domingo, 15 de junio de 2014

Sábado racial



Francisco Javier Gómez Izquierdo

     El sábado hubo apoteosis negra en Brasil. Joel Campbell, un muchacho costarricense que sólo tiene 21 años y que disfrutó el Betis a edad harto temprana, noqueó al Uruguay con la habilidad del francotirador solitario. Mereció la pena el partido por verlo evolucionar suelto, airoso, listo, hábil, mortífero como cobra asesina. Otro delantero inquieto al que no saben sujetar centrales expertos. Centrales uruguayos, Godín y Lugano, que en tal materia, son palabras mayores. Costa Rica es víctima propicia para italianos e ingleses, pero queremos ver a Campbell desafiando a Cahill y Paletta con el desparpajo del futbolista anarquista que cada muchos decenios desde Centroamérica encandila al mundo. No es el salvadoreño Mágico González, pero va a dar mucho que hablar en el Arsenal de Wegner.
      Pablo Armero, otro negro, éste colombiano, abrió la lata griega, una selección que impone con sus rotundos nombres en la alineación, pero que tradicionalmente juega feo y mal hasta cuando gana. Cuadrado, otro “pelao” en la adolescencia, impuso su negritud en la banda derecha postulándose para jubilar a Dani Alves en el Barça....   
      
 ....Y llegó el Italia- Inglaterra, el mejor partido de los disputados, para que los comentaristas de la Cuatro loaran con avaricia a Pirlo con una coba más que exagerada. Es elegante Pirlo, el sensacional reggista de Italia; da gusto verlo con el tranco inteligente y pausado, pero Italia es más. Candreva, por ejemplo, arma letal por la derecha junto al lateral Darmián, poco conocido en plazas de categoría´...y Ballotelli centrado, un peligro inminente que también sabe buscar las cosquillas decentemente al central.
      Tácticamente me gustó más Italia que Inglaterra, pero las carreras de los tres pross morenos, Wellbeck, Sturridge, y sobre todo Sterling, debieron tener mayor recompensa. Sterling es muchacho aún, pero ya juega como los elegidos y amenaza lanzar con precisión esa bala que es Sturridge durante los próximos diez años. El fútbol inglés pierde demasiados partidos por su nobleza en la cancha y por cierta precipitación al intentar elaborar jugadas de gol. Hodgson defiende un tanto rudimentario y no vigila como debe la estrategia de los rivales. El gol de Marchisio fue un golazo, pero Marchisio no puede disparar tan cómodo en un córner. Aún así, prefiero el derroche un tanto salvaje de los ingleses que el previsor libreto italiano y me gustaría que a Sturridge, Sterling y Wellbeck les acompañara un poquito la suerte que siempre le ha faltado a Inglaterra en los mundiales.