domingo, 7 de marzo de 2010

LA MICCIÓN



Urinarios en la calle de José del Hierro, Madrid

El hombre primitivo habría tomado la costumbre de satisfacer en el fuego un placer infantil, extinguiéndolo con el chorro de su orina cada vez que lo encontraba en su camino.

La extinción del fuego por la micción era algo así como un acto sexual realizado con un hombre, un goce de la potencia masculina en contienda homosexual.

Sigmund Freud en El malestar de la cultura