lunes, 30 de junio de 2025

Tormentas sampedreras






. La rama del tilo dejó un herido grave ingresado en el HUBU.y varios leves
Y Rodrigo Díaz, con el pañuelo que le colocaron los del baloncesto 



Francisco Javier Gómez Izquierdo

 

   El día de San Juan, la Demanda nos recibió al atardecer con un tormentón de granizo de no te menees... y así procedimos. Quietos en casa mirando tras los cristales. Ayer, San Pedro, vinimos a Burgos y el pegajoso calor de mediodía lo tradujo un veterano de  Gamonal: "tormenta segura".


   Sobre las ocho de la tarde, dando un paseo, nos acercamos a la plaza de toros -"El Coliseo"- a esperar la salida de la doña y amigos aficionados. Cuando andábamos por la esquina del fondo norte con tribuna de El Plantío, frente a los pinos y tilos, de repente se manifestó el apocalíptico discurso de Castelar "Dios del Sinaí, el trueno le precede, el rayo le acompaña"... y un airazo traidor arrancó una gran rama del tilo central que cayó sobre un coche blanco y unos peñistas de los que no ven los toros y se sientan a beber y comer alrededor de la plaza.


   Refugiados en la visera del fondo norte de El Plantío, una multitud de la que formé parte a mi pesar, asistió a un ir y venir de ambulancias, guardias municipales, dos señores que salieron de la plaza, al parecer médicos aficionados, acompañados de la autoridad -el festejo se detuvo diez minutos, ante las novedades que recibía la presidencia. El Coliseo está techado, pues juega ahí el San Pablo de baloncesto-.


  Una hora de lluvia arrebatada que derribó árboles, anegó calles y trastornó los planes de mi cuadrilla.


   Los de los toros salieron casi a las diez. Los toreros con una oreja cada uno; la de más peso, conforme a los que entienden, la de Jarocho.

 

  La noche quedó fresquita. Tomamos un tentempié cerca del complejo de El Plantío y a casa a las doce y media.


  Mientras pongo estas letras, delante de casa en Gamonal, las carrozas de la cabalgata ocupan sus puestos en la calle Vitoria para salir hasta la plaza del Cid. 

El dinosaurio de Xabi


Angelo Stiller


Ignacio Ruiz Quintano

Abc


El genial escritor Tito Monterroso (Augusto Monterroso Bonilla, nacido en Tegucigalpa, Honduras) tenía la idea muy cierta de que el lector es propenso a escapar y a huir en la segunda frase, razón por la cual “hay que procurar que no se te escape.” Y su solución fue el relato corto, cuyo ejemplo supremo es el suyo sobre el dinosaurio:


Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.


Cuando Xabi Alonso despertó en Miami, Carlo Ancelotti todavía estaba allí. En la alineación (pelín infausta) del debut del Mundial de Clubes. En la no alineación de Güler. En los muslos pimpantes de Fran García. En el verso suelto (de los cien mil del “Mahabharata”, tenía que caernos éste) de Rodrygo. En el canterano cabezón de Gonzalo. En la agonía maratoniana de Bellinghan, nuevo Filípides, dicen, de la noche madrileña. Y, por supuesto, en el cine cómico de Lucas Vázquez, el Colibrí de Curtis, con su brazalete de capitán. A Ancelotti se le apagaron las luces de este equipo y Alonso lleva cuatro días a tientas en el cuarto de los contadores buscando la avería.


Menudo dinosaurio, la alineación de Miami, con Rodrygo, que después de la final de Copa se había borrado del equipo, en el campo y Güller en el banquillo. ¿Qué alineación era ésa? ¿Estábamos al principio de la temporada de Xabi o al final de la temporada de Carlo? Durante el año se cuchicheaba que Rodrygo jugaba por decreto, y jugaba en una posición que jodía el dibujo del Madrid como lo hiciera la mano tonta de Cecilia Giménez con el “Ecce Homo” de Borja. Ese 4-3-3 sólo funcionaría si Rodrygo fuera el Eto’o del Inter de Mourinho.


La primera alineación de Alonso nos dejó tan lacios como a la Rosario de Pemán su boda por lo civil con un chófer que era vocal del Sindicato de Metalúrgicos y Similares en Andalucía. “Al Juzgado de San Pedro”, dijo al cochero. Para él, “casarse por lo civil” era una cosa de hombres. “¿Son ustedes los que vienen a ‘eso’?” En el patio, algunas vecinas de la novia. “Adiós, Rosario… ¿Qué? ¿A casarte?” “Sí. ¿Y tú?” “Yo, a un juicio de faltas por haber vaciado por el balcón una palangana.” Al juez se le hacía corta la ceremonia y, para acabar decorosamente, quiso decir algo en latín. Revolvió sus recuerdos escolares, y al fin dijo intrépidamente: “Res nullius primi capientis sunt”. (“Las cosas no pertenecen a quien las toma primero”, latinajo que Alonso debería utilizar para animar a Güler). La novia se santiguó. El juez se marchó por una puertecita. La vecina de la palangana estaba en el patio. Ella iba absuelta y Rosario casada. Cuando la novia estuvo a solas con el novio en la berlina, consumió, sencilla y quedamente a su oído, el mejor turno de oposición que se ha consumido, ni en el Parlamento ni fuera de él, contra la tristeza oficial del laicismo:


Manué… ¿Y esto es tó?


Tenían que haber visto la cara de “¿Y esto es tó?” que se nos quedó a todos en el sofá al conocer la primera alineación de Xabi Alonso, dicen, por cierto, que chivada por algún topo a los revistosos del puchero (¡nuestra prensa de penique!), cuyos mugrillas, después del partido, la han tomado… ¡con Vinicius!, tabarrón que sube de tono para el nuevo curso, porque eso les da likes entre la merma, que es legión, likes que luego pueden canjear por perras.


Como espectador, no le reprocho a Alonso la imagen del equipo, que todavía no puede ser el suyo; le reprocho la alineación en un escaparate que es un Mundial de ciento cincuenta millones de dólares y se afrontó como un Trofeo Carranza en agosto. ¿Y los nuevos? La culpa de lo que han costado la tiene el chachachá, que es la inflación. Dean Huijsen: correcto en ataque y blandengue en defensa (tiene que ponerse más videos de El Fary y de Sergio Ramos, como hace Morante con Rafael el Gallo). Alexander-Arnold: invisible, camuflado en el centro del campo por órdenes de entrenador. Me faltó la napia/cartabón de Stiller, que era el que más ilusión me hacía; sólo Stiller, por su careto, sería capaz de obligar a Mbappé a presionar arriba. Fútbol, fútbol…, únicamente Güler y Vinicius. Con el resto de vacas sagradas, la mano vasca de Xabi Alonso tendrá que cocinarnos las mejores hamburguesas.


[Sábado, 21 de Junio] 

Lunes, 30 de Junio

 


Valle de Esteban

Saint-Exupéry


domingo, 29 de junio de 2025

San Pedro (y San Pablo) en Burgos

 




 
El Espolón
 

 
Roberto Martín, Jarocho, natural de Huerta del Rey, e hijo y nieto de Jarochos, que con Roca y Adame torea hoy en la tarde del Patrón
 


F.J.G.I.

Valls


Xavier Valls


Ignacio Ruiz Quintano

Abc Cultural


La muerte, que apenas sabe el nombre de quien se lleva, ha estilizado para siempre todas las líneas de un goloso de la fruta, Xavier Valls, pintor, no de la “naturaleza muerta”, sino de la “vida quieta”. ¡La vida! La vida, tiene dicho Ruano, no es más que un valor entendido, y cuando van fallando aquellos que nos servían para entenderla y compararla, nos entra el miedo enorme de la soledad y de tener un como idioma prebabélico, que no sirve ya para comunicar con los más jóvenes.


Es la víspera larga de la muerte de cada uno lo que vemos en la muerte de “cada otro”.


Valls podía ser el hombre más delicado –peces gordos hubo que por delicadeza perdieron su vida– que uno haya visto nunca. Hombre en su siglo y feliz con su siglo, el siglo que para él comenzó, psicológicamente, tras de la guerra del 14. Estaba fascinado por los “Senderos de gloria” de Kubrick, con su lluvia negra de muerte y supervivencia. Él mismo fue un superviviente, pero de otra guerra: la guerra contra la figuración de la abstracción, aquel mundo, disparatado y estridente, que, con la algazara de los “esnobs” de la tierra y el escándalo de todos los burgueses, constituyó, según Foxá, la primera conspiración contra el orden y la medida de Occidente, el primer saqueo de la Acrópolis, el primer asalto a mano armada del Renacimiento.


No mires lo que hacen los otros, no te pases a la moda, haz lo que sientas –le dijeron a Valls sus amigos Giacometti y Luis Fernández.


Y Valls, que para el público realista él no era realista, perseveró en el estilo –“yo soy muy estilista, desgraciadamente” (!)– figurativo cuando todos los amigos se pasaban a la abstracción porque los figurativos eran tratados como se trata a un “pompier”.


Lo importante –insistía él– es que los cuadros tengan duende.


No se puede madurar una manzana con un soplete. Pero Valls conseguía madurarlas con un ojo. (Cuenta Foxá que Bombita, de verde manzana y oro, no se atrevió una tarde veraniega, en la plaza de San Sebastián, a entrar a matar por segunda vez a su toro, porque vio rodar unas lágrimas en sus ojos enrojecidos por la ira.)


A Valls también le gustaba “robar”. El más grande, decía, es Velázquez, pero a Velázquez, ay, no puede uno robarle nada. Velázquez gustaba de ver sus temas en los espejos. Valls, como Lorca, gustaba de verlos en los ojos de los demás. “Por los ojos de la monja / galopan dos caballistas”. (En el caso de Valls, cambiemos a la monja por Bergamín, al que daba de cenar.) 

Domingo, 29 de Junio

 


Los Sampedros

Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia

 DOMINGO, 29 DE JUNIO


En aquel tiempo, cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: “¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?” Ellos le respondieron: “Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas”. Luego les preguntó:


-Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?


Simón Pedro tomó la palabra y le dijo: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”. Jesús le dijo entonces:


 -¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi Padre que está en los cielos! Y yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.


Mateo 16, 13-19

sábado, 28 de junio de 2025

Valle-Inclán



Ignacio Ruiz Quintano

Abc Cultural


La peonza de la Tierra tiene cuerda para sostener mil ochocientos millones de culturas, anotó un gran poeta, y hay que tener en cuenta que desde que el hombre se detuvo en su carrera aterrorizada por bosques y praderas, y plantó, valientemente, su primer campamento, hasta nuestros días, sólo han transcurrido veinte culturas.


¡Queremos una comisaría! –gritan los vecinos menos castizos de Lavapiés, el ombligo de Madrid, con ánimo de deporte y romería, que es como se iba a la Acrópolis para oír a Esquilo al amanecer.


Se lo gritan a la ministra Calvo y al alcalde Gallardón, que se han aparecido en el barrio para inaugurar el Teatro Valle-Inclán.


He aquí un ejemplo de lo que hacemos en beneficio del ciudadano –pregona la ministra, la que en Sevilla negara dinero a las ruinas de Itálica por ser cosa de romanos, y los romanos, “unos fascistas”.


¿Es éste el nuevo centro social? –inquieren los vecinos.


Queremos un centro presidido por la cultura –engatusa el alcalde, quien, en esa comunidad ilusoria llamada cultura por los progres, cree disponer de lo que los americanos denominan el “dark gift of the vampyre”, es decir, el don oscuro del vampiro.


Muertas de tanta cultura –protestan unas vecinas–... ¡Y sin centro de salud!


“Del arroyo, del manantial, bebe el pequeño conejo y el gran onagro, y cada uno sacia su sed”, nos dice San Agustín.


¿Teatro, en Madrid?


Dicen que Dionisos se emborrachó un día con el jugo de las viñas que verdeaban al pie del Himeto, y que las ninfas y los sátiros también se emborracharon, y que, juntos todos, en ronda, se extendieron por la ciudad, y que el teatro, ay, nació de esta borrachera.


En Grecia, eso sí, los fondos destinados al teatro eran tan sagrados que se penaba con pena de muerte a quien los distrajera para otros fines. Esto no lo saben los lavapiecezuelos que abuchean a Calvo y Gallardón. Y Calvo, la que sostiene que el dinero público no es de nadie, tampoco.


A Franco no le gustaba el teatro –sólo le tiraba el cine–, pero no se molestaba en ocultarlo. Tres veces se dejó llevar al Español por sus familiares–más, en cualquier caso, de lo que hoy va la afición a ver a Mario Gas–, que insistieron en presentarle a su director, Cayetano Luca de Tena: la primera vez, lo presentaron llamándole Juan Ignacio, y las otras dos, lo hicieron llamándole Joaquín Calvo-Sotelo.


Camino de la inauguración del Valle-Inclán, mientras el pueblo reclama una comisaría, Calvo y Gallardón se canjean impresiones de la importancia del octosílabo en el teatro español, pero esto sólo es otra impresión.

Sábado, 28 de Junio

 


Flor de lis

viernes, 27 de junio de 2025

Primera nocturna del verano. Mansa noche con novillos mansurrones. Pepe Campos

 Taurinos 

PEPE CAMPOS


Plaza de toros de Las Ventas, Madrid.
Domingo, 26 de junio de 2025. Primera novillada del ciclo veraniego nocturno Plaza 1 «Cénate Las Ventas». Novillos mansos y nobles de El Retamar. Un tercio de entrada. Noche veraniega de finales de junio.

Novillos de El Retamar, de sangre Núñez, todos mansos o mansurrones, bien presentados en general, aunque primero, segundo y tercero más discretos, mientras cuarto, quinto y sexto de mayor cuajo; el quinto, alto de agujas, el sexto, largo. Todos fueron nobles y curiosamente manifestaron mejor juego con el pitón izquierdo. Adolecieron de fuerzas y mostraron movilidad. Salieron sueltos de varas, algunos tras recibir sólo un picotazo.


Terna: Pérez Pinto, de Salamanca, de lila y oro, con cabos blancos; treinta y dos años de edad; dos festejos en 2024; silencio tras un aviso y silencio tras dos avisos. Tomás Bastos, de Vila Franca de Xira (Portugal), de rosa palo y oro, con cabos blancos; de dieciocho años; trece festejos en 2024; silencio tras un aviso y silencio tras dos avisos. Pedro Montaldo, de Orea (Guadalajara), de verde botella y azabache; veintiséis años; un festejo en 2024; silencio tras dos avisos y vuelta al ruedo por su cuenta tras un aviso. Pérez Pinto y Pedro Montaldo se presentaban en Madrid.

Suerte de varas. Picadores: Primer novillo —Rafael Pérez—, primera vara, con novillo puesto en suerte, colocación trasera, ante lo cual el animal no empuja y sale suelto; segunda vara, también en suerte el astado, detrás de la cruz y sale suelto. Segundo novillo —José María González—, primera, con novillo en suerte, vara caída tras rectificación y el novillo sale suelto; segunda, en suerte el astado, picotazo trasero y caído, sale suelto. Tercer novillo —Antonio Martín—, primera, en suerte el astado, trasera, con metisaca, el astado sale suelto; segunda, detrás de la cruz, el novillo no empuja, sale suelto tras el picotazo. Cuarto novillo —Agustín Sanz—, la primera, sin ponerlo en suerte, trasera, caída, suelto; la segunda, en suerte, detrás de la cruz, metisaca, suelto. Quinto novillo —Antonio Prieto—, primera, intento de ponerlo en suerte, detrás de la cruz tras rectificar, sale suelto; segunda, en suerte, el picador marra y al rectificar se le va la vara, el novillo sale de naja, tiene que entrar de nuevo, lanzazo trasero, suelto. Sexto novillo —Héctor Vicente—, primera, sin poner en suerte, trasera, suelto; segunda, sin poner en suerte, picotazo trasero, suelto.


Todos sabemos que los toros —ayer novillos— pueden ser bravos o mansos. Ayer noche, todos fueron mansos. La mansedumbre de los toros de lidia viene a ser el comportamiento contrario a la bravura, característica ésta última por la que se le conoce al toro de manera universal. El toro que es manso rehúye la pelea y se le puede calificar de mansurrón, de mansejón, de mansón o de mansueto, y en otra condición, de remolón, con sus derivaciones, pero, también, en casos extremos, de manso de carreta y entonces entraríamos en los comportamientos del toro mansuefacto, que acercaría su conducta a la de toro descastado o desrazado. Muy propia ésta de los tiempos que corren. Ahora bien, sin tener que extendernos en demasía en un juego de palabras que nos acerque a lo que sería el proceder del toro manso, podríamos denominar a los novillos de El Retamar del encierro de anoche, propiamente, de mansurrones, es decir, según El Cossío, de animales «poco bravos y dóciles y sin mala intención para la lidia». Y ahí el detalle, en su temperamento de «dóciles», pues les acercaría a la naturaleza de «nobles», como así fueron los novillos de ayer, si bien con toda la problemática del toro manso, porque no fueron benignos ni benévolos, aunque tampoco se les podría definir como indómitos, ni montaraces, ni broncos. En definitiva, mansos, mansurrones, nobles y renuentes, pero toros, porque mientras rehuían, también, peleaban.


Si nos detenemos a analizar lo realizado por los novilleros, tenemos que comenzar por mencionar que dos de ellos se presentaban en Las Ventas, Pérez Pinto y Pedro Montaldo. Los dos acudían con muy poco bagaje a favor, es decir, a pesar de su edad, han toreado muy poco antes de pisar la arena de la plaza de Madrid. Con esas cartas de presentación, es muy complicado el triunfo y el saber estar a la altura de novillos nobles, pero revoltosos, como ya hemos descrito. Así está el asunto de las novilladas y la plaza de Las Ventas viene a ser una plaza de oportunidades. Pérez Pinto recibió a su primer novillo con verónicas, que como tantas otras ejecutadas a lo largo del festejo —tanto por él como por sus compañeros— no dejaron especial huella. Desde el platillo recibió, en una especie de «litrazo», al astado. Un comienzo que lo diferenció del empleado por Miguel Báez y Espuny en que no fue a pies juntos, a pesar de llevar Pérez Pinto la muleta en la zurda y llamar al toro a distancia, en un inicial toreo al natural que le salió algo embarullado. Ensayó el toreo en redondo con el compás abierto. Estuvo mejor colocado al intentar el natural, uno de ellos, bueno; otro, frustrado. De vuelta a la derecha, se cruza, con la muleta retrasada y como resultado enganchones. La faena fue de los medios hacia las tablas. Terminada con dos ayudados, previos a una estocada en la suerte contraria, atravesada, baja y delantera. En el cuarto novillo de la noche, que iba por los dos pitones, inició la faena por bajo. Mejores los que dio por la izquierda. Con la diestra, en la segunda raya del ocho, se espatarra y el novillo le toca la muleta más de la cuenta. Torea por fuera, algo vulgar. Al natural, el astado se arranca de lejos y el novillero algo descolocado consigue dos aceptables y el de pecho. Vuelve a la derecha muy abierto de piernas, no le conduce, ahora le ahoga y termina todo muy deslucido al querer exprimir la faena al natural; se empeña en darlos de uno en uno, enganchados, para cerrar con uno de pecho. Le cuesta igualar al novillo, viene el primer aviso, tres pinchazos y una estocada en la suerte contraria atravesada, un segundo aviso, más cuatro descabellos. En definitiva, una trabajadera.


Tomás Bastos, hacía su segundo paseíllo en Las Ventas este año tras su debut en San Isidro. Esta temporada venía a Madrid a confirmar los buenos pareceres que había acumulado durante la campaña anterior entre la crítica y los aficionados, pero algo ha ocurrido en la carrera de este joven novillero que parece como que de pronto se ha parado y acumula dudas y vaivenes. Puso toda la voluntad posible para que las cosas le salieran bien, sin que lograra brillantez en casi ningún momento de su actuación. Recibió a sus novillos a porta gayola, intervino en quites, llevó con suavidad al caballo a su segundo novillo y quiso destacar en sus trasteos. Todo fue inútil. No le salió casi nada. Con su primer astado comenzó con la muleta toreando de rodillas, en la segunda raya, en el diez, dos cambiados por la espalda y ciertos enganchones. En los medios el toreo en redondo le salió impreciso, al natural también. No logró ahormar al morlaco, incluidos los cambios de mano. Finalizó con bernadinas, ligadas con un pase de pecho final —lo mejor de su trabajo—. Mató en la suerte contraria de una estocada caída. En el quinto novillo comenzó la faena de muleta con muletazos por alto y por bajo, alternando, con la pretensión de conseguir el temple que no apareció. En los medios se empeñó en el toreo en redondo y en el natural, sin conseguir meter al manso en la muleta, un mansurrón que se fue desentendiendo. El esfuerzo del novillero concluyó con un pinchazo hondo en la suerte contraria y dos avisos por la demora en doblar del novillo tras siete descabellos.


Pedro Montaldo, acaparó la atención de muchos aficionados que le vieron clase torera ante sus dos enemigos. El apunte de buen toreo surgió por la despaciosidad que imprimió a muchos de los pases que practicó, en una labor algo anárquica porque no consiguió cogerle el aire a su primer novillo, aquél con el que Iván García quiso imponerle temple y fijeza. Cierto que el novillo era muy manso para que hubiera compenetración entre Montaldo y Malacara. Cada uno fue por su lado en terrenos del nueve. Cuando Montaldo toreó al natural en línea recta y de manera acompasada logró cierta altura y se le apercibió esa categoría apuntada. Mató mal, primero con tres pinchazos. El novillo se le fuera a toriles; para matarle allí de una estocada atravesada en la suerte contraria y un descabello. En el sexto novillo, el más potable del festejo, dio dos medias verónicas en los primeros lances, de cierto apunte. Con la muleta comenzó por bajo, llevando bien al novillo. En la segunda raya, hacia los medios, de terrenos del ocho, planteó una faena que alcanzó despaciosidad en muchos muletazos y con abundancia de toreo de perfil. Cuando se quedó quieto, llevó al novillo, a veces, despegado, en ocasiones, sabiéndole correr la mano para que el muletazo fuera largo y reunido en su estructura. Mató en la suerte contraria, de pinchazo trasero caído y un bajonazo perdiendo la muleta. Se equivocó al dar la vuelta al ruedo porque no había alcanzado ese mérito.
 

Su nombre es “Katechon”



Ignacio Ruiz Quintano

Abc


Su única grandeza está en haber aceptado una misión única: resistir. “El que resiste, gana”, repetía Cela, y le dieron un Nobel. En pura teoría teo-schmittiana, Sánchez es el “Katechon”. Don Pedro Sánchez Pérez-Katechon. “Der Aufhaslter!” El Retenedor, que retiene el caos que empuja desde abajo, la cama redonda del Régimen. El que frena al Anticristo (“la Ultraderecha”). 


Y ahora sabéis lo que ahora lo retiene (el “katechon”), para que se manifieste a su debido tiempo. Porque el misterio de la iniquidad ya está en acción, pero sólo hasta que quien ahora lo retiene (el “katechon”) sea quitado.


Por la interpretación teo-schmittiana de la carta paulina a los tesalonicenses, nuestros liberalios, la creencia de que un freno frena el fin del Régimen proporciona el único puente entre una parálisis escatológica de todo esfuerzo humano y un poder histórico tan grande como el de la socialdemocracia de imposición germánica. “Hola, niño. ¿Cómo te llamas?”, preguntó Gonzalón en campaña electoral. “Héctor”, dijo el niño. “¡Héctor! ¡Nombre bíblico!”, exclamó Gonzalón, el hombre de Estado con más nacionalidades que la Constitución del 78. También nuestro “Katechón” hace sus pinitos en escatología:


Son las cinco y no he comido; creo que también es importante.


La escatología setentayochista de Sánchez no es la funambulia grecizante de Bolaños, un tipo que no sabría volver a su casa sin preguntar, pero al que han encargado sancionar como orden cualquier estado de cosas, que en eso consiste el Derecho en España, bien ajeno ya a aquella nación de “vivaz espíritu jurídico” (¡la influencia romana!) que viera don Claudio Sánchez-Albornoz. La escatología sanchista es de Régimen, como la de Posada Herrera, que en plena Restauración terminó así un discurso: “No sé por dónde ando al hablar; tengo cierta necesidad que tenemos todos los mortales que de generación en generación hemos acostumbrado a comer; no puedo entrar ya en más detalles, y, por consiguiente, me siento”.


La ley de la vida, según Darwin, es comer o ser comido. Nuestro Sánchez, el entrañable “Antonio” de Mario Draghi, llegó para acabar con la corrupción (“¿Cómo? ¡Preveyéndola! –ningún ministro de su gobierno sabe conjugar el verbo “prever”), y devorado por ella, parece resuelto a resistir. ¿Por qué? Steiner recuerda lo que el futurista polaco Aleksander Wat escribió en su “My Century”, y es que de repente pensó que podría soportar la prisión de Stalin en la Lubianka de Moscú cuando, una mañana de principios de la primavera, oyó en la distancia un fragmento de la “Pasión según san Mateo” de Bach, porque si algo da sentido a la vida es la belleza del arte. ¿Le negaremos al “Katechon” su momento stendhaliano con “Amahl y los Visitantes Nocturnos”, la ópera navideña arreglada por su hermano para la Diputación de Badajoz? Schmitt:


En cada siglo hay un portador concreto de esta fuerza “que aguanta” (“katechon”), y sólo hay que encontrarlo.


[Viernes, 20 de Junio] 

Hughes. Salzburgo, 0; Real Madrid, 3. La Mona Lisa de Madrid


@realmadrid


Hughes

Pura Golosina Deportiva


Vini se quitó las rastas. "Empezó lo serio". En el gol de Valverde, ayudó con un pase a lo Guti, un tacón a lo flotante, a lo desconocido.


Retransmitía DAZN, Guti comentaba y se vio su reacción al pase de Vinicius. Observa serio la jugada y justo cuando Vinicius deja la pelota, sin cambiar su rostro, ceteris paribus, se le dibuja una sonrisa. Casi eso que en inglés llaman smirk. Lo asombroso es que su reacción es anterior a la del propio comentarista, casi simultánea a la acción. Guti ve antes que los demás lo que va a hacer Vini, lo que está haciendo Vini, y en cuestión de décimas de segundo (sé con seguridad que es menos de un segundo) se le dibuja una sonrisa. Pasa de estar (a estar) antes de que Valverde chute.



El pase de Vini fue homenaje a Guti, que lo vio in situ, pero además lo vio antes, lo recreó, la volvió a adivinar y, lo mejor, reaccionó con una rapidez superdotada con forma de sonrisa, con el cambio del rictus. Su ánimo pasó de la gravedad a la felicidad. ¡Se hizo Mona Lisa adivinando el pase mientras se estaba dando, dándolo él de nuevo!


Esa sonrisa de suave felicidad cuando la idea llega la pudimos sentir con el equipo. Y se parece a la sonrisilla que se le ha hecho viral y meme a Xabi Alonso estos días . Se le levantó la comisura, ¡la idea tira del ánimo hacia arriba por ahí!


Porque en tres días, en tres partidos, su Madrid ya tiene "cara y ojos". Ya juega a algo. Efectivamente.


Vimos cosas. "Se vio cositas".


El esquema de tres centrales, con Arda Güler en el nacimiento del juego, con un Tchouameni hecho viga humana, que quiere ser medio y acaba de central, líbero del orden, qué bonito es que esa pieza y esa posición se llame libre en el fútbol; el esquema le dibuja a Valverde un pasadizo interno para su box to box y permite que Bellingham se desdibuje, nazca de una caja de medios, de una línea de interiores a la indefinición e inventiva sin forma definida del ataque... Por la derecha, puede hacer interesantes triángulos con Trent y Fede.


El esquema da base para que Valverde y Bellingham adopten todas sus formas, fluyan, hagan su fútbol transformador...


Se le vio al Madrid esa estructura, que es algo muy bonito. En sólo tres partidos la hemos visto, también hemos asistido al nacimiento de un futbolista en Gonzalo ya la confirmación del Güler "por dentro" y no sólo por dentro sino en "la base". Porque anoche dejó otra cosa: la fortaleza o inteligencia en los duelos, la capacidad para ganarlos. Esto va completnado, adensando al mediocampista.


(Dicho esto, sigo en mis trece, en mis 12+1: ¡hay que fichar a Stiller!)


Ancelotti, ¿por qué? ¿Cómo no lo vio usted?


No ver a Rodrygo, que Dios me perdone, me hace bien, hace bien al equipo. Hay que descansar de él, que de alguna manera, injusta, injusta seguro, encierra el caos ancelottístico, ese caos hecho costumbre (caostumbre) se hizo jugador en él, en Rodrygo, igual que los espíritus se quedan en las paredes o se hacen psicofonía, el ancelotismo tardío quedó atrapado en Rodrygo, que lo mejor que puede hacer es descansar, descansar de sí mismo, limpiarse los chakras. Quizás se venda, pero si no lo venden, lo mejor que puede pasar es que nos olvidemos todos un poco de él, también él mismo.


En el pase de Vini, muestra de gran inteligencia, apareció Guti, y Guti, de alguna manera, estaba en Guler cuando le mirábamos. Ahora, Xabi Alonso, puente generacional de inteligencias, va a hacer algo con todo eso. 


@realmadrid

Viernes, 27 de Junio

 


Valle de Esteban

Nido clásico

jueves, 26 de junio de 2025

Unamuno



Ignacio Ruiz Quintano

Abc Cultural


Anda el país tan justo de ocurrencias que, si el marqués de Cabriñana admitiera el garrote como arma de duelo, diríamos que ahí están otra vez las dos Españas, en duelo a garrotazos por un quítame allá otra pajarita/paradoja de Unamuno –“Venceréis, pero no convenceréis”–, ahora con motivo del desahucio gubernamental en el Archivo de Salamanca, cuyos papeles sólo saldrían de la ciudad por encima del cadáver del ministro Caldera.


Mon cher cadavre –llamaba la Dudevant a su pálido, triste y macilento madrigalista.


A la banda del progreso la sulfura que la derecha lance contra la izquierda una frase hecha lanzada por Unamuno contra Millán, el general que soñaba con parecerse a D’Annunzio. “¡Esa frase es nuestra!”, protestan los progres, que no han leído una sola sílaba de Unamuno. Pero la derecha, que no ha leído una sola sílaba de Barthes, intuye que esa frase es el “pensamiento escurridizo” que necesitaba para hacerse oír en los telediarios, y no la suelta. “Oh, el dilecto / predilecto / de esta España que se agita...”, suspiró un día Machado. Y pensaba en Unamuno, de quien en el extranjero nunca nos pidieron frases, sino siempre tacos.


A Ruano lo fastidiaban íntimamente casi todos los detalles de Unamuno: “Tomaba, por ejemplo, una taza de café. Pues bien, apartaba un terrón de azúcar, revolvía el resto, lo bebía a pequeños sorbos haciendo ruido... Luego, cuando la taza estaba vacía, echaba el terrón reservado y un poco de agua, revolvía aquella porquería y la apuraba de un trago. También resultaba fastidioso su sentido reverencial del dinero o, por otro nombre, roñosería.”


(Unamuno cuenta en una carta cómo siendo casi un niño, al volver de comulgar, abrió el Evangelio al azar y puso el dedo sobre un versículo. Le salió: “Id y predicad el Evangelio por todas las naciones.” ¿Debía hacerse sacerdote? Como tenía novia, decidió pasar de hoja. Y salió el versículo 27, del capítulo IX de San Juan: “Ya os lo he dicho y no habéis atendido. ¿Por qué lo queréis otra vez?” El recuerdo de estas palabras, que explican toda la papiroflexia unamuniana, lo siguió siempre.)


El joven Ruano había ido a Salamanca en un auto alquilado sólo por la atención de no publicar su libro sobre Unamuno sin el visto bueno del viejo Unamuno. El joven no se cansó en todo el día de pagar, y únicamente al final, cuando llamó al camarero para pagar por última vez dos cafés, el viejo pegó grandes voces:


¡No, no, no! ¡De ninguna manera! Paguemos cada uno el nuestro.

Jueves, 26 de Junio

 


Caracol y maorí

miércoles, 25 de junio de 2025

Lámparas


Dante


Ignacio Ruiz Quintano

Abc Cultural


La gran poesía, nos dice Steiner, está animada por ritos de reconocimiento: Dante reconoce el timbre de la voz de Brunetto Latini en el humo fantasmal como nosotros reconocemos la inteligencia de José-Miguel Ullán en la caligrafía de sus “Lámparas” –desde luego, maravillosas–, que es el título del libro editado por el Círculo de Bellas Artes.


La caligrafía del dibujo tiene algo más primitivo y libertino, menos domesticado que aquello que articula la escritura –explica el propio Ullán en su única nota a pie de página–. Sus límites son más ambiguos. Y la ambigüedad, tomada ésta como movimiento de doble percepción y no como un escape o componenda, sigue siendo un buen instrumento de resistencia.


De la filosofía ya tienen dicho los filósofos que no es más que una forma organizada de resistencia contra la reflexión en torno a la monstruosidad del ser.


¡Ahí es nada: la monstruosidad del ser!


En el “Paraíso” –volvemos a Steiner–, Dante habla de una flecha que llega al blanco antes de que la música del arco haya cesado: “El ‘vibrato’ persiste dentro de nosotros después del sonido. Quizá esa duración sea lo máximo que podamos acercarnos a la insinuación especulativa de que hay valores y energías en la persona humana –y ‘per-sonare’ significa un ‘sonar’, un ‘decir a través’– que trascienden la muerte.”


Lo que Steiner quiere decir es que la poesía, el arte y la música nos ponen en contacto muy directo con aquello que no es nuestro en el ser.


Las preguntas “¿qué es la poesía, la música, el arte?”, “¿cómo pueden no ser?” o “¿cómo actúan sobre nosotros y cómo interpretamos su acción?” son, en última instancia, preguntas teológicas.


Mas en las intuiciones especulativas de lo estético, aclara, los movimientos del espíritu no son los de una flecha, sino los de la espiral, ascendente y retrógrada al mismo tiempo, como la escalera de la biblioteca de Montaigne.


De la escalera de la biblioteca de Ullán han salido estas “Lámparas” que se fueron iluminando mientras el poeta trataba de escribir el prólogo a la antología de María Zambrano, “Esencia y hermosura”...


–...a lo largo de más de diez años, al compás que le es propio a un ciclotímico crónico.


(Como restos de tantas batallas de la luz contra la oscuridad, los filamentos de estas “Lámparas” serán expuestos, a modo de anticipo de los incendios de San Juan, en la Fundación César Manrique a partir del 17, en Lanzarote.)

Miércoles, 25 de Junio

 


Pederniz

martes, 24 de junio de 2025

El periodismo fractal


The Funding Fathers

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


En tiempo de desolación, no hacer mudanza. No ha de ser, pues, mucha la desolación del gobierno cuando, en plena borrasca sanchista, el diario gubernamental resolvió cambiar de director, que se estrenó con una frase para la Historia:


Vivimos en un universo fractal.


En mi primer día de becario en ABC, verano del 79, me crucé en un pasillo de Serrano con uno de aquellos locos egregios que todavía sobrevivían en el oficio que era editorialista y que iba diciéndose, solo, a grandes voces: “¡El problema de este periódico es la entropía!”


A fecha de hoy, no sabría decir uno qué es “entropía” ni qué es “fractal”, y la experiencia me indica que el periodismo viene a ser algo más modesto que lo que ese par de dicharachos sugieren.


El director del diario gubernamental confiesa carecer de vocación periodística, y si se hizo periodista fue por la imagen de su padre (“socialdemócrata y republicano”) volviendo del quiosco con su periódico bajo el brazo, “gesto que suponía declararse demócrata”. Era un avance de la Monarquía del 78, si lo medimos con lo que supuso en la República del 31 llevar bajo el brazo el ABC, que le costó el “paseo” a don Pedro Muñoz Seca. Méritos del Consenso, tótem de toda oligarquía.


El 78 es el Régimen donde para ser demócrata basta con pasearse con el diario gubernamental bajo el brazo, fundado por Fraga en el 76 (más un librero franquista y el chico de “Cazapájaros”), año del referéndum sobre la reforma política y la traición de los partidos al pacto de ruptura democrática.


Mejor colmar de atenciones al ministro del Interior en Francia que al tendero de la esquina en una democracia como la de América –dijo Stendhal en “Lucien Leuwen”.


Encarcelado por Fraga, el creador de la Junta Democrática recibe en Carabanchel los primeros números de “El País”: una mezcla, anota, de antiguo liberalismo político y moderno resentimiento social, donde el fracaso de las viejas ambiciones pretendía asegurar el triunfo de las nuevas. “Se adhería a la demagogia de la igualdad para hurtar el principio de la libertad. Se abrazaba a los ideales de la democracia material para eludir la llegada a la democracia formal. Y se declaraba progresista, dando luces de izquierdas a una línea editorial que aún apoyaba al espíritu del 12 de Febrero de Arias”.


El equilibrio político del Estado de partidos se tradujo en la sociedad civil, con la hegemonía cultural del periódico que había fundido, en el mágico crisol del progreso verbalista, a lo más rancio del conservadurismo liberal y de la Falange, a los herederos de Ortega y a los hombres de Fraga y del diario “Pueblo”, a intelectuales arrepentidos del comunismo y del fascismo.


Aquellos trampantojos (turbia mezcolanza de política y cultura) crearon el mito de que la democracia, no sé si “entrópica” o “fractal”, la trajo el periodismo, aunque, si vamos a ser modestos, a la democracia representativa nadie en España le ha visto jamás el pelo.


[Martes, 17 de Junio] 

Martes, 24 de Junio

 


Valle de Esteban

Pelos



lunes, 23 de junio de 2025

Rocanrol. Fin de semana en el "Wellin"

 








Viernes, 20 de Junio
Shoreham-by-Sea, UK 
Rocanrol. Get The Water. Live At The Duke Of Wellington



Primera Corrida de Verano. Toros mansos de Valdefresno para cumplir con la exigua programación estival de La Ventas. Pepe Campos


Bonifacio

PEPE CAMPOS



Plaza de toros de Las Ventas, Madrid.


Domingo, 22 de junio de 2025. Primera corrida de toros de la temporada veraniega de 2025. Encierro muy manso de Valdefresno. Rozando el tercio de entrada. Tarde calurosa habitual del verano madrileño.


Toros de Valdefresno (encaste Atanasio Fernández y Lisardo Sánchez), desigualmente presentados, bajando en la presentación 2º y 3º, más terciados, cinqueños (1º, 2º, 3º y 4º), serios, abiertos de cuerna. Mansos. Flojos. Calamocheadores, es decir, descompuestos y desarbolados. En el tercio final, se repusieron a la anarquía de la suerte de varas. Dieron juego, 3º, 4º y 5º. Buena primera vara de Agustín Collado al quinto, un toro que empujó y se enceló en el caballo, la segunda vara la tomó en la querencia del cuatro lo cual impidió ver la verdadera entrega del toro. Todos fueron silenciados en el arrastre.


Terna: Luis David Adame, de Aguascalientes (México), de grana y oro; con cabos blancos, ocho años de alternativa; ocho festejos en 2024; silencio y saludos tras un aviso. José Fernando Molina, de Albacete, de verde y oro, con cabos blancos; dos años de alternativa; catorce festejos en 2024; silencio tras un aviso, y silencio tras dos avisos. Christian Parejo, de Chiclana de la Frontera (Cádiz), de azul cielo y oro, con cabos negros; un año de alternativa; saludos y silencio; diez festejos en 2024. Luis David Adame fue cogido por el primer toro al entrar a matar, recibiendo «un puntazo corrido en cara anterior de hemitórax derecho» de pronóstico reservado. Tras ser llevado a la enfermería, pudo matar al cuarto de la tarde. José Fernando Molina fue cogido en la suerte de matar en su primer toro durante la faena de muleta, con cornada «de diez centímetros» en la ingle que alcanzó al pene, y un puntazo corrido en el muslo derecho; fue operado con anestesia local y continuó la lidia; pronóstico reservado.


Si se abriera un debate sobre el amor a la fiesta de los toros, en torno a cómo y a cuánto más lo sienten, si los empresarios o los aficionados, creemos que la respuesta sería de muy fácil acierto para cualquier persona con una mínima experiencia en el territorio de la tauromaquia. El empresariado se mueve entre dos títulos cinematográficos, «Todo por la pasta» o «Toma el dinero y corre», y no sabríamos decir a cuál de los dos títulos, en su significado más literal, serían más fieles, tal vez a los dos al mismo tiempo o de manera consecutiva. El aficionado, en cambio, vive dentro del espacio que le deja la acepción de «La gran ilusión», porque acude a los festejos esperando lo mejor y siempre se queda con algo positivo de lo que ha visto, y su tarea en la vida es volver y volver, aunque ello le complique la vida en todas sus variantes, y sabiendo que se le va a engañar. El empresario es un entendido en aquello de saber dónde está la realidad de la economía y en no engañarse a sí mismo, porque conoce lo que es la astucia, y los entresijos del toreo, que puede que no consista en otra cosa que en saber utilizar los engaños. Por lo tanto, el empresario torea y el aficionado es toreado. No hay otra. Una eterna cuestión.


Hemos vivido un San Isidro con quince tardes de «no hay billetes» en los festejos mayores, y rozando el lleno en los restantes, de un total de veintiocho eventos (con dos novilladas). Pues bien, la manera de devolver lo ganado a la afición taurina madrileña por parte de los empresarios de la plaza, parece que es la de eludir la responsabilidad de saber programar (y hacerlo) las tradicionales corridas de toros de verano, la mejor versión para fomentar la fiesta a los toros —ahora que tanto joven se ha enganchado a acudir a la plaza—, sin tener que acudir como divulgación a ningún tipo de subvención ni ayuda de ninguna institución pública o privada para el fomento de los toros. Pues, de darse una buen sucesión de corridas de toros durante el verano en Las Ventas, en domingo, pongamos a las ocho de la tarde, para eludir algo el calor, se consigue un mantenimiento del hecho taurino, y que los jóvenes y aficionados curtidos, puedan ver y descubrir a los toreros que no tienen la oportunidad de ser contratados en San Isidro, ni en las Ferias que tienen lugar en distintos puntos de España. En Madrid —en Las Ventas— de siempre se han dado interesantísimas corridas durante los meses de junio, julio y agosto.


De ahí, han salido toreros tan importantes como José Luis Palomar o Paco Ojeda. O se ha podido ver y disfrutar a otros de enorme sabor artístico y técnico, como El Inclusero, Sánchez Puerto, Frascuelo o Pepín Jiménez. A valerosos matadores de toros, de la altura de El Calatraveño o Raúl Sánchez. Últimamente se ha visto surgir de ese verano de Madrid —incluso cuando ha comenzado a menguar el número de corridas de toros en los veranos— a Juan Ortega y a Borja Jiménez. Aquí tendríamos el ejemplo de la verdadera manera de defender la fiesta. Los empresarios deberían estar implicados y la Comunidad de Madrid tendría que exigirlo. Para el momento actual se nos puede ocurrir dar nombres de matadores de toros que podrían hacer el paseíllo en las tardes del verano de Madrid con total garantías de una posible proyección, y que, además, han dejado huella en este San Isidro y que permanecen en el dique seco: Fortes, Clemente, Víctor Hernández, Isaac Fonseca, Román, Diego San Román, Juan de Castilla, Gómez del Pilar, Samuel Navalón, etc. Más otros toreros que también merecen ser vistos. El listado puede ser amplio. Por otra parte, sería el momento ideal de que se contratasen toros de ganaderías que no tienen la oportunidad de ser lidiados en las ferias del circuito nacional por las conocidas circunstancias de no estar dentro del gusto de lo que denominaríamos «las figuras del toreo».


Como respuesta a todo lo anteriormente comentado, los empresarios actuales de la Plaza de Toros de Las Ventas, con todo el dinero que han embolsado en San Isidro 2025, sólo se les ha ocurrido programar una corrida de toros para este verano, por ahora; se entiende que al menos para el 15 de agosto, algo propondrán, aunque seguramente ellos no quisieran, pues ésta es la impresión que se desprende de sus movimientos en las últimas temporadas. Se escudarán en que hace calor, cuando de toda la vida el calor ha existido, o en que se veranea más que nunca, cuando siempre han existido las vacaciones. Etc. Bien, pues ayer la corrida contratada fue la de la una ganadería que no es del gusto de la afición de Madrid, Valdefresno, por el pobre juego que suelen plantear en sus lidias año tras año. El motivo de esta contratación se nos escapa. Y para la terna, Plaza 1 pensó en matadores que merecen su ocasión, si bien, tal vez, cada uno de ellos en distinto cartel con otros compañeros. No decimos más.

 

Entrando en el festejo, tenemos que comentar que Luis David Adame, ante su primer toro, un Valdefresno tópico y típico, manso, distraído, calamocheador, flojo y noble, realizó lo mejor al comienzo y al final de la faena con pases por bajo de cierto sabor taurómaco. En la parte mollar, le vimos desangelado, poco templado y sin demasiado acierto a la hora de conducir las embestidas desinteresadas de su oponente. Al entrar a matar fue cogido, sin consecuencias, aunque fue llevado a la enfermería en brazos de su cuadrilla. Salió a matar al cuarto de la tarde, un toro con cierto celo y motor en la muleta, ante el que no supo o no pudo llegar a entenderse. Una oportunidad perdida.


José Fernando Molina, ante el segundo de la tarde, un toro muy protestado por la afición por su flojedad, su labor la comenzó por bajo de manera improcedente, se empeñó en torearlo de manera dilatada, sabiéndose censurado por el respetable en la parte de extensión no pertinente de la faena. Al final de la misma tiró el estoque simulado para torear en redondo, en actitud reprochable, pues es matador de toros. Tanto en este toro como en el quinto, de mejor condición, por ser un toro próximo a la bravura, Molina mostró el don que tiene, un don al que debería agarrarse, el del temple; si bien, pareció más próxima su querencia taurómaca a un planteamiento de esconder la pierna de salida, de torear con cierto desaliño y tendencia popular. Cierto que toreó mermado y eso tiene su valía y su aquél, pero también la merma le llegó al vestido que lució, sin el ritual que merece la condición de torero o toreador, que debería cuidarse. Parece que en el avío de los toreros siempre aparece un pantalón vaquero, pues bien, igual podría sustituirse por una segunda taleguilla —usada, digamos—. Dejamos aparte ese desprendimiento impulsivo por muchos matadores de la chaquetilla de torear, en cuanto sufren un revolcón. A su segundo enemigo le toreó con ese temple apuntado y una inclinación a lo poco apretado que conlleva lo numeroso. Al matar a su primero fue volteado y corneado; al quinto lo mató tras varios pinchazos seguidos.


Christian Parejo, tuvo un primer toro que salió vivo de la suerte de varas, con una embestida de cierta emotividad; de condición muy mansa, le hizo recorrer al matador diversos terrenos hasta situarse donde el morlaco estuvo más a gusto, el seis, es decir, en territorio manso. Fue un toro propio de Atanasio que de ser toreado no dejándole ver otra cosa que muleta, en ese terreno de su querencia, hubiera dado una posibilidad de triunfo a su matador, que no lo paró en el espacio preciso, principalmente por comenzar la faena con estatuarios cuando el toro demandaba recogimiento. Ante el sexto, su entendimiento con el manso no llegó a cotas mayores.