LA CLASE DIRIGENTE
En Roma, la clase dirigente era una verdadera aristocracia; no sólo se envidiaban las riquezas de sus miembros, sino que se respetaban su valor y experiencia. Todos habían servido en la guerra sin deshonor, había estudiado las leyes y el arte de administrar, habían sido funcionarios y jueces. Añádase a esto un aire de sencillez muy espartano en el atuendo y el porte, que dejaba exclusivamente confiado el cuidado de infundir respeto a la cuna y la fama. Juntos, eran capaces de conquistar el mundo conocido.
(L'évolution de la pensée politiue, vol. 1, Gallimard, 1964) / C. Northcore Parkinson
Ignacio Ruiz Quintano
En Roma, la clase dirigente era una verdadera aristocracia; no sólo se envidiaban las riquezas de sus miembros, sino que se respetaban su valor y experiencia. Todos habían servido en la guerra sin deshonor, había estudiado las leyes y el arte de administrar, habían sido funcionarios y jueces. Añádase a esto un aire de sencillez muy espartano en el atuendo y el porte, que dejaba exclusivamente confiado el cuidado de infundir respeto a la cuna y la fama. Juntos, eran capaces de conquistar el mundo conocido.
(L'évolution de la pensée politiue, vol. 1, Gallimard, 1964) / C. Northcore Parkinson
Ignacio Ruiz Quintano