viernes, 19 de agosto de 2011

La Afe y Mourinho

Madrid / Barça
Ferrari nunca será Red Bull

Francisco Javier Gómez Izquierdo

Un servidor devora fútbol desde que a temprana edad veía a Olalde, Arráiz y Bittoren Bilbao en El Plantío, y como tengo siempre presente lo que por tres veces le han hecho al Burgos por denuncias de plantillas mercenarias que quedaban libres para fichar donde les daba la gana mientras les importaba un bledo la desaparición de mi equipo no puedo ver con buenos ojos a Rubiales y a ese Luis Gil que le sustituye cuando se toma unos días de asuntos propios. Vi coómo Vigo y Sevilla salieron a la calle sacando la cara por sus futbolistas y cómo la Ley Concursal libra de unos castigos que al parecer sólo los burgaleses merecemos. Castigos que por supuesto nada importaron a la Afe, a la que me permito recordar que es justo que a delitos iguales, les sigan las mismas condenas. No puedo admitir que el Betis, Celta, Zaragoza, Rayo, Mallorca, etc., estén en 1ª, pero como mi opinión no va a ningún lado voy a seguir desvariando diciéndoles a ustedes que Rubiales y Luis Gil se convirtieron al bolchevismo en el Alicante, cuando el Alicante era más que el Hércules, y que mientras veían Noveccento en un cine de verano levantino, los aires nocturnos que por allí soplan les empujaron a reinventar un cartel de indignados, pero con caras ilustres. Necesitaban un “convenio colectivo” trotskysta y a los capitanes del Barça y Madrid para dar lustre a su papel de nuevos Marcelinos Camachos. ¡Ahí están! Soltando necedades sin que nadie les detenga.
Los afiliados de la Afe sólo piden dinero. Mucho dinero. Lo disfrace Rubiales como quiera disfrazarlo. Habla de “convenio colectivo” como si los futbolistas fueran un gremio del metal ó de la hostelería y pide el depósito de los millones por adelantado como si le acompañaran las virtudes de la Justicia y la Moderación. Rubiales quiere convencer al mundo del fútbol de que Puyol y Casillas son igual que De Lucas, un Beckham de gasolinera, o Movilla, que empezó a jugar de pelirrojo y hoy es la calva mas brillante del fútbol español, tras la retirada de De la Peña.

No señor. Puyol y Casillas juegan otro fútbol. Posiblemente el mejor fútbol del mundo y no me imagino a Cristiano o a Messi firmando un “convenio colectivo” con De Lucas o Movilla. El Madrid y el Barça llevan unos días saltándose la huelga a conveniencia y bien que se lo agradecemos. Nos han tirado a la cara dos partidazos. Dos encuentros inolvidables. El Madrid parece haber mejorado una barbaridad, pero en el último suspiro volvió a salir el desequilibrio argumental de Mourinho. Esa presión emocional a la que somete a sus hombres y que en los de mente más débil empuja al fracaso de la misión. Mourinho es ya más personaje que persona y meter el dedo en el ojo a desconocidos no dice mucho en favor de la recuperación de ese trastorno bipolar (1) que le tienen detectado los psicólogos al uso. Eso le pasa por abandonar a Dios, ahora que viene el Papa. Él sabrá, que es muy listo, pero por mal camino no se llega a buen pueblo y las extrañas declaraciones de Casillas como si estuviera poseído (2) por el mismo demonio que Pepe y Marcelo son más síntoma de gangrena que palabras del hombre sensato que siempre hemos conocido. Mourinho y sus hombres deben admitir esta verdad absoluta(3): Messi es el mejor jugador del mundo... y a partir de ahí, estrujarse los sesos para que no lo parezca cuando lo tengan enfrente.
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Notas del Editor

(1) Correr como Guardiola al banquillo del adversario y gritarle "¡sois una puta banda!" para celebrar un gol revela una salud mental extraordinaria.

(2) Tildar de "trastornado" a Casillas, como hace el pobre directivo Villarrubí, sólo porque el portero no comulga con las ruedas de molino culés, es propio del stalinismo más sombrío, "ismo" añoradísimo por la progresía en España.

(3) Cuando el Barcelona reconozca otra verdad absoluta: que Mourinho hace hoy mejor fútbol que Guardiola y que no ha ganado la Supercopa porque el tiro de Cristriano que desvía Valdés, en vez de entrar, como parecía lo lógico, da en el larguero y sale.