Abc
La dictadura progre es una asfixia cultural motivada por la diaria obligación de comulgar con ruedas de molino.
Y no.
Pero la dictadura progre se las pinta para identificar correctamente a sus enemigos: en política, el gobierno americano (sobre todo si es republicano); en moral, Roma (sobre todo si es Ratzinger); y en fútbol, Mourinho, quien encima, frente al agnosticismo en camiseta de Purificación García del Gandhi de Sampedor, tiene la desfachatez de declararse católico practicante, y no es hacer la broma de la paja en el ojo.
Una rueda de molino progre manda que Pep Guardiola (Pepe Hucha en español) es Gandhi, y hasta el simple Valdés, el tío que de verdad le ha dado la Supercopa al Barcelona, declara que quisiera “reencarnarse” en los zapatos de Gandhi.
En tanto que depositario de todos los valores progres más estomagantes, el barcelonismo teme hasta el insomnio a Mourinho, y su discurso es que no le conviene a la imagen del Madrid.
–Es un Clemente, un Maguregui, un Naya...
Eso decían sus enemigos para que Mourinho no viniera al Madrid.
Pero el Maguregui de Setúbal acabó la Liga con más goles que el Mejor Equipo de la Historia y su E=mc2 o tiqui-taca, invento de Marcel Domingo aplicado por Luis Aragonés y cobrado por Pep Guardiola.
Una noche muy negra de Casillas (la noche del 5-0) sirvió para tapar una evidencia: el Madrid de Mourinho podía jugar igual o mejor que el Barcelona de Guardiola, lo cual ha sucedido definitivamente en la Supercopa, donde los elogios ya no son para la descacharrada fórmula, sino para las picardías de Messi.
–Es que el Barcelona no ha tenido tiempo de preparación...
¡Vaya por Dios! Y, aparte de cumplir con la inmersión lingüística y quitarle el “Sánchez” al chileno Alexis, ¿qué han hecho en todo el verano? ¿Huelga?
La huelga de Rubiales (justicia poética nos trae ese nombre) nos ha dejado sin Liga, mas no sin Gamper, que la caja es la caja, tú, y la genial política de cantera del Barça come mucho dinero: más, al menos, del que puedan enviar los pagafantas de la democracia catarí. ¿Se imaginan ustedes al Madrid pagando cuarenta millones por recuperar a Parejo?
Los futbolistas españoles quieren dinero, pero dinero es una de las cosas que en la España de Zapatero ya no hay, y eso que Javi Poves, al grito de que el fútbol sólo es corrupción, ha devuelto el suyo.
Yo, si Casillas y Puyol (¡y Kaká, por Dios, y Kaká!) hicieran la huelga de Javi Poves...
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La dictadura progre es una asfixia cultural motivada por la diaria obligación de comulgar con ruedas de molino.
Y no.
Pero la dictadura progre se las pinta para identificar correctamente a sus enemigos: en política, el gobierno americano (sobre todo si es republicano); en moral, Roma (sobre todo si es Ratzinger); y en fútbol, Mourinho, quien encima, frente al agnosticismo en camiseta de Purificación García del Gandhi de Sampedor, tiene la desfachatez de declararse católico practicante, y no es hacer la broma de la paja en el ojo.
Una rueda de molino progre manda que Pep Guardiola (Pepe Hucha en español) es Gandhi, y hasta el simple Valdés, el tío que de verdad le ha dado la Supercopa al Barcelona, declara que quisiera “reencarnarse” en los zapatos de Gandhi.
En tanto que depositario de todos los valores progres más estomagantes, el barcelonismo teme hasta el insomnio a Mourinho, y su discurso es que no le conviene a la imagen del Madrid.
–Es un Clemente, un Maguregui, un Naya...
Eso decían sus enemigos para que Mourinho no viniera al Madrid.
Pero el Maguregui de Setúbal acabó la Liga con más goles que el Mejor Equipo de la Historia y su E=mc2 o tiqui-taca, invento de Marcel Domingo aplicado por Luis Aragonés y cobrado por Pep Guardiola.
Una noche muy negra de Casillas (la noche del 5-0) sirvió para tapar una evidencia: el Madrid de Mourinho podía jugar igual o mejor que el Barcelona de Guardiola, lo cual ha sucedido definitivamente en la Supercopa, donde los elogios ya no son para la descacharrada fórmula, sino para las picardías de Messi.
–Es que el Barcelona no ha tenido tiempo de preparación...
¡Vaya por Dios! Y, aparte de cumplir con la inmersión lingüística y quitarle el “Sánchez” al chileno Alexis, ¿qué han hecho en todo el verano? ¿Huelga?
La huelga de Rubiales (justicia poética nos trae ese nombre) nos ha dejado sin Liga, mas no sin Gamper, que la caja es la caja, tú, y la genial política de cantera del Barça come mucho dinero: más, al menos, del que puedan enviar los pagafantas de la democracia catarí. ¿Se imaginan ustedes al Madrid pagando cuarenta millones por recuperar a Parejo?
Los futbolistas españoles quieren dinero, pero dinero es una de las cosas que en la España de Zapatero ya no hay, y eso que Javi Poves, al grito de que el fútbol sólo es corrupción, ha devuelto el suyo.
Yo, si Casillas y Puyol (¡y Kaká, por Dios, y Kaká!) hicieran la huelga de Javi Poves...
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TRAPOS SUCIOS
Es deber de la prensa tenernos todo el día escandalizados. Pero, en otro tiempo, las bobadas de lo ocurrido en el Camp Nou con la Supercopa darían para un chascarrillo de bar en “El bar de Mou”, y nada más. “El fútbol es para listos”, decía Aragonés, un maestro en el arte de manejar psicológicamente los partidos dentro del campo: Pepín Cabrales contaba las de Hugo Sánchez con Cedrún, y tantas otras. Y así seguiría la cosa, si Guardiola no hubiera roto la baraja jugando a Makinavaja en el césped y a Nancy en la sala de prensa.
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Es deber de la prensa tenernos todo el día escandalizados. Pero, en otro tiempo, las bobadas de lo ocurrido en el Camp Nou con la Supercopa darían para un chascarrillo de bar en “El bar de Mou”, y nada más. “El fútbol es para listos”, decía Aragonés, un maestro en el arte de manejar psicológicamente los partidos dentro del campo: Pepín Cabrales contaba las de Hugo Sánchez con Cedrún, y tantas otras. Y así seguiría la cosa, si Guardiola no hubiera roto la baraja jugando a Makinavaja en el césped y a Nancy en la sala de prensa.
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