José Ramón Márquez
Olivenza es un municipio de la provincia de Badajoz. Forma parte de la comarca de Llanos de Olivenza y es cabecera y sede del Partido judicial de Olivenza. Tiene una población de 11.852 habitantes, cuyo gentilicio es oliventinos.
La feria taurina de Olivenza, acogedora y generosa, se ha ido abriendo paso a lo largo de los últimos veinte años como sosegada cita de inicio de temporada para aficionados de diversa procedencia, para toreros del momento y para ganaderías de las llamadas comerciales. Es una feria sencilla y sin compromiso, donde se puede estar relajado en un ambiente propicio y entretenido, tal y como corresponde a un pueblo y a una cita amable y festiva. No cabe duda de que esta feria es un gran motivo de promoción para Olivenza y sin duda es un buen método de atraer clientes a la hostelería oliventina. Y punto. Una gran iniciativa, en suma.
Lo que no se puede, porque no es decente, es tratar a esta humilde feria como si fuese la referencia del mundo taurino. No es serio que algunos periódicos de difusión nacional destaquen allí a sus críticos y cubran esta feria como si fuese algo relevante. No es serio el planteamiento que desde todo el stablishment del taurineo se está dando a esta insignificante reunión festivalera, como si en esa feria amable y sin compromiso se estuviese ventilando algo real a efectos de la temporada taurina.
A todos los efectos Olivenza no es más ni menos, taurinamente hablando, que Guadarrama, y no debería tener una cobertura estelar de feria grande y de compromiso grande, porque no lo hay. ¿Duelo entre Perera y Tomás? Una porra. Si quieren duelo que lo hagan donde importa, es decir en Sevilla, en Madrid o en Bilbao, y además con esa especie en extinción que se llama toro encastado –nótese que no pongo bravo-. Lo demás, si nos ponemos burros, es lo de siempre, monerías, posturitas ante los chotos claudicantes y sin pitones, incapacidad de torear hacia adelante ni siquiera con esos bichejos y mucho figuroneo. No tengo nada en contra de tomar los toros desde un planteamiento festivo, es algo que viene de perlas para pasar una tarde divertida, después de un grato almuerzo, pero no es decente extrapolar lo festivo a lo serio. Ir a Olivenza es ir a pasar un día entretenido y a gozar de la hospitalidad de sus gentes y no se debería sacar de ahí.
Además, ¿qué feria importante es ésa en la que no han contado con el que la propia crítica desplazada a Olivenza nos anuncia como el crack de 2010, el treintañero Leandro (antes Marcos)?
Olivenza es un municipio de la provincia de Badajoz. Forma parte de la comarca de Llanos de Olivenza y es cabecera y sede del Partido judicial de Olivenza. Tiene una población de 11.852 habitantes, cuyo gentilicio es oliventinos.
La feria taurina de Olivenza, acogedora y generosa, se ha ido abriendo paso a lo largo de los últimos veinte años como sosegada cita de inicio de temporada para aficionados de diversa procedencia, para toreros del momento y para ganaderías de las llamadas comerciales. Es una feria sencilla y sin compromiso, donde se puede estar relajado en un ambiente propicio y entretenido, tal y como corresponde a un pueblo y a una cita amable y festiva. No cabe duda de que esta feria es un gran motivo de promoción para Olivenza y sin duda es un buen método de atraer clientes a la hostelería oliventina. Y punto. Una gran iniciativa, en suma.
Lo que no se puede, porque no es decente, es tratar a esta humilde feria como si fuese la referencia del mundo taurino. No es serio que algunos periódicos de difusión nacional destaquen allí a sus críticos y cubran esta feria como si fuese algo relevante. No es serio el planteamiento que desde todo el stablishment del taurineo se está dando a esta insignificante reunión festivalera, como si en esa feria amable y sin compromiso se estuviese ventilando algo real a efectos de la temporada taurina.
A todos los efectos Olivenza no es más ni menos, taurinamente hablando, que Guadarrama, y no debería tener una cobertura estelar de feria grande y de compromiso grande, porque no lo hay. ¿Duelo entre Perera y Tomás? Una porra. Si quieren duelo que lo hagan donde importa, es decir en Sevilla, en Madrid o en Bilbao, y además con esa especie en extinción que se llama toro encastado –nótese que no pongo bravo-. Lo demás, si nos ponemos burros, es lo de siempre, monerías, posturitas ante los chotos claudicantes y sin pitones, incapacidad de torear hacia adelante ni siquiera con esos bichejos y mucho figuroneo. No tengo nada en contra de tomar los toros desde un planteamiento festivo, es algo que viene de perlas para pasar una tarde divertida, después de un grato almuerzo, pero no es decente extrapolar lo festivo a lo serio. Ir a Olivenza es ir a pasar un día entretenido y a gozar de la hospitalidad de sus gentes y no se debería sacar de ahí.
Además, ¿qué feria importante es ésa en la que no han contado con el que la propia crítica desplazada a Olivenza nos anuncia como el crack de 2010, el treintañero Leandro (antes Marcos)?