Lachuer entre Reina e Iker Benito
Raúl Fernández. El 1 en el guante y 37 años en las costillas.
Francisco Javier Gómez Izquierdo
Es tiempo de cerezas y como servidor tiene el honor de atesorar muy buenas y muy sanas amistades, este fin de semana lo he pasado con un matrimonio amigo entre los cerezos de Alcalá la Real, pueblo señorial de Jaén lindero con las provincias de Granada y Córdoba. Lugar excelente donde apartarse de las indecentes procacidades y avariciosas comisiones de los "rajamantas" que se meten en la política. Al parecer el periodismo que vive de la publicidad orgánica y que se lleva "que te cag..." con quien la reparte se hace el escandalizado, cuando el abuso de subvenciones lleva implícita la etiqueta de corrupción. Es curioso el lugar común que aquí señalamos ya hace tiempo: República Dominicana, donde los Hidalgo avioneros, los Falcon de la Europa, el Aldama propietario del Zamora C F y el Don Rubiales que gozó del favor presidencial, gestionaban sus cosas. Drogas, suelos e hidrocarburos. Éso es lo que da dinero. Los comisionistas de esa tríada suelen moverse por ahí. Cerca de El Dorado del siglo XXI. Quedamos a la espera de un Bernal Díaz del Castillo que pase lista de las cuevas en la que tanta legión de corsarios esconde lo que es de otros.
De las cerezas vine a tiempo de ver otra gran jornada del Mirandés que deseo finalice el próximo 21 con el bendito sorpresón de alegrar el cuerpo a los que llevamos medio siglo reivindicando el fútbol que construyen personas a las que les gusta más este deporte que el dinero que produce. Lleno en Anduva significa cinco mil cuatrocientos espectadores y semejante capacidad se antoja ridícula en Primera División, pero esa ridiculez es cosa que me gustaría ver cómo sienta en la RFEF, en Don Tebas y en los de las televisiones. A éstos por de pronto les noto inclinados, primero hacia el Rácing de Santander y ayer empujaban para el Oviedo apuntando soluciones a Paunovic, asustados ante el 1-0 en el minuto dos que amenazaba severo correctivo como el del jueves a los cántabros. El partido tuvo emoción pero no fue vistoso, entre otras cosas porque el Oviedo atraganta los encuentros añadiendo harina para espesar una salsa ya de por sí indigesta. Acabó así, 1-0, porque Aarón Escandell volvió a hacer un milagro -creo que ha sido el mejor guardameta de la temporada- y porque Raúl Fernández, su colega en la otra portería, no quiso ser menos y le paró un penalty que chivó el VAR a Colombatto, el mediocentro al que el míster azulón tiene de capataz de su cuadrilla. De la tensión y emoción de los seguidores de la Segunda, dan ejemplo dos señores carbayones que enfocaron en el Movistar llorando como Magdalenas tras la parada del veterano Raúl (Raúl suena siempre a persona joven) que hizo mejor el partido de Eguiluz, Iker Benito, Lachuer, Reina (¡¡hay que ver el crecimiento de Reina toda esta segunda vuelta y sobre todo en los tres partidos que van de play off!!)...
Con la rodilla maltrecha, Cazorla no pudo jugar y a Alemao el goleador, lo protegió el míster reservándolo para la vuelta, se supone. Al brasileño lo puso al final. A mi parecer se ganó la expulsión. El árbitro lo amonestó en el calentamiento por incomodar y asustar a un recogepelotas y ya en el terreno de juego por una mano voluntaria con ánimo de acomodarse el balón en el área. Este Alemao es ariete de choque puro y rudo. Ariete de los que van a veces con maldad y que le ha hecho antipático en todos los campos... menos en el Carlos Tartiere, donde Dios lo quiera, los hombres de Alessio Lisci, cometan la bendita irreverencia de plantarse en Primera División. Es tiempo de cerezas y el "rojillo" color de la camiseta mirandesa puede que haya llegado a su punto exacto de maduración.
Servidor va a ir a poner una vela a San Judas Tadeo.


