Ignacio Ruiz Quintano
Abc
En Madrid, según las últimas estadísticas municipales (el 98 por ciento de todas las estadísticas es inventado), hay 25.563 niños muertos de hambre, y es misión del periodismo poner cara a los 3 niños del pico.
Con 25.563 niños muertos de hambre, cifra ofrecida por la alcaldesa Carmena en un desayuno del Ritz con pulguitas de jamón y rulitos de york, Madrid sería la capital, no de Dickens o de Dicenta, sino del Ganges, o sea, Benarés, un lugar muy extraño.
Los madrileños del 31 votaron en unas municipales y los perdedores, con Azaña y un Maura del bracete, montaron una República en la Puerta del Sol.
Los madrileños del 15 han votado en otras municipales y los perdedores, con una profanadora de templos y un humorista de la Shoá avalado por el sentido del humor del juez Pedraz, han montado en el Ayuntamiento la Gota de Leche de Carmena, que, en ese sentido, tiene, como Meg Ryan, cara de haberlo dado ya todo (“la carne es triste y he leído todas las estadísticas”, que dijo Mallarmé).
En el Ayuntamiento carmení sólo se habla de tetas (las de su portavoz en la iglesia) y desnutrición infantil (aplicación en Madrid del programa comunista para Caracas), y los plenos parecen una peluquería (sólo de señoras) en sábado de boda.
No hay oposición. “Mafalda” Villacís cree que Obama fue un niño como los 25.563 de Carmena y quiere ser Hillary, aunque le falta eso que los taurinos llaman “cabeza”. Y Aguirre, “la sexagenaria”, como le decía Jorgeja, o se solidariza con Carmena porque comparte el síndrome estival de las abuelas madrileñas, que es el miedo a quedarse en una gasolinera, o está haciendo oposición, no a Carmena, sino a Botella, a cuya concejala de servicios sociales (la que solucionó lo de los niños) ha echado de Madrid.
Pero, hombre, si hay gente en el mundo que no calza deportivas porque las considera producto de la explotación infantil, ¿quién va a venir ahora de turista a Madrid, que mata a 25.563 niños de hambre?
Julio, 2015