Francisco Javier Gómez Izquierdo
No sé si la sensación es general, pero servidor cree que el fútbol se está desnaturalizando a marchas forzadas, y quizás sólo en la Copa y en invierno, que es cuando se juegan los cuartos los equipos pobres, quede aún cierto perfume al fútbol de nuestra adolescencia. Como me eduqué entre clubes menesterosos la naturaleza me inclinó hacia ellos y ha sido sobre las localidades de El Plantío y El Arcángel donde se han fijado momentos inolvidables por emocionantes y casi siempre ante un equipo superior y con un partido de Copa de por medio. Viendo las caras de frío de Modric, Rudiger y Bellingham en el Montecillo de la Arandina que ahora se llama Juan Carlos Higuero, recordaba un partido contra el Zaragoza suspendido por la nieve y que la Federación obligó a jugar al día siguiente o se decidía con una moneda para que Vitaller (¡qué manera de parar!) se luciera bajo una nevada antirreglamentaria. Aquel Zaragoza ganó el título tras eliminar al Burgos en la prórroga, al Castilla en cuartos y en semifinales al Madrid. Servidor argumentaba que al Madrid no, pero al Castilla lo hubiéramos ganado en cuartos si no nos llega a frenar Vitaller en una de las mejores actuaciones de guardameta que haya visto, pero hubiéramos alcanzado las semifinales para hacer un poco de historia. Estaba el Burgos ese año 85 en 2ªB, que sería una categoría más alta que la del Barbastro y la Arandina en este 24. Para Real Madrid y Barcelona estos equipos sueltos que quedan en los dieciseisavos son además de incómodos por el entusiasmo de jugadores y público local, muy peligrosos por los terrenos sobre todo y por la fogosidad en ocasiones alocada de los más cojonudos del equipo rival. En Barbastro y Aranda fue día grande de Reyes y quizás a Melchor, Gaspar y Baltasar se lo pusieron fácil porque sólo les pidieron entradas para ver al Barça y el Madrid. El resto de la eliminatoria echó unos miles de euros a las arcas del Málaga, Lugo, Castellón... Me llamó la atención el Urritxe del Amorebieta, todo un campo de barrio mitificado con una lluvia frenadora y setentera de donde el Celta salió con soltura. La Copa también llevó felicidad, además de a Barbastro y Aranda a las gradas del Heliodoro Rodríguez de Tenerife, pero Las Palmas pecó de incomparecencia mientras los chicharreros pusieron el interés que requería el duelo fratricida.
En Burgos el personal está soliviantado con la llegada de unos propietarios argentinos que ¡a saber qué cuentas han hecho con los vendedores! No se fía Burgos, y servidor el primero, de un argentino que se dice solvente y que va a hacer del Burgos un "equipo puntero". Hace cuatro años los Casselli, argentinos también, dejaron al club en la ruina y de estos que llegan no se espera mejor cosa. Ayer mañana, los burgalese tiraban pesos y dólares falsos a la portería del fondo sur mientras se jugaba una eliminatoria de Copa ante el Mallorca que no fue tal, sino una manifestación para espantar los nubarrones que se ciernen a la vera del Arlanzón. Creo que va a tocar penar de nuevo con el Burgos. ¡Ojalá me equivoque!.. pero hay tipos a los que delata el ojinegraje.