Salvadora
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
A diferencia de las naciones que pintan algo para los que mandan, la geoestrategia española no pasa por el gas ruso, sino por el servicio doméstico marroquí. Lo dice la delegada del gobierno en Ceuta (un destino como el de Pilato en Judea), de nombre Salvadora, para explicar el punto clave de la negociación de la frontera:
–En Ceuta las amas de casa estamos deseando que vuelva la muchacha.
Si Salvadora no fuera agnóstica pensaríamos que le urge la muchacha para el cuadro viviente de la Semana Santa en la ciudad, con sus dos criadas chismosas, las que en casa de Caifás dan pie a Pedro para la negación del Señor. Pero Salvadora es demócrata, que en España consiste en no ir a misa, y sus muchachas no están para hacerle teatro, sino para hacerle la casa, “que es muy duro llegar a casa después de trabajar y ponerse a limpiar”.
El único demócrata que ha dado España (el único que entendió la separación de poderes, cosa que no sucede hoy con ningún profesor ni periodista), Francisco de Miranda, al visitar los Estados Unidos, se las tuvo tiesas con sus anfitriones, personas muy principales, que no consentían que Miranda dejara a su criado fuera de la mesa. Los americanos no eran ingleses. (Boris Johnson cuenta que lord Halifax, de visita en Alemania en el 37, tuvo la ocurrencia de confundir a Hitler con un criado, y Goering le llamaba “Halalifax”: eran amigos, compartían la pasión de la caza del zorro y “halali” es un grito de cacería en alemán).
Santayana, que vivió en América y en Inglaterra, nunca tuvo criado, rasgo que “es herencia de la humilde condición de la familia de mi padre”. Tampoco le enseñaron a montar a caballo ni a cazar ni a bailar. Así que nunca fue acreedor a ese título que hoy te otorga cualquier guardia municipal dispuesto a tocarte la cartera: “¡Caballero! ¡Caballero!”
–Un caballero es un hombre que tiene criado. Y para ser caballero cumplido debe tener también caballo. Como Don Quijote.
En Ceuta no tendremos Otan, pero tenemos a Salvadora.
[Jueves, 7 de Abril]