lunes, 17 de agosto de 2009

RETINTAS

José Ramón Márquez
Por ese mar que se ve al fondo navegaron marineros jonios y de Sidón que narraron su llegada a las columnas de Hércules, el confín del mundo entonces conocido. Las noticias relatadas por aquellos navegantes fenicios o griegos se instalaron en la imaginación de las gentes y desde ahí se desarrolló una idea mítica sobre las riquezas y maravillas de aquel extremo del mundo, que fueron cantadas por los poetas. Por ello, cuando los héroes tuvieron que encontrarse con un universo extraordinario en el que forjar sus trabajos, se desplazaron hasta aquel confín prodigioso, que estaba habitado por seres fantásticos. Hoy, los ganados de Gerión, las vacas retintas, siguen siendo, como hace cuatro mil años, las dueñas del paisaje. En la rastrojera, insensibles a la violencia del cálido viento de Levante, ellas siguen aguardando, con paciencia de siglos, el retorno de Heracles.