¿Y si resulta que Rodri-Koke es la pareja perfecta?
Francisco Javier Gómez Izquierdo
El aficionado al fútbol no sabe de la materia como los entrenadores, los futbolistas o ¡válgame el Señor!, los periodistas deportivos, ¡que esos sí que saben! El aficionado al fútbol como un servidor, se sentó ante el España-Alemania preparado para sufrir y asumir una nueva decepción, pero con la buena sensación de que por fin el entrenador Luis Enrique iba a sacar un delantero centro de referencia. No dos o tres como suele hacer a veces como para demostrar al periodismo lo que todos sabemos: muchos delanteros juntos no garantizan goles. Gustó sobre todo que Rodri desplazara a un Busquets, inadaptado ya, a juicio de un servidor, para hazañas de categoría y demostrara -este Rodri- que él solo hace mejor las funciones encomendadas últimamente a dos (Busquets y Merino). Sorprendió el poderío de Koke, imperial en el centro del campo haciendo un tándem con Rodri que suponemos será el principio de una duradera relación a la que va a ser imprescindible añadir a Fabián, si Thiago lo permite; Gayá nos recordó la vital importancia del lateral izquierdo en el fútbol español...
Bueno, no es cosa de repartir merecidos elogios y contar lo que habrán leído en mejor prosa, pero estarán conmigo que el partido fue un sorpresón en el que todo salía bien y bonito. Les parecerá, como a un servidor, que la defensa alemana más parecía chinesca que alemana, con nombres sin consonantes: Max, Ginter, Koch, Süle, que suenan a motes y no a la rotundidad que siempre ha tenido el defensor alemán, Augenthaler, Beckenbauer, Scwarzenbech... Ni los cuatro juntos llegaron a desempeñarse como uno solo de los setenteros; que Goretzka parecía transitar con la torpeza de un pívot de baloncesto antiguo, que a Sané parecía que lo llevaban los demonios; que Werner y Gnabry nos pareció que estaban cambiados de sitio en una directriz extraña de un entrenador que creo lleva mal el envejecimiento, y Kroos... De Kroos sabemos que salió de titular porque venía puesto en los rótulos.
Mal Alemania, pero Alemania es Alemania y su orgullo no permite un 6-0 a no ser que una fuerza insospechada (“los elementos” que achacó la Armada Invencible) tocada por las musas anule sus iniciativas y destruya, aliada con huracanes, su legendaria fiabilidad. Padeció un repaso sin paliativos. Sufrió como si le azotara una peste. Perdió como nadie imaginó que pudiera suceder nunca. En verdad, fue un partido increíble e inolvidable. Creo que es difícil repetirlo, pero nos dejó para el futuro un sistema de juego que creo es el que más nos conviene. Un 4-5-1 flexible donde el 1 sea un delantero centro y los hombres de banda además de decidir por velocidad lo hagan con excelencias técnicas. ¡Tremendo el mozo Ferrán que con Ansu por el otro lado, puede levantar este ánimo alicaído en el que empezábamos a languidecer viendo a la selección!
Espero que Luis Enrique no vuelva a esos empecinamientos en los que suele enredarse y trabaje a partir de lo que disfrutó ayer. Seguro que se lo agradecemos todos.