RATÓPOLIS
Desde la más lejana antigüedad, el poder genésico de las ratas, ha fascinado. Autores como Aristóteles, Eliano o Plutarco incluso relataron lo que algunos contaban, a saber, que las ratas quedaban preñadas al absorber sal. Veamos lo que escribe Plutarco (Moralia 685 D-F):
Los navíos empleados para el transporte de sal producen gran número de ratas, dado, según cuentan algunos, que las hembras quedan preñadas sin aparearse si han lamido sal. Sin embargo, es más verosímil que la salinidad, al provocar omezones en los órganos genitales, incite a las ratas a aparearse. Quizás también por eso la belleza de una mujer, cuando no está apagada ni es sosa, sino mezclada de encanto y provocación, es calificada de salada y excitante.
NUESTRAS HERMANAS LAS RATAS / MICHEL DANSEL