jueves, 17 de noviembre de 2016

Von Ihering

Rudolf von Ihering


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

La foto de la harca podemita pidiendo la libertad de Barrabás me trae a la melancolía de “La lucha por el Derecho” del jurista (un jurista no es un licenciado en Derecho, como cree el tertuliano Margüenda) Rudolf von Ihering, padre de la jurisprudencia sociológica, prologado en España por Leopoldo Alas Clarín, en lucha krausista contra el “fatalismo perezoso y enervante”, hoy Extremo Centro o rajoyismo.

La fuerza moral de un pueblo determina el grado de su posición política en el interior y en el exterior –dice Von Ihering, para quien la escuela de la educación política para un pueblo es el derecho privado, pues para saber cómo una Nación defenderá en un caso dado sus derechos políticos y su rango internacional basta saber cómo el individuo defiende su derecho personal en la vida privada.

Y ponía por ejemplo al inglés, siempre decidido a combatir (“en el dinero que defiende este hombre con tanta tenacidad está la historia del desenvolvimiento político de Inglaterra”), detalle que escapa a la frivolidad "postfactual" de Cristina Cifuentes, Cecé, que promete la City de Londres en Madrid.

No es la cantidad de riqueza quien decide, sino la fuerza del sentimiento legal. Todos conocemos a ese viajero inglés que llega a gastar diez veces más del valor del objeto antes que ceder. El derecho no es una idea de lógica, sino de fuerza: por eso la Justicia sostiene en una mano la balanza, donde pesa el derecho, y en la otra, la espada, que sirve para hacerlo efectivo.

Para Von Ihering, simpatizar con el deudor es el signo de una época débil (“lo llaman humanidad”); en una época fuerte, primero se hace justicia al acreedor. Esto hace desmayarse al rajoyismo de “sensibilidad foral” (?), a cuyos atlantes (los atlantes del 78, que dice Hughes) hubiera dedicado Von Ihering esta idea tan, tan, tan... 78:

La energía y el amor con que un pueblo defiende sus leyes están en relación proporcional con los esfuerzos y trabajos que le haya costado alcanzarlas.