martes, 2 de enero de 2024

Paraísos navideños


-¡Eh, por aquí!
Necrológica de Mingote a Walt Disney


Ignacio Ruiz Quintano

Abc


Los dos paraísos navideños de nuestra infancia (o la de nuestros hijos), Disney y la Comisión Europea, se han pasado a la movida “woke”. ¿Por qué?


Porque el comunismo desaparecerá cuando los langostinos aprendan a silbar –respondería Jruschov, que llevaba más razón que un santo (que lo era, al lado de los que han venido luego).


Se supone que si los langostinos aprendieran a silbar, en llegando la Navidad se darían el queo entre ellos y correrían a esconderse de nuestra voracidad navideña y sindical, dejándonos sin Navidad, pues una Navidad sin Disney y sin langostinos no es Navidad, y también sin comunismo, pues una nomenclatura sin Comisión Europea y sin gambas no es nomenclatura.


Del wokismo de la Comisión Europea nos avisó el disidente Vladimir Bukovski desde Inglaterra, donde hizo el paralelismo Urss/Ue: “Yo ya viví en tu futuro: organizaciones creadas por coacción y gobernadas por una docena de personas no electas que se reúnen en secreto; un Parlamento que aprueba las decisiones del Politburó; el propósito de la Urss era liquidar las nacionalidades para crear una nueva identidad, y la corrupción creció de arriba abajo; los opositores son silenciados (gulag y ostracismo); no caben reformas. Única salida personal, la independencia: no aceptar lo que ellos planearon para ti, pues nunca te preguntaron si querías unirte”.


En la Urss la vieja del visillo era Willi Münzenberg, y en la Ue la vieja del visillo es un “pierrot” de Münzenberg, Thierry Breton, que quiere chaparnos el Twitter de Elon Musk porque censura poco o no censura, y ¿adónde vamos a llegar así?


Si uno pelea contra el virus mental del wokismo, el virus mental del wokismo contrataca –ha dicho Musk en Roma para explicar que Disney retire la publicidad de su plataforma–. Si le preguntas a una IA cuál es la compañía más woke del planeta te dirá: “Dinsey”. Y deberían preguntarse qué pensaría Walt Disney de lo que es hoy la compañía.


Bueno, Walt Disney tenía una máxima: “Cuando creamos fantasías, no podemos perder de vista la realidad”, y la realidad hoy está en ese comunismo para bobos con dinero que es el wokismo, un “virus mental”, lo llama Musk, que ataca a la meritocracia y a la libertad de expresión. De Disney se dijo que era español, pero el propio Disney, de visita a Dalí, lo desmintió en Port Lligat: “He nacido en Chicago. Se dijo que era español, levantino, por confusión con un artista apellidado Zamora, que trabajaba conmigo.”


Walter Elias Disney nació y murió en Diciembre, que es decir en Navidad. Ante la viñeta necrológica con que lo despidió Mingote, Juan Ignacio Luca de Tena, director de ABC, decidió crear el Premio Mingote de Dibujo y Fotografía.


A veces los anunciantes se enojan y se van, pero a la larga vuelven –concluyó Must, y eso iba por Disney… y por la Comisión Europea.


[Martes, 27 de Diciembre]