miércoles, 18 de junio de 2014

Rojas


Meireles


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Lío en Río. La nueva Roja de Manolo el del Bombo contra la vieja Roja de Neruda, “le connaisseur”, como le llamaba, con guasa, Jorge Amado, que en Río le petaba de garrafón brasileño mientras el poeta susurraba: “No hay vino que se compare al chileno, el francés tiene más fama, pero no es mejor”.
    
Roja contra Roja como Mujer contra Mujer (“Quién detiene palomas al vuelo / volando a ras de suelo / mujer contra mujer”). De perder, la nueva Roja quedará eliminada, y no podría esconderse ni en el portal de Gallardón, esa metáfora.

    Todas nuestras oraciones, pues, se dirigen hoy al Corcovado, y que se j… Podemos, que pide juego laico (y una guillotina para inaugurar la democracia).

    –La Roja sí puede –nos machaca la TV.
    
Como queriendo señalar el poder de la Roja para llegar a España a tiempo para la coronación, donde, al parecer, no habrá cruz, la señal más sagrada del universo, en palabras de Guardini.
    
El 98 se quedó de piedra cuando, visitando monumentos, descubrió que la Iglesia creó la nacionalidad española, así que, si en la coronación no hubiera cruz, sería por no ofender a Podemos, igual que tampoco la hay en el escudo del Madrid por no ofender a los emires.

    Aquí, el último cargo público que tenía leído (también) a Guardini fue Tierno, que exigió para su toma de posesión, en abril del 79, una cruz (“símbolo de paz y amor”, explicó a sus concejales recalcitrantes) que luego presidiría su despacho de alcalde de Madrid.

    Es verdad que Zapatero acudió una vez a un Desayuno de Oración con Obama, presidente de la única democracia formal de la Tierra, pero fue el único que no reclinó la cabeza durante el rezo (en Madrid ya había sido el único en sentarse al paso de la bandera estadounidense), y además, en su turno, se perdió en una cita manipulada del Deuteronomio que le había preparado Miguel Barroso, detalles que lo incapacitan como propagandista de la cruz.

    –Y hoy, ¿qué cambiaría usted en la Roja?
    
Xavi por Meireles.