Por Jorge Laverón
Luis Francisco Esplá dice adiós, se va, tras treinta y tres años de matador de toros. Sin descanso. ¡Treinta y tres años!
Novillero precoz, “bambino”, cautivó en seguida por su facilidad con las banderillas. Paco Camino, el sabio de Camas, le concedió la alternativa en Zaragoza y le regaló la sabiduría. Esplá es torero enciclopédico. Domina todas las suertes con el capote. Todas. Incluso se atrevió con el “Quite de la Mariposa” del mítico Marcial Lalanda. En banderilas, con más de cincuenta años, sigue con la misma facilidad y derroche de facultades que cuando era precoz novillero. Ahí quedan sus pares por los adentros. Agilidad, destreza.
Muleta en mano, Esplá es un sabio. Conocedor del toro, de cada encaste. Conocedor de los terrenos, de la geometría. Conocedor del público. Esplá exprime cada embestida, sin forzarla nunca. Esplá torea a gusto, y tan a gusto, en tablas, en el tercio, en los medios. No hay toro ni querencia que se le escape. Psicólogo y comediante. Fascina su puesta en escena. Su forma de vestir. ¡Ese grana y oro del inolvidable 5 de Junio en Las Ventas!
Torero luminoso y mediterráneo, hace el toreo y lo dice, lo explica. Además se ríe. Además irrita a muchos por su postura inteligente ante el toro, ante la vida. Insolente y rebelde.
La tauromaquia de Esplá es un compendio de los Gallos, Rafael y José; de Ignacio Sánchez Mejías, de Mejías Bienvenida, de los madrileños Marcial Lalanda y Dámaso Gómez, y también recibía como Cara Ancha (1).
Cuando doble el último toro de su temporada número 33, Esplá entrará por la Puerta Grande de la historia. Por su arte.
1.- José Sánchez del Campo (Cara Ancha), nació en Algeciras en 1848 y murió en Aznalcizar (Sevilla), lugar del que fe alcalde en 1925. Toreó en Madrid 101 corridas y fue maestro en la suerte de recibir al matar los toros.