El último toque
Hughes
Abc
De Alemania se espera que confirme la exhibición y avance casi de forma definitiva su clasificación. Es la selección del buen fútbol. Y más ahora que Italia también se ha descalabrado. Es la esperanza europea junto a Francia. En la Europa cansada del balón, sólo ellos parecen capaces contra los emergentes. En Brasil también se está comentando mucho el apartamiento y secretismo (sin necesidad de cambiar de clima) de los alemanes. No se les ha visto más que un entrenamiento y porque obligaba la FIFA. Los periodistas alemanes respetan absolutamente las directrices de su Federación. «Les dicen quince minutos y no protestan y nadie intenta subirse a un árbol», se admiraba un periodista brasileño. En lo deportivo, se supone que saldrán con el mismo equipo que arrolló a Portugal, con la baja de Hummels.
Ghana está obligada a ganar tras su derrota ante los Estados Unidos. A medida que transcurre el Mundial se va enrareciendo el clima de las selecciones. Empiezan los cuchillos a circular por las concentraciones. Dagas florentinas, cadáveres tras las cortinas, gente comiendo sola y grupitos que les roban a los demás todos los croissants del buffet de desayuno. En realidad, esto también es parte de la diversión de los Mundiales. En el caso de Ghana se ha rumoreado la posibilidad del más extremo supuesto de mal ambiente: el motín. Al parecer, los futbolistas se habrían rebelado contra Appiah, el seleccionador. El rumor ha sido desmentido por el presidente de la federación ghanesa. Pero claro, qué va a decir él. No hay en todo el FIFA Media Center una idea clara de lo que pueda hacer Appiah con su equipo. Ni en la categoría de «Elucubraciones».
El encuentro es un deleite. Por un lado, la belleza del fútbol funcional de Löw y sus estupendos jugadores, con Müller, el de las medias bajas, al frente y con Kroos, al que se le escrutará ahora que se rumorea su fichaje por el Madrid. Enfrente, un conjunto africano, físico, optimista, voluminoso y algo saltimbanqui todavía. Hermoso encuentro. Müller, por cierto, era finalmente el falso nueve de nuestras ensoñaciones tácticas. El partido tiene la curiosidad de enfrentar a dos hermanos, los Boateng, Kevin-Prince, con Ghana, y Jerome, que juega con Alemania. El padre en un ay. Por una vez los periodistas pueden usar con propiedad lo de «duelo fratricida».