jueves, 6 de abril de 2023

Barcelona, ​​0; Real Madrid, 4. Un control de Modric



Hughes

 

Habría gran simetría en que Ancelotti, gran asimétrico ciliar, se despidiera del Madrid ganando la Copa del Rey, el título con el que empezó su ciclo y todo lo demás. Después de tanto pasado y vivido, Ancelotti no va a hacer eso que tanto temen los entrenadores: 'traicionarse a sí mismo', así que en Barcelona, ​​a jugarse la temporada nacional, salió con... sí, con Kroos y Modric y todo lo demás.

Camavinga quedó en el lateral izquierdo donde estuvo mejor que bien. Una vez, años ha, el gran Tomás Roncero comparó a Portillo con el Torpedo Muller. Yo no iré tan lejos, solo diré que viendo a Camavinga he recordado a Maldini. Me explicaré. En la forma de encarar defensivamente, de cortar los avances con una especie de perfilamiento inclinado, diagonal, Camavinga me recuerda, altanero, al mejor Maldini.

El Madrid empezó un poco al ralentí (si estuviéramos en el lado feliz del oficialismo diríamos que sale siempre de la lenta hibernación de su grandeza). Durante media hora no hubo gran cosa aparente, pero sí detalles. Por ejemplo...

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