domingo, 22 de junio de 2025

Amargo despertar del Mirandés


Real Oviedo. Grupo Pachuca. Fútbol y Negocios


El señor Sesma, en el barullo final



Francisco Javier Gómez Izquierdo


Cuando al cuarto de hora de partido, Panichelli ponía el 0-1 en el Carlos Tartiere tras testarazo a la escuadra bajera derecha del portero del Oviedo, servidor se acordó de lo que ha leído sobre el Maracanazo de 1950 ¡¡¡75 años ya!!! Panichelli podría pasar por Ghiggia, pero ¿quién hace de Obdulio Varela? ¿Y Aarón Escandell consentiría en ser por un segundo Moacir Barbosa? No. Los Obdulio Varela maquinaban en el Oviedo y Aarón Escandell estaba juramentado para acabar la temporada como el mejor portero de la Liga. La famosa frase "los de afuera son de palo" no procedía, porque el graderío del estadio se presentaba monocolor, reventón de un azul que ni es celeste ni marino; un azul ovetense con el que se habían ataviado 30.000 aficionados carbayones -el censo de Miranda tiene registrados 35.000 habitantes- dando por bueno el dulzor de su sobrenombre.


Sí. El aspecto del estadio impresionaba, el canto de los aficionados acojonaba y el tifo del fondo Norte, con el careto de un tipo con visera, puro y corbata transmitía más que respeto, pero el partido lo encarriló el Mirandés con un magnífico centro de Iker Benito, reciclado a lateral zurdo que Panichelli colocó en la red. Los locutores, sin habilidad para disimular sus inclinaciones, buscaban un fuera de juego de Reina que quiso rematar lo que ya estaba rematado y dentro de la portería. Los locutores... ¡y el árbitro! Miguel Sesma es riojano. Me parece de lo mejor, si no el mejor de la Segunda. Es consentidor con el juego "viril", con perdón, y no parece gustarle ni los pamplinosos ni las quejicas. La prensa del Pprincipado se quejó cuando la designación porque suspendió el derby asturiano -servidor vio en directo lo acertado de su criterio- por mal comportamiento del público del Tartiere lanzando objetos -"papelitos", corregían los periodistas locales- al campo, pero me malicié la ventaja de los hombres de Paunovic ante los de Lisci por su conocida agresividad que raya, según los cursis en violencia y conforme el parecer del aficionado de toda la vida en leña a discreción. David Costas y Dani Calvo, "Daca & Daco", eterna pareja amedrentadora de centrales; Colombatto, canchero argentino repartidor de recuerdos que nada más empezar cabeceó a mala idea el rostro, creo que de Reina -"¿Y el VAR porque no entra ahí?" preguntó Lisci-; Fede Viñas, codeador uruguayo, discípulo avanzado y relevo del 9 titular Alemao, redomado "chocador", que intervino con el necesario empujón para que el gol de Portillo que daba el ascenso se sustanciara. "¿Y el VAR no tiene nada que decir?" volvió a preguntarse Lisci... y Miranda entera; hasta Cazorla se chocaba con malas intenciones sin venir a cuento, saben todos de la permisividad del señor Sesma. Miguel Sesma seguramente ascenderá a la élite de los árbitros. Sabe arbitrar, -vio al instante la mano de Reina, tan clara como involuntaria- pero se nota que sabe lo que quieren de él sin que se lo ordenen; ni de palaba, ni por supuesto por escrito.


Cazorla empató de penalti. Lo empujó mal, raso y por el centro pero entró. El 2-1 lo coló Ilyas Chaira, un exrojillo, y el 3-1 en la prórroga, tras concatenación de circunstancias sospechosas, Portillo, veterano legionario con excelentes servicios al que sólo los memoriosos son capaces de ordenar el currículum desde que salió del Málaga, hace ya más de tres lustros.


De todos modos, no vamos a echar al árbitro la culpa de que no ascendiera el Mirandés. Tampoco vamos a echar pestes del fútbol ramplón y suertudo del Oviedo. El fútbol es así, y no siempre gana aquél que lo merece... pero quiero hacer constar que al Mirandés ha dado gusto verlo toda la temporada, ha sido mejor que el Oviedo en la final, y que los dos, Levante y Elche que ascendieron del tirón. Reconozco que el ascenso... pues igual hubiera resultado más que problemático, en primer lugar, para el propio Mirandés. Asciende un histórico, el Real Oviedo, equipo que dio grima en El Arcángel y al que el Grupo Pachuca al que pertenece, puso un entrenador, Paunovic, para que ascendiera. Dirigió seis partidos. Ganó cinco a la ramplona manera y empató el otro. El play off  le ha salido perfecto. Por cierto, el presidente del Grupo Pachuca vuela hoy a Charlotte a ver a otro de sus clubes contra el Real Madrid. Para mí, que le llena más lo de Asturias que lo que le va a llenar lo de Carolina del Norte.


Enhorabuena al Oviedo y gloria al Mirandés.