martes, 9 de marzo de 2010

MARTES, 9 DE MARZO

Ya lo dijo Martín Vigil: Primer amor, primer dolor. Todo indica que Miguel Ángel Perera se ha enfrentado, por fin, al primer victorino de su carrera. En la cómoda placita de Olivenza, y con Julián, El Torero Que Siempre Está Importante, y Manzanares, el Abajofirmante de Garzón, por testigos.

Perera va de gladiador del toreo moderno: patrás y pafuera. Sus circulares invertidos vuelven locos a los aficionados en los pueblos. Y el escogido victorino salió noblote. Pero Perera, el que, al decir de sus seguidores, “se sube encima de los toros”, no vio el modo de echarle el pie encima al pobre victorinín oliventino, que pasó sin pena ni gloria.

¡Ay, Jesús, cómo está la Fiesta!

Ignacio Ruiz Quintano