Francisco Javier Gómez Izquierdo
Este verano se cumplen 45 años del rodaje de la mejor película del Oeste hecha lejos de suelo yanqui. De cine no entiendo, y la frase no es mía, pero son muchos los historiadores expertos de la cosa, que los hay a trillones como las moscas, que colocan a El Bueno, el Feo y el Malo como el no va más del Spaguetti Western, ese gran entretenimiento de nuestra adolescencia que inventó Sergio Leone.
La película no se rodó en Almería como suponen muchos, sino en las faldas de ese tótem de la Sierra de la Demanda que es la peña Carazo, y aprovechando el cumpleaños, los pueblos de Salas, Silos, La Revilla, Gete, Contreras... se han sentado sobre los túmulos que fueran tumbas del mítico cementerio de Sad Hill. Convertido en plaza de pueblo sesentero, una cuadrilla de nostálgicos resucitó el cine de verano en la Sierra, y allí, ancianos extras de aquellos días aguardaron expectantes a la espera del segundo de gloria que contar al nieto de piercing y tatuaje.
Dicen que el herrero era de Salas y que don Sergio le cogió mucho aprecio; que el difunto Saturio, casado en Gete y con cantina en Castrillo era el que mejor montaba a caballo; que la Eugenia, la de teléfonos, también montaba tan bien y que uno de Silos se partió un brazo por alardear sin conocimiento. De entre tanto extra, suelo presumir del primo Abilio que casó con prima-hermana de un servidor y que aparece en el Monasterio de Arlanza -la cuna de Castilla- vestido de dominico dando un plato de fríjoles, supongo, a Eli Wallace. Abilio se ve que cogió afición a las artes escénicas y este mismo año cumple 20 al frente de la dirección de la sin par tragedia teatral de los 7 Infantes de Lara y que los vecinos de Castrillo de la Reina representan todos los agostos.
Al cine ya sólo van cuatro beatas inasequibles al desaliento y los júligans del Harry Potter y el Señor de los Anillos. La gente se ha cambiado al fútbol de la tele, pero Clint Eastwood, Eli Wallach y Lee Van Cleef, el bueno, el feo y el malo... son tipos y arquetipos inmortales. Ante “el tele”, como dicen los choros de Puente Genil, el malo está claro... El malo es el árbitro. El bueno es Guardiola... y a Mourinho sólo le queda ser el feo. Las señoras dicen que Mourinho es más guapo que Guardiola.
-Sepa usted que en la película no se mienta para nada a los guapos.
Este verano se cumplen 45 años del rodaje de la mejor película del Oeste hecha lejos de suelo yanqui. De cine no entiendo, y la frase no es mía, pero son muchos los historiadores expertos de la cosa, que los hay a trillones como las moscas, que colocan a El Bueno, el Feo y el Malo como el no va más del Spaguetti Western, ese gran entretenimiento de nuestra adolescencia que inventó Sergio Leone.
La película no se rodó en Almería como suponen muchos, sino en las faldas de ese tótem de la Sierra de la Demanda que es la peña Carazo, y aprovechando el cumpleaños, los pueblos de Salas, Silos, La Revilla, Gete, Contreras... se han sentado sobre los túmulos que fueran tumbas del mítico cementerio de Sad Hill. Convertido en plaza de pueblo sesentero, una cuadrilla de nostálgicos resucitó el cine de verano en la Sierra, y allí, ancianos extras de aquellos días aguardaron expectantes a la espera del segundo de gloria que contar al nieto de piercing y tatuaje.
Dicen que el herrero era de Salas y que don Sergio le cogió mucho aprecio; que el difunto Saturio, casado en Gete y con cantina en Castrillo era el que mejor montaba a caballo; que la Eugenia, la de teléfonos, también montaba tan bien y que uno de Silos se partió un brazo por alardear sin conocimiento. De entre tanto extra, suelo presumir del primo Abilio que casó con prima-hermana de un servidor y que aparece en el Monasterio de Arlanza -la cuna de Castilla- vestido de dominico dando un plato de fríjoles, supongo, a Eli Wallace. Abilio se ve que cogió afición a las artes escénicas y este mismo año cumple 20 al frente de la dirección de la sin par tragedia teatral de los 7 Infantes de Lara y que los vecinos de Castrillo de la Reina representan todos los agostos.
Al cine ya sólo van cuatro beatas inasequibles al desaliento y los júligans del Harry Potter y el Señor de los Anillos. La gente se ha cambiado al fútbol de la tele, pero Clint Eastwood, Eli Wallach y Lee Van Cleef, el bueno, el feo y el malo... son tipos y arquetipos inmortales. Ante “el tele”, como dicen los choros de Puente Genil, el malo está claro... El malo es el árbitro. El bueno es Guardiola... y a Mourinho sólo le queda ser el feo. Las señoras dicen que Mourinho es más guapo que Guardiola.
-Sepa usted que en la película no se mienta para nada a los guapos.