su eterna estrofa de agua

lunes, 25 de abril de 2022

Casi todos del Betis


Peña Bética de Nueva York

 


 Borja Iglesias


Francisco Javier Gómez Izquierdo

         Tengo contado que he estado apuntado, entiéndase de abonado con coste anual, a tres equipos: Burgos, Córdoba y Osasuna. Asistí durante la mili a muchos partidos de la Real Sociedad con un carné que me facilitaba el páter de Loyola y el poco tiempo que viví en Castellón acudí de vez en cuando al viejo Castalia. Por todos esos equipos tengo inclinación pero hoy vivo como bígamo legalizado con mi Burgos y mi Córdoba al tiempo que guiño el airoso caminar de la Real. No me caen mal el resto de los clubes. Menos tres: los dos grandes y el Levante, por un triste suceso que muchos de ustedes ya conocen. Al Betis lo empecé a apreciar en la Copa que ganó al Athletic "a los penaltys", cuando Esnaola se hizo inmortal para el beticismo y los autobuses de aficionados bilbaínos sufrieron al pasar por la Nacional 1 en Gamonal tras la derrota una especie de horcas caudinas que reprochaban su irreductible fanfarronería. "¿Los de Bilbao? Son majos pero mu fanfas" se dice por Burgos... y por todos los sitios. Aquel día los béticos, con Esnaola al mando, entraron en los corazones burgaleses y se apoderaron del todo de ellos veinte años después, el año que bajamos, ¡bueno!, desaparecimos y ellos subieron a Primera en un viaje desde Sevilla que el Canal Plus lo convirtió en epopeya. En las casas de muchos béticos hay trozos de césped y de las redes de las porterías de El Plantío y entre los lugares de peregrinación de su particular santoral, el campo que a servidor habría de marcar para toda su vida está en su devocionario. "Allí subimos en el 94" me recuerda mi vecino Paco el del Corte Inglés al que felicito con alegría.
      

Cuando el Córdoba bajó a los infiernos estuve tentado de apuntarme al Cádiz o al Betis por ver el fútbol "de la élite", pero la peste y otros imponderables frenaron esos impulsos de drogadicto que atacan al aficionado refractario a cualquier tratamiento. Queda claro que el sábado "iba con el Betis" y apostaba por una faena histórica de Borja Iglesias al que le tengo una fe inquebrantable. Hace cinco años creí, y así lo puse en Salmonetes... que estábamos ante un fenómeno del gol. El delantero ideal para la selección. Vino a principio de Liga con el Zaragoza y nos ganó él solo. Dos golazos sensacionales, un penalty clamoroso que no le pitaron, una victoria incontestable de un tío que asombró a El Arcángel y tuvo acogotada a la defensa cordobesa. La trayectoria de Borja Iglesias no es la que servidor presumía, pero el testarazo de la final de Copa añade muchos puntos para convertirlo en canon de lo que el fútbol inglés -el país que inventó el asunto- entiende por ariete.
       

El beticismo sufrió porque es su signo de identidad, porque los postes iban con el Valencia y "¡No te digo ná cuando llegamos a los penaltys y ya no estaban los "más güenos". Ni Fekir, ni Canales, ni el Panda, ni Juanmi...". La victoria siempre es atractiva pero casi todas carecen de la gracia y el salero, mejor el ángel, con las que la visten la familia bética. Familia que la compone una infinidad de gentes a la que no queda más remedio que admirar y querer. Fue cosa digna de ver todo este fin de semana la felicidad que puede llegar a repartir el fútbol de "los otros" como dice Don Gerardo Piqué. Sin importarles el dinero. Incluso costándoles. "Eso" que tienen los béticos y los atléticos se puede llegar a imitar, pero es imposible engañar a la Naturaleza.

25 de abril. "Franco se opuso al envío de marines a Portugal"




MARIO SOARES
ex presidente de Portugal


¿Destacaría a algún héroe de la revolución?

La revolución fue realizada exclusivamente por los militares, que querían acabar con las guerras coloniales. Todos ellos son los verdaderos héroes de la revolución. Pero creo que entre ellos hay que destacar a Salgueiro Maia, el hombre que comandó la columna de blindados y llevó el tanque hasta los ministerios. No se puede olvidar que le debemos todo a los militares.

¿Cómo reaccionó España a esta revolución?

El general Franco reaccionó como un buen gallego. Cuando me había reunido en Londres con Fraga Iribarne, y hablamos de la situación del país, él ya me dijo que Franco, como buen gallego que era, nunca haría nada contra Portugal. Y así fue. Más tarde los americanos pidieron que dejaran entrar a los marines para atacar a los comunistas portugueses y Franco respondió que no, porque respetaba a Portugal como país independiente. Fue bonito. Y esto hoy se sabe por documentos norteamericanos que se han desclasificado y hoy son públicos.

ABC

Desafío ganadero: un vestido "faja de madre y oro" (Sánchez Vara) para recordar de feo y un Saltillo ("Rastrojero") para recordar de miedo. Márquez & Moore

 

Rastrojero

573 - 01/17

 

JOSÉ RAMÓN MÁRQUEZ

A Emiliano, in memoriam


El auténtico desafío se produjo el sábado, día de perros en Madrid, pensando que el domingo había que irse a Las Ventas a echar la tarde en la piedra. Ese sí que era un desafío para los que teníamos el boleto comprado desde hacía dos semanas, y me imagino que también para los que estaban pensando en si acaso acudir a los toros el domingo, aunque al final hubo que dar las gracias al cambio climático, que nos deparó una espléndida tarde de toros, tibia y sin viento. Sin embargo, para la Empresa que rige los destinos de la humorísticamente llamada “primera Plaza del mundo”, la razón social Plaza 1, se ve que la climatología les importaba tan poco como el aseo y policía de la humorísticamente llamada “primera Plaza del mundo” y lo mismo que no se ocupan de pintar las paredes, ni siquiera se molestaron en encargar a un propio que echase las lonas sobre la arena de miga del ruedo, que lo mismo ellos ya tenían puestos sus ojos golosos en la suspensión y no iban a andar fatigando al personal con encargos a destiempo.

La cosa es que antes del inicio del festejo el ruedo presentaba un aspecto muy fotogénico con unos círculos concéntricos muy bonitos arados en la arena, que evocaba la de la Playa de la Franca cuando se retira la marea, por el aspecto húmedo y esponjoso que presentaba. Luego, a lo largo del festejo ya se vio que el ruedo no estaba en las mejores condiciones posibles y cuando pasó el carricoche-tolva con el que pintan las rayas, el chisme más bien parecía que estaba haciendo el rally Paris-Dakar, ahí ya se pudo certificar que, efectivamente, aquel ruedo estaba al mismo nivel que el resto de la Plaza: hecho un asco.

Ya habremos dicho alguna vez que no somos por aquí muy partidarios de los llamados “desafíos ganaderos”, que lo que gusta de verdad es ver una corrida de seis toros del mismo ganadero, lo más pareja posible, seria y bien presentada y que cuesta encontrar la justificación a tener que ver tres de un ganadero y tres de otro. No sé cuál será la motivación de esos carteles de desafío en los que, en realidad, ni hay competencia, ni hay desafío, pero el hecho es que han ido tomando cierta fama esas propuestas y ya es hasta cierto punto habitual que se programen. En eso hay que felicitar a los de Sevilla porque, si no me falla la memoria, creo que allí no se ha dado ninguno, aunque la verdad es que sería gracioso un “desafío ganadero” de juampedros y parladés, como aquél que dice un choque de trenes en el Baratillo. La cosa es que para este último domingo de abril  se programó en Madrid el “desafío ganadero” con toros de Saltillo, antigüedad 14 de julio de 1845, y de Los Maños, antigüedad 24 de agosto de 2018. Para hacerse cargo de los seis galanes contrataron a Sánchez Vara, Luis Bolívar y Thomas Dufau, como quien dice Guadalajara, Cali y Mont-de-Marsan.


Los tres de Saltillo salieron muy en el tipo de esta ganadería, cárdenos claros, degollados, finos de cabos, con esas caras tan características, la mirada viva en sus ojos saltones y el “hocico de rata”. Algo justos de fuerzas, se lidiaron en primero, segundo y sexto lugar. El sexto fue expulsado a morir en las tinieblas de un corral y en su lugar salió otro del mismo hierro, muy bonito toro de más romana y presencia que los que le antecedieron. En cuanto a Los Maños, procedencia Santa Coloma, echaron dos de capa negra y otro al que en el programa denominaban cárdeno claro, que más parecía jabonero sucio, aunque ya sabemos que esa capa no es muy de este encaste, pero vaya usted a saber qué habrán hecho por ahí los unos y los otros desde que el señor conde se deshizo de su ganadería, a principios de los años 30. La cosa es que el ganado salió en lo que podríamos decir la línea ibarreña, con la característica poca talla que es marca de la casa y que tantos problemas ha venido dando a los productos de este encaste.


La principal expectativa respecto de los Saltillo era ver si la fortuna nos deparaba poder tener enfrente esta tarde a un continuador de la leyenda del inolvidable “Cazarrata”, uno de los toros más enrevesados que uno ha visto en sus años de afición, o a algo que se le pareciese. Ahí estaba el alcarreño Sánchez Vara, que es quien se tuvo que enfrentar cara a cara con aquella demoníaca aparición, para reforzar el interés del cartel, y con eso ya tendríamos fijado el verdadero aliciente de la tarde.

Sánchez Vara salió con un vestido al que la aficionada T. definió como “faja de madre y oro”, uno de los ternos más feos que se pueden ver en las Plazas, a despachar a Tiburoneto II, número 41, con sus habituales trazas que son más las de la pugna que las del arte ése de parar los relojes, que dicen por ahí. El problema de su tauromaquia es que para brillar precisa de un enemigo de categoría, de los que meten miedo al que está sentado mirando, y eso es lo que hace olvidar otras consideraciones que, cuando no se da esa circunstancia, provocan que no se estimen tanto las maneras del torero de Guadalajara, que con el toro que va y viene presenta unas maneras toscas y un toreo algo pueblerino. La verdad es que el hombre quiso agradar y hasta puso banderillas, anduvo con el toro un rato de porfía, lo mató echándose fuera y hubo buenas gentes que hasta aplaudieron. Antes el toro anduvo escarbando y doliéndose en varas y en banderillas. Con su segundo, Ciervo, número 22, de Los Maños, muy justo en su presentación incluso a la vista del encaste del que procede, presentó los mismos argumentos que con el primero sin lo de las banderillas. Algún derechazo más propio de las fiestas de Ledesma que del sacrosanto ruedo de las Ventas le fue jaleado generosamente por parte de la parroquia. Al toro lo mató sin apuros y sin arte y se retiró al callejón sabiendo que tiene un huequecito en el pétreo corazón de muchos de los aficionados más ogros.


Luis Bolívar se presentó en Madrid sin apoderado, luciendo unas sienes plateadas y vestido elegantemente de azul. A su primero, Sandiero I, número 43, de Saltillo, no fue capaz de recetarle la firmeza y el mando que el toro precisaba. Este toro había derribado el caballo que montaba Rubén Sánchez y ni el tercio de varas ni la lidia que le dieron fueron de ayuda para el trabajo que le esperaba a Bolívar. El toro ya declaró que su pitón izquierdo era una no-go-zone, de lo que Bolívar se enteró muy pronto, y las embestidas que ofreció por el derecho no fueron suficientes como para que el veterano diestro armase su argumentario, provocando el enfado de algunos. Su segundo, de Los Maños, Bonito, número 56, tenía menos gas que una gaseosa abierta hace un mes, un toro flojo y parado que sirvió para que el colombiano echase el rato sin pena ni gloria hasta que, consumado el tiempo, envió al tal Bonito al infierno al que van todos los pelmazos.


A Thomas Duffau le correspondió la cara y la cruz de la tarde. Primero salió la cara, el toro Matón, número 47, de Los Maños, el pseudo jabonero del que se habló antes, que es el toro más claro de toda la tarde al que recibió con verónicas de poca valía, cortando el viaje del toro antes de rematar el lance. El toro engañó a algunos en el caballo, con eso que hacen de ponerlos de largo sin ton ni son: el animal acudió sin alegría por tres veces, eso sí, pero iba a la jurisdicción del peto como el que va a la oficina un lunes. Comenzó por naturales su trasteo el francés, pronto y en la mano, citando de largo. El toro galopa y el matador le pega la tanda, poco temple y poco mando, y luego comienza otra hasta que el bicho le pega un serio aviso de que tonterías, las justas. Con la derecha no había opción, dado que ahí el toro se comía los muletazos de uno en uno, dejando en evidencia, entre pase y pase, los defectos de colocación del torero. La faena se deshace como un azucarillo, mata de aquella manera y cuando arrastran al toro hay quienes le aplauden. La cruz fue el sobrero de Saltillo, Rastrojero, número 44, que entre la penosísima lidia, el deprimente tercio de varas y el mitin en banderillas, llegó al tercio de muerte con varios máster de los de verdad, no de esos que dicen ciertos políticos que tienen en su poder. A la vista del carácter y las mañas que había desarrollado el Saltillo puede decirse que Duffau se vino abajo, que hay que ver el toro cómo era para valorar lo que hiciese el torero, fuese lo que fuese, aguantando la inquisidora mirada del animal y la firme promesa de la cornada en su actitud. Este era el toro que tenía que haber sorteado Sánchez Vara y el animal que le habría permitido explicar su lección, pero le cayó a Thomas Duffau que debió respirar aliviadísimo cuando vio doblar al Saltillo, que nos deparó las emociones más naturales de la tarde.



El Guernica de Rastrojero


ANDREW MOORE

 

Sánchez Vara

Faja de madre y oro

 


Tiburoneto II






 

Sandiero I

 



Bolívar: plateado, elegante y sin apoderado

 

Matón, el falso jabonero de Los Maños


Recibo de Dufau


Quite de Sánchez Vara...


...de "faja de madre y oro"


 



Memoria de Rastrojero

FIN

Guerra de almohadas


 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    El espectáculo futbolero en Europa está en la guerra de almohadas con que matan el rato los entrenadores top (Mourinho, el mejor, aparte): Ancelotti, Tuchel, Guardiola, Émery, Simeone, Nagelsmann, Klopp, Pochettino y, si nos apuran, Hag, que se pronuncia así, como echando vaho en un espejo. Mucha “prima donna”, a lo Montgomery, y poco Patton, el de “Dios me perdone, pero adoro la guerra”.


    –Si amas lo que haces, no te quedas calvo –resumió Mourinho a Guardiola.
    

El duelo Simeone-Guardiola ha puesto sobre el tapete la parte cómica de la profesión. Simeone, más que un estilo de fútbol, representa un movimiento de masas. Lo suyo sería un justicialismo pelotero definido por Evita a Pemán, de visita en la Casa Rosada: “Aforismos sociales con aire de epístolas pontificias”.

 

 
    –Mis queridos descamisados –decía Evita en las grandes ocasiones, como la de Simeone con el City–. Yo soy el pequeño gorrión de una bandada inmensa, a quien Perón, el cóndor que domina las alturas, enseñó a volar cerca del cielo.
    

Pemán preguntó por el peronismo a Perón, y Perón le hizo un dibujo: según él, los generales latinos vivían en el modelo alemán; para ejercer una capitanía militar doblada en dictadura política, Perón proponía la escuela de Alejandro Magno, que tuvo por maestro a Aristóteles, resultando así un general a lo griego, con la bastante filosofía para “poderle” a su pueblo… y a sus colegas.

 

 
    –¡Ladrón o no ladrón, queremos a Perón! –gritaban los descamisados en la segunda venida de Perón, y eso es “poderle” a su pueblo.


    El venezolano Carlos Rangel veía en el peronismo el coletazo agónico de la ilusión argentina de tener su propio destino manifiesto en el Hemisferio Occidental. Para sobreponerse a semejante fuerza, a Guardiola, un cómico de la legua, no le quedó más remedio que disfrazarse de Bilardo: Mozart sólo es otro Mortadelo de este negocio.
    

Fue Valdano quien llamó Mozart a Guardiola, pero lo hizo para poder llamar Salieri a Mourinho. La relación enfermiza de Salieri con Mozart fue una invención cinematográfica de Milos Forman en “Amadeus”, pero a Valdano le sirvió para adular al culé y señalar al madridista como personaje encabronado por la envidia. Salieri, por cierto, mantiene el récord liguero de puntos… y de goles, redondeado ante el Mejor Equipo de la Historia, que todavía no tenía a Pedri, pero que contaba con dos primeros violines, Messi e Iniesta, y una caja de ritmos, Xavi, que daban para un tiquitaca callejero con taburete y cabra. Sus “champions” nos dejaron nombres de árbitros, mientras que las del Madrid se cuentan por nombres de porteros hipnotizados por Benzemá con “kaa” de Karim, la “Kaa” del “Libro de la Selva”.

 

 
    El entrenador que uno se llevaría a casa por lo visto en esta Champions es Tuchel, pero una pizarra no da para neutralizar la magia de Vinicius. De la nueva escuela alemana, parece el más locoide, y eso lo hace más atractivo. Demasiado soberbio para ser tan joven, Nagelsmann, que venía de Pitagorín, ha sido humillado por Émery: fue a Villarreal “a sentenciar” y, en efecto, salió sentenciado. Xavi, que vivía de hacer claqué en la Superliga europea, está acabado: no se puede caer ante el Eintracht en casa, con Pedri en el césped, y un césped inmaculado. Le queda levantarle la Liga a Ancelotti, pero Xavi no es Benítez, y Ancelotti es… Ancelotti.
    

La gente me pregunta cómo he tratado con Berlusconi en el Milán, con Abrámovich en el Chelsea, con Florentino en el Real o con Nasser en el PSG. No puedo dirigir al presidente, sólo influir en él, y la única forma es ganar. Si él está contento, yo estoy contento, y si no lo está, me quedo sin empleo y no puedo proteger a los jugadores.
    

La relación protección-obediencia es la almendra del Estado hobbesiano, y sería interesante comentar con Ancelotti ese “Leviatán” de bolsillo que el entrenador italiano se ha ido agenciando a lo largo de los años y de los clubes.


    –Ancelotti te hace sentir bien, pero no se me ocurre ni un jugador al que haya mejorado en su carrera –ha dicho malamente el cotilla de Cassano, que ha tenido el buen tino de gafar a Xavi diciendo que el Madrid juega mal y gana de “culo” mientras que el Barcelona “es otra música” (al día siguiente llegó el funeral en el Nou Camp con música de Nueva Orleans tocada por el Eintracht).


    Y se nos ocurren tres jugadores que no son Pedri y que con Ancelotti han mejorado en su carrera: Pirlo, Drogba… y Vinicius.

 

 


UNA DE MIRADAS


    Dice Ancelotti que lo suyo ante los feísimos refunfuños de Kroos al ser sustituido ante el Chelsea se arregla mirándose a los ojos. Ancelotti, que presume de afición a la psicología, conocerá las teorías del psicoanalista Otto Fenichel sobre el ojo, que mira, imagina y devora. Para el freudismo, no mirar es “mutismo hostil”, pero mirar es “satisfacción sádica”, pues el ojo es el símbolo… del pene. “Menuda tontería”, pensará alguno. Sí, pero con esa tontería el periódico de las elites le montó un titular a Ortega Smith que en un pleno municipal no miró a una señora que lo increpaba: “El ‘Rambo’ de Vox que no miraba a los ojos a una mujer”. Y el feble ministro de la porra remató: “¡Cobarde!”