...8 de Febrero de 1899
En las primeras horas de la madrugada de ayer tuvo conocimiento el Juzgado de guardia de un suceso, del que no dimos cuenta a nuestros lectores por la premura del tiempo y la faltaa absoluta de espacio.
María Cuesta Peñón, que se hallaba en la sala 15 del Hospital Provincial desde el domingo, al parecer enferma de mal común, y realmente herida en un costado, por arma blanca y muy gravemente, manifestó deseo, según parece, de celebrar una entrevista con el juez de guardia.
Avisado éste, constituyose el Juzgado en aquel benéfico establecimiento y he aquí lo que, según nuestros informes, manifestó María con voz apagada por el estado de gravedad en que se encontraba:
El domingo último, estando en su domicilio, calle de la Peña de Francia, número 2, se le presentó un sujeto amigo suyo, llamado Vicente Palomino, zapatero de oficio, pretendiendo que le guardara un perro que había robado, a lo cual ella se negó terminantemente.
Esta negativa dio origen a que entre los dos se suscitara una cuestión, y a que, excitado su amigo Vicente, le infiriera una herida en el costado con una navaja de regular tamaño.
Presente a la disputa parece que estuvo un amigo de Vicente, llamado Santiago, quien oyó las amenazas que aquél hiciera a María, y el que dícese que la curó con una tira de aglutinante la herida que su amigo produjera a la infeliz mujer.
Santiago también prestó declaración ante el juez.
María Cuesta falleció en las primeras horas de la madrugada de ayer.
María Cuesta Peñón, que se hallaba en la sala 15 del Hospital Provincial desde el domingo, al parecer enferma de mal común, y realmente herida en un costado, por arma blanca y muy gravemente, manifestó deseo, según parece, de celebrar una entrevista con el juez de guardia.
Avisado éste, constituyose el Juzgado en aquel benéfico establecimiento y he aquí lo que, según nuestros informes, manifestó María con voz apagada por el estado de gravedad en que se encontraba:
El domingo último, estando en su domicilio, calle de la Peña de Francia, número 2, se le presentó un sujeto amigo suyo, llamado Vicente Palomino, zapatero de oficio, pretendiendo que le guardara un perro que había robado, a lo cual ella se negó terminantemente.
Esta negativa dio origen a que entre los dos se suscitara una cuestión, y a que, excitado su amigo Vicente, le infiriera una herida en el costado con una navaja de regular tamaño.
Presente a la disputa parece que estuvo un amigo de Vicente, llamado Santiago, quien oyó las amenazas que aquél hiciera a María, y el que dícese que la curó con una tira de aglutinante la herida que su amigo produjera a la infeliz mujer.
Santiago también prestó declaración ante el juez.
María Cuesta falleció en las primeras horas de la madrugada de ayer.
