ACTUALIDAD POLÍTICA
Pilar Marrero
La Opinión
Los Ángeles, California
Resulta que tomaba mi cafecito el otro día leyendo las noticias y casi me atraganto cuando leo esta novedad: la prostituta que se hizo famosa por ser la favorita del ex gobernador de Nueva York, Eliot Spitzer, ahora tiene una columna de consejos amorosos, sexuales y de relaciones en un periódico de Nueva York.
Así es. Ashley Dupré, la sexy jovencita que tan famosa se hizo por protagonizar aquel sórdido episodio que terminó con la destitución de Spitzer, ahora aconseja a gente con problemas personales, estilo Doctor Laura, la de la radio, pero sin insultarlos y decirles que son unos estúpidos como hace la susodicha doctora...
Ella más bien lo hace con cierta dulzura. Ya que no está educada en nada, al menos que sus consejos caigan bien, ¿no?
Le han quitado su string bikini o más bien se lo han tapado un poco y la han adornado con un look estilo bibliotecaria sexy, con lentes y todo, pero con la camisa abierta hasta el ombligo. Y ahora la prosti es toda una asesora sicológica, sexual y personal.
¿Cuál es la principal señal de que un hombre no es feliz en su matrimonio? -le pregunta, esperanzada, J. Marshall, de East Village, en la columna más reciente.
-Los hombres son muy básicos. Son orgullosos y necesitan ser tratados como algo especial - contesta Dupré, o por lo menos, la que nos dicen que es Dupré.
Un video publicitario explica que "no hay nada como aprender de la experiencia de otros" para explicar la razón de una columnista de relaciones que no es sicóloga, ni sexóloga -al menos no titulada-, ni siquiera debe escribir ella misma la susodicha columna.
Usted dirá que qué me importa a mí. Pues tendría usted razón, si no fuera porque el ex gobernador Spitzer también se convirtió en columnista (de Slate.com) cuando renunció al cargo por el escándalo de prostitución con la Dupré.
El periodismo siempre ha sido un poco como la prostitución. Cualquiera con un poco de desvergüenza puede ejercer cualquiera de las dos profesiones, aunque no sea un experto en nada. En el caso de las prostitutas, por lo menos deben ser de buen ver, más o menos, digo.
Sé que es cuestión de ventas y de atraer lectores, no tanto de tomarse en serio que uno está aconsejando a gente en temas importantes de la vida y que quizás sería buena idea que la persona supiera de qué está hablando, que fuera sicóloga, o al menos sexóloga. ¿Pido mucho?
Ah, no me hagan caso. Tanto escuchar de valiosos colegas periodistas despedidos, de presupuestos de noticias recortados, de que los que quedamos no sabemos si tendremos un trabajo mañana, a uno se le van metiendo ideas tontas en la cabeza.
Ideas tontas, como que algo anda mal en una sociedad que desecha a tanto comunicador valioso y, sin embargo, encumbra con columna propia y promoción publicitaria la señorita Ashley Dupré, cuyo único logro en la vida es haberse dedicado a la antes llamada vida alegre.
(Vía Ricardo Bada)