lunes, 2 de junio de 2025

Ancelotti Sayonara



Ignacio Ruiz Quintano

Abc


Algo se muere en el alma, cuando un amigo se va, cantan Los del Río en la ducha, y va dejando una huella que no se puede borrar: “Un pañuelo de silencio a la hora de partir / porque hay palabras que hieren y no se deben decir”. Miguel Gallardo, el historietista de Makoki, adaptó la letra para una portadilla de “Gente y aparte” en ABC: “Un kimono de silencio a la hora de partir”, etcétera. Sayonara, sayonara… tendría que bailar esta tarde el Bernabéu para despedir a su entrenador más titulado, a lo que él respondería con un discurso como el pronunciado por Washington (escrito por Hamilton) en el día de su adiós.


Ancelotti se va porque se le cayó el equipo y no lo supo levantar. Como a Guardiola, sólo que Guardiola no se va, porque siempre encuentra una buena excusa. Esta vez la excusa fue que se rompió Rodri, y el City, para compensarlo, se dejó doscientos millones en fichajes de invierno, anticipo de los fichajes de verano que vendrán. Ya lo dijo Pochettino en París: aquí pierdes la Champions y te echan; la pierde Guardiola,  y lo cubren de fichajes. Políticas de club. La del Madrid fue no ficharle nada a Ancelotti, y la respuesta de Ancelotti fue sumirse en el “nadismo”, arrastrando con él al equipo, que fue perdiendo el “engagement”, por decirlo finamente, en ataque (nadie atendía a los desmarques) y en defensa (nadie acudía a las ayudas), con el consentimiento del entrenador, que se empeñó en repetir alineación.


Ancelotti es un payés entrañable que dice extraer la sabiduría para andarse por la vida de las películas de “El Padrino”, y en el Real Madrid nos ha dejado huella de las tres, incluido el borrón final de la tercera, donde Lucas Vázquez sería Andy García. Adiós, pues, al fútbol “antiguo” de Ancelotti, y hola al fútbol “moderno” de Alonso, cuya declaración de intenciones pasa por la figura de Modric, que aspira a arrebatarle al camerunés Roger Milla el título de futbolista más veterano en un Mundial. ¿Modric sí o Modric no? Modric no.


Los más interesados en su renovación eran los periodistas (¿la Asociación de la Prensa hubiera podido hacerse cargo de parte de su ficha?), que para completar un centro del campo de leyenda pedían, además, el fichaje de Rodri, dentro de una campaña por la “españolización” del Real Madrid, el club que menos españoles (y menos, aún, españoles de los de hoy) necesita, que luego sólo sirven para enredar en las concentraciones del Combinado Autonómico de La Fontaine, que parece concebido como el musical de “Annie” para proveer al Balón de Oro de Yamal, el otro sueño de la prensa que ha luchado por mantener a Modric en el Real.


Con esto del Balón de Oro ocurre, ya lo tenemos dicho, como con el Nobel de la Paz o, por tenerlo más a mano, con el toro de la Feria de San Isidro, que este año no hemos llegado a la mitad y ya andan los revistosos del puchero dando la matraca mediática para arrimar el ascua a su sardina orinando, de paso, para apagarla, en el ascua de los demás: se trata de hacer de menos a “Brigadier”, el toro de Pedraza de Yeltes, en beneficio de “Frenoso”, el toro de Victoriano del Río, que, por lo visto, da mejor de merendar.


Ancelotti podía haberse despedido hoy con otra Liga, pero el invento del Var (ni siquiera los árbitros, que cada vez pintan menos) se la birló; sin él, las cuentas dicen que hoy se presentaría a jugar el último partido con ocho puntos de ventaja sobre el Barcelona de Flick, el genio de la lámpara que ha “campeonado” con los mismos puntos que la Xavineta del Einstein de Tarrasa que un día nos reveló la piedra filosofal: “En el Barça entendemos el fútbol como espacio-tiempo”. El espacio-tiempo no da Champions, pero facilita el Relato.


Tres medidas no son suficientes para fijar una posición: esto es en esencia lo que queremos dar a entender al sustituir “espacio y tiempo” por “espacio-tiempo” –explicó Bertrand Russell a sus lectores interesados en el descubrimiento de Einstein.


Se necesita, pues, una cuarta medida, llámese Einstein o Negreira. El piperío ronceril es feliz porque con Alonso, dice, tendremos sistema, que no es sino el modo deportivo de dar con esa cuarta medida, necesaria para fijar la posición del Real Madrid después de Ancelotti.


[Sábado, 24 de Mayo]