martes, 24 de junio de 2014

Hacia octavos en Brasil. Campeones en Córdoba

 Carroza triunfal

 Antognoni, Il Regista

 Abel Gómez, el Gran Capitán
Nuestro Pirlo

 Francisco Javier Gómez Izquierdo

 Gana Uruguay a Italia en partido trabado, a mordiscos y sin compasión. Se acaba Pirlo, elegante en su decadencia, pero decadente al fin, y pasa Costa Rica sin poder ver  a “mis ticos”. A los aficionados, Pirlo nos ha hecho disfrutar con su clase y a las aficionadas con su apostura, pero a mí siempre me ha parecido menos de lo que cantan sus panegiristas. Hay peloteros a los que se rinde incondicionalmente la prensa -este Pirlo o aquel Guardiola- y a los que todo les está permitido. No se debe entender poco aprecio hacia Pirlo en mi persona, sino que no me ha parecido jugador tan definitivo como nuestro Xavi ó aquel Giancarlo Antognoni que no tuvo la fortuna ó no quiso, que ya no me acuerdo, de jugar en el Milán, Inter ó la Juve para ganar títulos. Pirlo ha catado todas las exquisiteces europeas y mundiales, pero Pirlo siempre ha vivido en palacios nobles, mientras Antagnoni se fue a vivir a Florencia, como los artistas, y desde allí conquistó el Mundial de España, una Liga para la Fiore y a todo el elemento femenil europeo. El papel de guapo y elegante de Italia lo heredó Cabrini, luego Maldini y el honor lo paseaba hasta hoy Pirlo. Para los irredentos nostálgicos ninguno de los tres es Antognoni.

      La estrella del verano la tiene Uruguay y se llama Luis Suárez. Hablan de 70 millones por un chico al que le tengo apuntados los antecedentes y al que pretenden colocar en España de todas todas. Me doy por satisfecho si el que la hace la paga.

      Ayer jugaba “la España”, como dicen unos conocidos, y Córdoba esperaba en la estación del AVE, en Gran Capitán, en las Tendillas y 20.000 más en El Arcángel. Villa, el niño Torres, los Xavis...  pasaron al olvido el día que cayeron ante Chile y otros héroes sacuden  la voluntad de una ciudad impactada con sobredosis de júbilo.

    Un servidor se quedó con el Holanda-Chile porque Van Gaal siempre enseña cosas nuevas y es entrenador al que reconozco profunda devoción. Exceptuando Robben, Van Persie y pongamos Sneijder, el resto de los holandeses son futbolistas de tercer nivel. Tan poco talento lo arregla Van Gaal con  el atrevimiento de probar casi juveniles en un Mundial y con la dedicación que haga falta porque Vlaat, De Vrij y Martis Indi, estos dos últimos de 22 años, disimulen la vulnerabilidad. ¿Qué seleccionador hubiera tenido el atrevimiento de llevarse a este Menphis Depay adolescente? Menotti, ese falso gurú,  no se atrevió con Maradona. Holanda se deshace de Chile -no es tan fiero Chile-  y se las verá con México, que tampoco es lo que se dice. A las órdenes de Márquez, que no es de Córdoba a pesar de llamarse Rafael, sino de Zamora en Michocán, tierra donde cantan tigres, el equipo mexicano da más de lo que tiene con un Héctor Herrera sin pausa y un Guardado insolentón desde su pequeñez. El veneno escorpionero me da que les va a entrar por entre los centrales. Por entre el Maza Rodríguez y Héctor Moreno a los que Van Gaal los tiene estudiados, esa mala costumbre de Don Looooouis, como le llamaba uno que yo me sé, entre calvo y bronceado.
     
Como la estación del AVE me pilla cerca hice tiempo hasta el Brasil-Camerún y el México-Croacia y bajé a saludar a nuestros mundialistas particulares que volvían victoriosos como generales a Roma. Córdoba ya no mira al Mundial y está en las calles vitoreando a sus nuevos ídolos. Desde Gran Capitán hasta el Campo de la Verdad todo era personal. Mi gente se fue a un Arcángel abarrotado a cumplimentar debidamente, y es que Córdoba ya tiene su campeón particular.