"Tras mucho peregrinar, el populismo estrecha por fin la mano firme de un líder serio"
Hughes
Abc
Hace unos días, el NYT informaba sobre el impacto económico de la división política en Estados Unidos. La Universidad de Michigan ofrece un dato muy concreto: la diferencia entre los índices de confianza económica de los consumidores demócratas y republicanos tras la elección de Trump. En años electorales, la historia reflejaba diferencias de 16 y 17 con Reagan y Obama. En el “año Trump”, la divergencia es llamativa. Más de 70 puntos de “confianza” separan las expectativas de demócratas y republicanos (o, llegados a este punto, trumpianos y contrarios). Para unos, la economía está al borde de la recesión; para otros, cerca de un boom de prosperidad.
La sostenida campaña de los medios contra Trump tiene un efecto depresor que refrena el optimismo económico del presidente-empresario. Detrás de las expectativas, de su formación, hay una guerra informativa y política semejante a la guerra cultural. Estos niveles de confianza tienen consecuencias reales, pues inciden en el gasto y la inversión. Es muy curioso el momento: un forcejeo entre ilusión y miedo que equilibra un estado de incertidumbre.
Nos interesa esto también porque llevamos meses oyendo cosas muy extrañas (propagandísticas, mayormente) sobre la “racionalidad” del votante. La racionalidad del consumidor, que se juega su dinero, incorpora los “animal spirits”. Incorpora expectativas y juicios muy personales que construyen estados de miedo, euforia, optimismo o depresión. ¿Es muy diferente la racionalidad política?
Ayer, por cierto, el premio Nobel de economía Robert Shiller señaló que era posible que la bolsa siguiese en su tendencia alcista durante los próximos años, hasta incrementar su valor en un 50%. Recomendaba a los inversores que se mantuvieran en el mercado bursátil. Este economista creó el índice CAPE, que relaciona el precio o el índice con el beneficio neto real medio los últimos diez años. Es decir, presenta el valor de la bolsa “depurado” del ciclo. Este valor es alto actualmente, un 29 sobre la media histórica de 17. Pese a esto (es augurio de menos beneficios futuros) el experto esperaba un crecimiento alcista.
Una condición puso, y es que se cumpliera la rebaja de impuestos a las empresas prometida por Trump.
Tener expectativas económicas, en cualquier caso, ya es mucho. Algunos no tienen ni eso.