viernes, 8 de abril de 2022

Huevos de oro

 


Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    Los Biden, padre e hijo, iban a ser una bendición para el mundo, nos decían los “demimondaines” que a meñique alzado pintaban bigotitos a Donald Trump, y el mundo hoy es una peluquería en sábado de boda con una inflación en España de diez puntos que pone mechas al sanchismo.


    El sanchismo (“sudapollismo” para el vulgo) es una “charocracia” ministerial con Bolaños de cerebro y Tony Manero (¡el Antonio de Totó Draghi!) marcando paquete como el “Huevos de oro” de Bigas Luna. No hay más: estamos tan solos como los niños muertos del poema de Jean Paul.
    

La corrupción reposaba sobre el caos y lo roía.
    

La Santa Transición, nacida a imitación del Directorio de Barras (“la pobreza es una idiotez; la virtud, una torpeza; y todo principio, un simple expediente”), se ahoga en inflación, como el Directorio, cuyos jueces subsistían como peones de albañil (uno del Tribunal del Sena murió de hambre) y cuyas tropas vivían del pillaje.
    

Nuestros países, que se habían vuelto inmorales a causa del gran engaño de la inflación… –escribía Stefan Zweig–. Nada envenenó tanto al pueblo alemán, nada encendió tanto su odio y lo maduró tanto para el advenimiento de Hitler como la inflación.
    

Por la inflación (esto no es de Zweig) “avanza lívido, con la precisión de un sonámbulo, el cabo bohemio”. En el continente, los políticos democráticos de más éxito (esto lo vio Russell) son los que consiguen abolir la democracia y convertirse en dictadores.
    

No es el caso de Sánchez en España, donde hay poco que abolir. Como cómico barato, Sánchez, y su tropilla de truhanes, es uno de esos hombres-camaleones que un conde alemán describió así: “En una sociedad sana, parecen sanos. En una enferma, como la nuestra, parecen enfermos. Y en realidad no son ni una cosa ni la otra. Son mero relleno”.


    Ahí lo tienen, hoy, 1 de Abril, poniendo posturas de billar entre el “¡Rusia es culpable!” de Serrano Súñer y el “Spain is different!” (la excepcionalidad ibérica, señores) de Fraga (o de Bolín, que sabía más inglés).

[Viernes, 1 de Abril]