Francisco Javier Gómez Izquierdo
La "prohibición" lleva muchos años escrita en la última pared a la izquierda según se sale de Santa Eufemia, el último pueblo de los Pedroches y también de Córdoba, con dirección a Almadén. Nunca he visto un cartel pegado en esa larga tapia de tres cuerpos. A mí me parece que son letras abortivas que intimidan incluso en tiempo de las votaciones cuando se pegan carteles hasta en lo más sagrado. Son letras que parecen vigilar como perros fieros la mínima intención de los que empapelan paredes con anuncios de toros en Pozoblanco, del cante de la Pantoja en Almodóvar o la Gran Feria de Almadén. Al pasar con el coche siempre me digo "cualquiera se mete con el paisano". Un paisano del que no tengo la mínima referencia. O la paisana, que de ahí de los Pedroches salen unos ejemplares de aquí te espero en los dos sexos. En el cuerpo que no se ve en la fotografía que tomé el otro día está escrito también "prohibido fijar carteles" y siempre me pregunto al pasar por qué se escribió "aquí tampoco" y no "aquí también". Es cierto que "tampoco" es mucho mas rotundo y disuasorio que "también", pero servidor, en pose de tiquismiquis entiende, dicho sea con la boca chica, que el cartel no está escrito correctamente.
-Lo que usted quiera decir de entender o no entender, pero a los que va dirigido lo entienden a la primera. Está por que asome por el pueblo el primer atrevido -me dice una señora que me ve hacer la fotografía desde el coche en marcha.
Muchos años, muchos... imantándonos la vista el letrero y apartándola del magnífico y poderoso castillo que allá en lo alto vigila el pueblo y los Pedroches todos.
