jueves, 19 de junio de 2014

Reyes




Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    ABC nace diario en junio y con la primera crónica telegráfica de un periódico español, escrita por Azorín sobre su sombrero de copa en la Ópera de París donde el Presidente de la República Francesa agasaja al Rey de España, de paso hacia Londres para echarse novia.
  
Mañana gris en el Ayuntamiento, con el “Invierno” de Puvis de Chavannes al fondo. Los caballeros se suben a las sillas para ver al Rey, un poco emocionado, un poco tímido. Vivas al Rey, a España y a la República. Suenan la Marcha Real y la Marsellesa. El Rey triunfa en París, ciudad espiritual, sentimental, irónica.
  
De noche, la ópera: una guirnalda de flores rojas y amarillas corre sobre los antepechos de los palcos.
  
Sobre estas flores, una fila de escotes inconmensurables, deliciosos, sugestionadores, y sobre la piel limpia, diariamente bañada, sedosa, suave, refulgente, irradian los diamantes. El Rey tiene a su izquierda a Loubet y a su derecha a la esposa del Presidente. Su mano izquierda está enfundada en un blanquísimo guante; la derecha desnuda; entre sus piernas sostiene el sable reluciente, y sobre su empuñadura apoya la barbilla y mira atento este baile de “Sansón y Dalila”.
  
Cincuenta años después, Azorín, redactor fundacional de ABC, atribuye el éxito del periódico a dos novedades: la imagen y la literatura inactual.

    –No se había dado, digamos, literatura sin qué ni para qué. No se había hecho que lo escrito siglos antes se convirtiera en cosa del día, palpitante y atractiva.
  
Los Reyes son siglos, piedras, unidad (de la monarquía de España, dice Gracián, “así como es menester gran capacidad para conservar, así mucha para unir”), continuidad, rito.

    Un presidente (lo que no es tradición es plagio) es un rey venido a menos que tiene que hacer teatro para poder cenar.

    –Durante años –contaba Reagan he oído la pregunta: “¿Cómo puede un actor ser Presidente?” 
 Ahora me digo cómo puedo ser Presidente y no ser un actor.
  
A un Rey el pueblo sólo le pide buena suerte.