Francisco Javier Gómez Izquierdo
Todo club de fútbol que se precie, estamos hablando entre modestos con rachas menesterosas, tiene sus particulares rarezas, su indefinible idiosincrasia y ¡cómo no! su fiel afición. El otro día los aficionados del Atlético permanecieron en las gradas animando a su equipo tras ser eliminado de la Champions. Es comportamiento que sorprende al común de las hinchadas que sólo sabe aplaudir en las victorias. Hace ahora dieciocho años, servidor vivió uno de los momentos más emocionantes que me ha dado el fútbol. El Valladolid ganaba 3-4 en El Arcángel en la penúltima jornada de Liga y nos condenaba al descenso. El cordobesismo estuvo no sé cuántos minutos en pie tras aquel partido aplaudiendo el esfuerzo de sus jugadores en un episodio que dejó impactado no sólo a Marcos Alonso el entrenador pucelano, sino a todo al mundo del balompié; no en vano, se pasearon los sobrecogedores momentos por los telediarios. El fútbol es emoción y aquello fue mucho más emocionante que el ascenso de ayer a falta de cuatro jornadas con diecisiete puntos sobre el segundo. Habla hoy el Diario de Resurrección del Córdoba, de modo inapropiado por mucho que empujen las fechas, pues que el equipo abandone la cuarta categoría del fútbol español era de obligado cumplimiento y aunque agradecemos el ritmo que se ha llevado, sólo se ha perdido un partido en Villanueva de la Serena y otro en los despachos ante un barrio del pueblo de Maspalomas al que en el campo se ganó por 0-3, entendemos que se ha hecho lo que se debe. Y por supuesto nos alegramos y aplaudimos. Ayer el personal acudió a las Tendillas y el capitán Javi Flores puso la bufanda blanquiverde al Gran Capitán, pero ¡qué quiere que les diga!, emocionó mucho más aquel descenso que este incontestable liderazgo desde la primera jornada.
Se asciende a una cosa que se llama 1ªRFEF, categoría que ha mejorado algo la 2ªB por reducirla a dos grupos en los que siempre pululan los irregulares filiales y donde penan equipos históricos a los que acompañará con renovados bríos el Córdoba la próxima temporada. La euforia pide una pronta vuelta a Segunda y uno cree que no es pretensión disparatada si se mantiene a los chicos jóvenes que juegan arriba: Fuentes, Casas, Simo, Luismi. No me explico qué hace Alex Bernal en esta categoría, los porteros tienen hambre y ¡de verdad! no creo necesarias demasiadas incorporaciones. No ha habido rivales. El Cacereño, segundo clasificado, recibió cinco goles en El Arcángel y ayer en el José Fouto, donde entrenaba Juanito cuando murió, cayó el Mérida 0-1, tercer clasificado a 22 puntos de distancia.
¡Mérida! ¡Como me gusta Mérida! "El mejor jugador que he tenido vino del Burgos. Se llamaba Juric y ponía firme a toda la plantilla cuando tenía apuros para pagar" me explicaba en extrañas circunstancias el presidente que da nombre al estadio emeritense. "Pero burgalés, burgalés usted tuvo en ese tiempo a Edu Velez que era de Gamonal y a Kresic de entrenador que era casi burgalés... y a Momparlet, un cañón que se llevó de Córdoba por la cara. Porque no valía para el sistema de un entrenador que prefiero no recordar" "A usted le gusta mucho el fútbol ¿eh?" recelaba el señor Fouto. "No me haga caso. Soy un drogadicto".