El gol de Santana. Protestas de Willy Caballero y Antunes en el suelo y De Michelis y Sergio Sánchez de pie
Último junio. Málaga eufórica
Francisco Javier Gómez Izquierdo
Cuarta Jornada en Segunda y el Córdoba recibe a un Málaga compañero en desventuras en 1ª RFEF con el que ascendió tras agónicos sufrimientos. Mayores sobresaltos los del Málaga ante el Nástic de Tarragona que el Córdoba con el Barça B. Empate a cero en un encuentro de sufridores hermanados en la desdicha en el que se apreció mejoría en el Córdoba -servidor al menos- pues ha vuelto Isma Ruiz para ordenar el desbarajuste de los tres primeros partidos. Aún así sigo viendo escaseces ampliadas a ambos equipos. Las penurias económicas de Córdoba y Málaga no se corresponden con la salvaje atracción que ejercen sobre los aficionados de las capitales y pueblos de las dos provincias andaluzas. ¡¡26.000 abonados tiene el Málaga!! Más que en los años de Pellegrini de aquella inolvidable eliminatoria de Champions contra el Borussia de Dortmund que entrenaba Klopp y en el que goleaban Lewandosky y Reus; en tan glorioso día el gol fuera de juego y fuera de tiempo lo coló un central brasileño alopécico que creo que aún juega en su país, llamado Santana y al que oí decir hace unos años que su gol fue ilegal. Me decía ayer un "boquerón" que con VAR el Málaga hubiera pasado a semifinales contra el Madrid. Desde entonces, 2013, un continuo decaer hasta llegar al pozo de la 1ª RFEF del que le rescató el último junio un gol increíble de Antoñito, un juvenil del Puerto de Santamaría.
Málaga da jugadores. Muchos y buenos. Gracias a la cantera, el Málaga sobrevive en un tiempo en el que el club está bajo administración judicial y el secretario técnico y reconocido exdefensa central Lorenzo Juarros, burgalés de Mambrillas de Lara, pueblo al lado de Quintanilla de las Viñas, de donde es Miguel Ángel Portugal buscó algo de experiencia bajo las piedras hace dos años y encontró un portero no muy alto que hizo buenas campañas en el Burgos y luego en el Mirandés, Alfonso Herrero, convertido en héroe del ascenso. Loren convenció a unos pocos jugadores, vascos sobre todo, de incierta carrera y los rodeó de canteranos. Así espera mantenerse en la categoría. El entrenador Pellicer es hombre de la casa, un tanto particular, todo sea dicho. Con Alfonso en portería el lateral derecho no está claro si es para Puga, que se hizo aquí en Córdoba, o para el exrealista Gabilondo. Lateral izquierdo, Dani Sánchez, criado en Martiricos. Centrales, Einar (muchos años en el Alavés) y Nelson Montes, captado del Almería, experiencia buscada para 1ª RFEF y que sigue de titular; Manu Molina puede hacer de central y medio centro y acaba de titular allá donde vaya. Sangalli, el que tuvo algún problemilla con el corazón, también exrealista, obedece sin duda a la influencia de Loren. Luismi, el jugador que llevaba casco negro en el Valladolid y el Oviedo, ha fichado este año, nació en la sierra de Cádiz, y lo vi mandar desde el círculo central como el capataz que el equipo precisaba con su casco negro de protección característico. Aarón Ochoa -muy fino y estiloso-, Dani Lorenzo, Izan, Ramón... son centrocampistas de la casa, técnicos y prometedores que van a tener que asumir responsabilidades no tardando mucho. Se marchó a Portugal con próspero contrato el goleador Roberto y para suplirle ha venido el croata Roko Baturina que no acabó de cuajar en el Rácing de Santander, el exdonostiarra Lobete y Yanis Rahmani que en el Mirandés destacó como goleador hace años, lo que le propició varios contratos. Sigue el fajador Dioni, además de la incorporación del juvenil Antoñito, que siempre será el del gol en Tarragona. Lo vi en directo por televisión y aquéllo fue una explosión de felicidad de la que no escapó el locutor del Canal Sur. A mí me gusta un chaval, malagueño él, que juega por cualquiera de las dos bandas, flacucho, no muy alto, con flequillo de poeta y al que le sobra clase pero le faltan muchos kilos. David Larrubia se llama, y aquí en Córdoba no jugó. Se ve que Pellicer lo quiere proteger y lo guarda para los partidos de casa.
No tengo por qué disimular -lo que pongo es cosa de simple aficionado, ¡éso sí, veterano!- y mi sensación es que tanto Málaga como Córdoba van a seguir hermanados en el sufrimiento durante toda la temporada. ¡Ojalá me equivoque!
