Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Un amigo me saca a colación la anécdota del perro “Paco”, cánido eximio y extravagante chinchonete, que, ya en Madrid, se pasó por el Congreso. “Y éste ¿por qué circunscripción está aquí?”, preguntó uno. “Por la de la tajada, como nosotros”, contestó otro.
El Congreso es donde se reúnen los ministros, que dan órdenes, y los diputados, que las reciben. “Unidad de poder y coordinación de funciones”, lo llamaba el general. El 78 impuso una idea cromática de la Separación de Poderes: skay azul para los ministros, y para los diputados, skay rojo. Ejecutivo y Legislativo en la misma cama. Y en una estantería, el cuarto poder, la prensa: el “gusano goebbelsiano”, que decía González en la cresta de su caudillaje, el felipismo, hoy sanchismo.
El sanchismo controla el BOE para hacer Historia, y el Diario de Sesiones para asegurarse la posteridad. El otro día uno de Vox llamó propagandista goebbelsiano a Sánchez, y Sánchez puso una corbata verde de vendedor de hipotecas a su cerebro, Bolaños, y lo mandó a la tribuna a tocar a rebato contra el fascismo y a ordenar la retirada de toda referencia “goebbelsiana” del Diario de Sesiones.
–Porque ustedes representan la España negra y nosotros la España de color –decía ese hombre de corbata verde (su forma de distinguirse de Buenafuente), como sacado del Sepu del ozorismo.
Ni España verde ni España negra: ahí todo el mundo representa únicamente a la persona que los incluyó en una lista. En palabras del ideólogo (¡alemán!) del Sistema: en el Estado de Partidos, “la voluntad general sólo nace por obra del principio de identidad, sin mezcla de elementos de representación”.
Sobre la entrada de los ministros en la Asamblea Legislativa, la opinión de Robespierre, tan caro a estos comediantes, en las constituyentes del 91: “Es imposible que aprobéis este artículo (que permite a los ministros asistir y hablar en la Asamblea) sin trastocar las bases de la libertad y de la Constitución”.
Libertad, Constitución y sanchismo. ¡Qué tontería!
[Sábado, 9 de Abril]
