Francisco Javier Gómez Izquierdo
Si usted pregunta a cualquier aficionado español antes del repaso de San Salvador de Bahía que le recite la defensa holandesa muy pocos le sabrán contestar, y si pregunta en qué equipo juega Martins Indi, un poner, le contestará que quién demonios es ése.
La plantilla de nuestra selección no sólo es conocida y respetada en todo el mundo, sino que nos tienen por buenos. Mejor...., por muy buenos, pero hay días nada propicios para dejar de fumar. Nuestros futbolistas están agotados ó al menos así me lo han parecido y particularmente nuestros centrales se han creído invulnerables y de condición divina en la tarde mas catastróficas de nuestro fútbol reciente.
El equipo ha aguantado hasta que los holandeses han visto el sesteo de Piqué y Ramos, perdidos sin referencia de marca y convencidos de ser capaces de intimidar con la mirada a dos tipos que pisaban las flores del jardín. De repente y sin temor. Dos falsos nueves que dejaban la banda a dos defensas de los cinco que en teoría había puesto Van Gaal por miedo a un eterno Duque de Alba. Dos defensas laterales que centran mejor que cualquier extremo y que los que respetamos a Don Louis Van Gaal temíamos con harta razón. Janmaat y Blind nos han agujereado el barco y Van Persie -cuánta elegancia- y Robben -siempre una amenaza antiespañola- nos lo han hundido.
Creo que la cosa tiene remedio, pero quiero hacer un elogio más de Van Gaal, por ser uno de los pocos españoles que ha defendido sus conocimientos. Para mí, es el entrenador. El hombre que ha enseñado a todos estos nuevos millonarios de los banquillos a hacer equipo, a colocar a los jugadores según cualidades y a inventar soluciones inteligentes. Hoy ha dado una lección de estratega brillante y habrá callado a aquellos futbolistas que en Barcelona le hicieron la cama con ayuda de periodistas ventajistas, amigos de coleguear y enemigos del trabajo y la aplicación. Van Gaal en tiempo de guerras hubiera sido el mejor general, siempre que a sus soldados no se los envenenaran a traición. Cinco defensas amontonados en el área, decía la prensa.... y es la primera vez en muchos años que vemos una alineación como Dios manda. Del uno al once. Con el uno Cillessen, un niño que se ha sacado de la manga y que se lo ha llevado a un Mundial a jugar... y con el once Robben, uno de los dos falsos nueves que se ha inventado el gran entrenador.
No veo la eliminación, pero físicamente estamos en reserva. El plan B podría ser descansar y no entrenar. ¡¡Ah!! Diego Costa nunca debió ser seleccionado. Cosas mías, ya lo sé.