LIDIA, LIDIA, LIDIA, MÁS LIDIA, POR FAVOR
Al alba, y con viento duro de Levante, los progres quieren dejar a Aute sin Fiesta, aunque él prefiere decir Lidia.
-Pero... ¡compañeros! -viene a lamentarse Aute-. ¿Qué va a ser de Carlos Velo? ¿Y de Francesco Rossi? ¿Barceló...?
Aute nos conduce, por el túnel del tiempo, a Claude Popelin, a quien una amiga española, "intelectual y bonita, parroquiana del célebre palco 9 de la Plaza Monumental de Madrid", que le había preguntado su opinión sobre un joven debutante, interrumpió bruscamente antes de que hubiera terminado de dársela:
-Siempre esa lidia... Eres igual que los otros. ¡Ah! ¡Qué pesados sois los hombres!
Y nació la idea de crear a Hipatia de Gades, Bibiana Aído para el mundo.
Ignacio Ruiz Quintano
Al alba, y con viento duro de Levante, los progres quieren dejar a Aute sin Fiesta, aunque él prefiere decir Lidia.
-Pero... ¡compañeros! -viene a lamentarse Aute-. ¿Qué va a ser de Carlos Velo? ¿Y de Francesco Rossi? ¿Barceló...?
Aute nos conduce, por el túnel del tiempo, a Claude Popelin, a quien una amiga española, "intelectual y bonita, parroquiana del célebre palco 9 de la Plaza Monumental de Madrid", que le había preguntado su opinión sobre un joven debutante, interrumpió bruscamente antes de que hubiera terminado de dársela:
-Siempre esa lidia... Eres igual que los otros. ¡Ah! ¡Qué pesados sois los hombres!
Y nació la idea de crear a Hipatia de Gades, Bibiana Aído para el mundo.
Ignacio Ruiz Quintano
